"El Chapo, el narco... el mito"
De la opulencia del narco a la soledad total en una prisión de máxima seguridad de los Estados Unidos, la figura de Joaquín Guzmán Loera parece alejarse del mito del narcotraficante todopoderoso, que habita corridos y leyendas. ¿Pero es el juicio a "El Chapo” Guzmán la oportunidad de desmitificar el narcotráfico en Sinaloa?
Marco Alejandro Núñez González, estudioso de la narcocultura y analista del fenómeno buchón, explica por qué su hipótesis se dirige en sentido totalmente contrario.
Desde su perspectiva, quienes participan de manera directa del narcotráfico poseen dinero, fuerza y redes de impunidad, capitales que les permiten realizar un conjunto de prácticas basadas en la demostración del poder, el consumo suntuoso y la dominación sobre las mujeres, elementos que se constituyen a su vez en la base material de la producción de símbolos de la narcocultura.
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“Hay quienes practican la narcocultura sean o no narcotraficantes, y es a esto lo que llamo el campo buchón”, anota el académico de la Universidad Autónoma de Sinaloa, autor de artículos como “Masculinidades y condición de clase en la narcocultura: los pesados y los tacuaches" y “El corrido alterado, las drogas y el sicario”.
Dados los últimos acontecimientos, “El Chapo” Guzmán ha encarnado el arquetipo del capo sinaloense, quien de un origen humilde en la sierra de Badiraguato ha escalado a los más altos escaños de poder económico y del crimen organizado.
Es, por tanto, producto cumbre de la narcocultura, personaje de corridos, series televisivas y contenidos en redes sociales, leyendas populares y hasta anecdotarios.
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Siendo Sinaloa una tierra con más de 100 años de institucionalizar la producción de drogas ilegales es, a su vez, un espacio generador de esta clase de símbolos y significados.
Para Núñez González, los contenidos y revelaciones expuestas a la luz pública por el juicio a “El Chapo”, llevado en la corte de Brooklyn, no sólo no rompen los esquemas del mito, sino que los fortifican y hasta arrojan material para más canciones, historias y odiseas.
Las fuentes de información de la narcocultura
Son tres las principales fuentes de información acerca del narcotráfico: el periodismo, el Estado y la industria cultural apológica del narco, agrega el investigador, quien cuenta con grado de doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma de Morelos.
La primera —prosigue— representa el análisis crítico e intenta demostrar los vínculos del crimen organizado con la política, sobre todo cuando se trata de periodismo de investigación. “Pero es la fuente menos consumida”, señala.
El Estado, en tanto, reproduce en el discurso oficial la idea de que el problema son los narcotraficantes y no el Estado. Esquemáticos, sus discursos y comunicados son el principal insumo de las notas periodísticas e informaciones diarias.
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Por último, habla de la industria cultural apológica, que fundamenta sus contenidos en cuatro temas centrales: dinero, mujeres, fuerza y androcentrismo, representando a los narcotraficantes como personajes que poseen a plenitud estos atributos, pero al mismo tiempo muestran conductas honorables.
“¿Qué es lo que pasa? Cuando se está ventilando todo esto, si escuchamos las llamadas telefónicas que salen a raíz del juicio de 'El Chapo', donde se le escucha haciendo tratos para comprar toneladas de droga, tratos de millones de dólares, entonces se refuerza la idea del narcotraficante que posee grandes cantidades de dinero”, consideró.
"Oiga, me dice mi sobrino que usted tiene seis, que si se le pagan dos y media usted pone esas seis allá en 'Guaya' (Guayaquil, Ecuador)".
"Sí, en el punto se lo pongo, le doy seguridad hasta que arranque".
"Mire, le voy a comprar dos, y le vamos a dejar las propiedades ahí al frente por todo lo demás".
Como éstas, horas de conversaciones secretas de Joaquín Guzmán Loera cayeron en poder del FBI, pero no develaron únicamente negociaciones por cargamentos de toneladas de cocaína, como en este caso ante un presunto representante de la guerrilla de las FARC, desde Colombia. También se ventilaron los flirteos del “Chapo” con mujeres con quienes supuestamente sostenía relaciones sentimentales y de negocios.
