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"Se despide la afición del viejo estadio"

"¡Adiós al coloso!"

"La historia beisbolera de Culiacán pierde a partir de hoy al estadio Ángel Flores, el cual será demolido para dar paso a una nueva infraestructura"
16/11/2015 08:23

    CULIACÁN._ Al salir de la escuela primaria Sócrates, el gigante se alzaba ante él.
    Víctor Coronel iba ahí, a sus alrededores, para tratar de llevarse un souvenir, una bola perdida que saliera de las entrañas del campo, directo a sus manos. 

    Era una forma de aprovechar el tiempo en lo que iniciaba la séptima entrada y las puertas se abrían de par en par de forma gratuita, para así ahorrarse el boleto de 4.20 pesos del lateral izquierdo o el de 5 a 6 pesos en el lado derecho, y ni pensar en entrar a las butacas, que costaban el doble. 

    Víctor nació a media cuadra del Coloso del Pacífico, en la colonia Miguel Alemán, por lo que no se le dificultaba acudir siempre que había juego, y en ocasiones ante el desespero, escalar una de las bardas del inmueble con tal de gozar del rey de los deportes. 

    Nunca imaginó que años después su vida estaría relacionada con el beisbol y el equipo durante 23 largas temporadas, al convertirse en cronista deportivo. 

    Pero ahí donde se ubica el estadio antes no había nada, sólo un solar baldío, rodeado de casuchas.
    Los Tomateros no existían, eran los Tacuarineros de Culiacán, por los tacuarines tan famosos que se vendían a bordo del tren en esa época. 

    Y antes de los tacuarineros, por allá en el siglo 19, ya se practicaba el beisbol en el estado. Eran los extranjeros quienes lo sembraron, los ingenieros que laboraban en las minas, puertos y los ferrocarriles en Culiacán, Mochis y Mazatlán, menciona Gilberto López Alanís, director del Archivo Histórico de Sinaloa. 

    "Incluso el Colegio Civil Rosales tuvo 'novenas' muy sui géneris", refiere López Alanís.
    Los beisbolistas eran reconocidos en el estatus social, y en las bodas los compañeros hacían incluso la pasarela con los bats arriba en las bodas cual espadas, al pasar el novio y la novia bajo su manto. 

    Hoy, a poco más de 66 años de construido, el Ángel Flores será demolido para dar paso a un nuevo coloso que costará 305 millones de pesos en infraestructura y 140 millones adicionales en equipamiento.
    Ayer, Tomateros jugó contra Charros de Jalisco el último juego en el viejo edificio y a partir de este día será desmantelado.
     
    Un fruto agrícola 

    El equipo local, Los Tacuarineros, inició sus actividad en el estadio Universitario, construido por Eliseo Leyzaola Salazar, el primer estadio deportivo de la República Mexicana. 

    Ahí se jugó del año 46 hasta el 47 en la Liga de la Costa del Pacífico, dando cabida a entre mil a mil 500 espectadores; pero pese a ser una ciudad pequeña, tenía un gran equipo, y se repartía los campeonatos entre Culiacán y Mazatlán. 

    Pero el boom de la producción agrícola y la construcción de las presas trajo una mayor cantidad de mano de obra y un crecimiento poblacional que demandaba un modo de entretenimiento. 

    "Toda esa mano de obra que se iba generando de las actividades productivas necesitaba un esparcimiento, y en el beisbol lo encontraron, pero lo encontraron junto con la familia, el beisbol y el estadio son parte del boom productivo agrícola del valle de Culiacán", destaca López Alanís. 

    "Había problemas sanitarios, urbanísticos, pero había una actividad beisbolística que llenaba un hueco, era una necesidad, no podemos concebir a Culiacán sin beisbol", agregó. 

    El pequeño universitario ya no se daba abasto, por lo que un grupo de empresarios decide formar un patronato para poder erigir un nuevo hogar a Los Tacuarineros. 

    Para ello el grupo encabezado por los promotores Alfonso Zaragoza, Manuel Félix, José y Enrique Peña Bátiz, y otros más, le apostaron a una especie de suscripción popular con la emisión de bonos, donde la gente colaboraba con esa iniciativa para tener un nuevo sitio para el beisbol local. 

