Despide Malpica al ‘Doctor Camacho’

Sheila Arias
27 mayo 2017

"En su poblado natal de Concordia, es sepultado el director del Issste asesinado"

Malpica se quedó de luto y el sector salud perdió a otro de los suyos.
El doctor Miguel Ángel Camacho Zamudio fue sepultado en su pueblo natal, con la banda al lado, como quería, y con una cabalgata, también como lo había pedido. Fue el adiós al hombre que unía y ayudaba.
La ceremonia del adiós fue en el cobertizo de la comunidad, ahí se concentraron casi todas las familias de Malpica y centenas de vecinos de zonas cercanas se unieron a la despedida. A su último homenaje también llegaron amigos, especialistas privados, médicos del sector salud, enfermeras y estudiantes; los ausentes fueron directivos de la Secretaría de Salud, y de la delegación del Issste.
Su cuerpo fue velado en la casa de sus padres, miles de flores tapizaron las paredes del patio; a las 16:00 horas se programó su traslado, pero se retrasó, la familia se resistió a dejarlo ir, todos alargaron la despedida. Poco a poco el llanto se contagió y el dolor le llegó a todos.
El féretro salió a las 16:15 horas, pero no en carroza, ni al hombro de familiares, fue en carreta donde lo llevaron a la iglesia del pueblo, ahí le rezaron por minutos.
“Que suene la banda, échale ‘Mi ranchito’, y ‘La de la mochila azul’, las suyas”, así su hermano mayor se encargó de cumplirle uno de sus deseos: música en su adiós.
En el cobertizo el sacerdote de Mesillas se encargó de la última misa para el doctor.
“Malpica quedó marcado por tu ausencia, por el luto; la sociedad perdió a unos de los seres que se dedicó a una de los más preciosas acciones, el de atender al enfermo”, dijo.
Fue su esposa, Claudia Tiznado, la que alzó la voz, aún con el dolor.
“Mi esposo murió, que les quede claro a todos, por proteger a los más necesitados”, sus palabras fueron precisas, en una frase dejó el mensaje.En el último homenaje hubo cohetes y los aplausos sobraron.
A su tumba se llevó una imagen de la Virgen de Guadalupe, su sombrero de jinete, su pelota de beisbol y su última bata blanca.
Camino al panteón decenas de jinetes encabezaron el paso, el doctor era parte de esa cabalgata, y ayer su caballo avanzó solo, a su lado.
La despedida no pudo ser más triste, Malpica se quedó de luto, sin el amigo que desde niño soñó dos cosas: ser médico y pelotero. Y lo cumplió.
Durante el funeral su familia repartió postales con la imagen del doctor con un breve mensaje: “La muerte no nos roba los seres amados, al contrario, los guarda y los inmortaliza en nuestros recuerdos”.
Este 1 de junio el Issste le preparaba un pequeño festejo por los cuatro años al frente de la clínica hospital de Mazatlán.