“Esto para la gente que consume la cultura buchona es algo que les confirma lo contenido en los corridos, es más, refuerza esa idea del gran hombre exitoso, del hombre importante que maneja grandes cantidades de dinero; y ahora, en cuestión de mujeres, también se filtran llamadas donde sale esta cuestión del androcentrismo”.
Así, además de las comunicaciones con Emma Coronel, su esposa, salen a relucir los diálogos íntimos con la ex diputada sinaloense Lucero Guadalupe Sánchez, y con Agustina Cabanillas Acosta, a quien se refirieron como “La Fiera”.
Se filtra cómo "El Chapo" podía hablar con autoridades y decirles: “déjame estos policías aquí, porque están trabajando bien para la empresa”.
“Eso te da una idea del poder de corrupción que tenía, y desde la cultura buchona, puede ser visto como: 'mira, sí le hacían caso al viejo', o simplemente refuerza su idea de que era una persona poderosa, aunque quienes tienen mentalidad crítica dirán: '¿cómo es posible tanta corrupción?'”, apuntó el especialista, quien advirtió que ambas interpretaciones vienen de dos públicos distintos, en términos de consumo de medios y contenidos.
“Quien lee Los Señores del Narco (Anabel Hernández) o quien lee los libros de Javier Valdez, no es el mismo que va al concierto de los Tucanes de Tijuana o de Gerardo Ortiz”.
Son públicos que interpretan de manera diferente los mensajes.
-- Pero el hecho de ver a “El Chapo” en la cárcel, enfentando la posibilidad de cadena perpetua, ¿no contribuye a derrumbar el mito?
"Es que el riesgo es otra idea integrada en la cultura buchona. Arriesgar. Disfrutas un momento y la consecuencia es esa, que pierdes la libertad, pierdes la vida o pierdes a seres queridos, pero siempre está aceptado ese riego o ese intercambio. Al tipo de público que consume la cultura buchona no le sorprende, dentro de esa narrativa se acepta que es un riesgo que vale la pena a cambio de toda la serie de beneficios que van a recibir, estoy hablando desde el punto de vista de esa cultura, no de los narcotraficantes en sí".
Si se recuerda, continúa su argumento, de la década de la guerra del narcotráfico, de 2008 en adelante, todas las principales "figuras" han ido cayendo, hoy están presos o muertos.
-- ¿Qué se puede esperar tras este juicio que podría marcar el destino final de una de las máximas figuras de la narcocultura?
"Los escándalos de corrupción que han brotado del juicio en Nueva York no son nuevos en el ámbito periodístico, pero serán interpretados de manera diferente por los diferentes públicos, y en este caso la industria apológica del narco y quienes la consumen hasta podrían utilizar los contenidos allí ventilados para componer más corridos. Por ejemplo, decir “traficaba con coca como si fueran tortillas”, por así decirlo... No se trata sólo del “Chapo”, el fenómeno va más allá de este personaje, podríamos hablar de cualquier otro que controla (narcomenudeo) en una colonia y se buscará resaltar los mismos atributos.
-- Entonces, ¿cómo contrarrestar el estigma del narco en Sinaloa? O dicho de otra forma, ¿cómo contribuir a formar un nuevo tipo de masculinidades que no estén basadas en la violencia?
"Se necesita la participación de todos los actores involucrados, familia, gobierno, sociedad civil, instituciones educativas para concientizar a la población sobre estos significados, que normalizan la violencia.. Pero el tema es complejo y va más allá de la narcocultura o los corridos, es parte de un sistema económico que privilegia lo individual sobre lo colectivo, una expresión más del capitalismo a través de la identidad regional. Como académicos nos falta investigar sobre el tema, porque nos hemos centrado en estudiar los productos culturales, sobre todo los corridos, y no se ha profundizado en las causas ni en el consumidor, el cómo retoma estos contenidos. Tampoco se ha determinado por la comunidad científica que la narcocultura sea un problema en sí, sin duda está pendiente una discusión más profunda".