    "Se buscó cooperacha de todas partes, a las cervecería les pedían por cada cartón un peso adicional para la construcción del nuevo estadio", mencionó Coronel. 

    Fue entonces que se levantó la obra en los terrenos de "La galera", un baldío empedrado perteneciente a ferrocarriles del Pacífico. 

    El 13 de noviembre de 1948 el estadio Ángel Flores tendría su primer juego, con un triunfo de Tacuarineros contra los entonces Trigueros de Ciudad Obregón, aunque por mucho tiempo se manejaba la fecha de inauguración como el 10 de noviembre, pero antes sólo había juegos los fines de semana y ese día fue miércoles, por lo que se atribuye a que posiblemente hubo un evento protocolario en esa fecha. 

    El edificio, por supuesto, detonó la zona a su alrededor, y al igual que ha ocurrido a lo largo de la historia, su sola presencia trajo esplendor a esa parte de la ciudad. 

    "En el desarrollo de la ciudad siempre hay 'jalones' o 'nudos urbanos' que propician desarrollos paralelos, por ejemplo Ciudad Universitaria jaló la ciudad a atravesar el río, el Ángel Flores hizo un desarrollo más allá de lo que había del cuartel militar ahí cerca del parque Revolución, jaló la ciudad para aquel lado", indicó el director del Archivo Histórico. 

    Un detalle curioso, que recuerda por su lado Coronel, es aquel que le contó el cronista Agustín D. Valdez. Al concluir la obra se les olvidó a los constructores adentro del campo un camión de materiales, y no lo podían sacar porque no existía un acceso de salida, por lo que se vieron obligados a hacer un hoyo a la reluciente obra para que el vehículo saliera.
     
    A punto de desaparecer 

    Pero no todo era miel sobre hojuelas, Manuel Félix León, quien era el presidente del equipo en ese entonces, no obtenía resultados monetarios y estaba por "tirar la toalla". 

    El inmueble cuando se levantó fue cedido por el patronato para ser propiedad del Ayuntamiento, y fue en esa etapa difícil cuando Juan Manuel Ley Fong llegó al rescate para comprar el equipo y solicitar la renta del estadio. 

    "Hubo una reunión en la Mutualista, donde prácticamente tiró la toalla Tacuarineros de Culiacán, porque eran demasiadas las pérdidas, peloteros de tan buena calidad dejarían de venir por los problemas económicos, ahí estaba Juan Manuel Ley", refiere el cronista deportivo Víctor Manuel Coronel Jacobo. 

    Atraído por el beisbol, Ley Fong adquiere la franquicia de Santiago Ixcuintla, originarios de Tepic, Nayarit, porque ahí estaba su jugador favorito, el mocetón de espejuelos, Idelfonso Ruiz. 

    Ellos se convertirían entonces en Los Tomateros de Culiacán, quienes debutaron como tales en el estadio el 11 de octubre de 1965 derrotando 6-0 a los Cañeros de Los Mochis, con la victoria para Evelio Hernández y la derrota para Francisco "Panchillo" Ramírez. "El Edificio Santiaguero" Ruiz no decepcionó y conectó el primer cuadrangular en la historia del equipo. 

    "En los 60 me tocó ver algunos partidos, yo observaba esa pasión, y había gente que llevaba la banda al estadio para que tocaran las piezas que ellos querían, y no había tanta agresividad en esa época, no se tiraban con la botella, había más respeto", añade López Alanís. 

    La radio jugó un papel muy importante, gracias a las narraciones de Agustín D. Valdez, Roy Campos o "El Toñico" Pineda, y no faltaba quien acudiera a las gradas con su equipo radiofónico y combinar la narrativa con lo visual.
     
    Evolución 

    El alumbrado de cachimbas se cambió a uno de lámparas de petróleo, se introdujo sistema de riego por aspersión, butacas en la zona central y una pizarra eléctrica en desuso comprada en un estadio de clase "A" en los Estados Unidos. 

    En 1969 fallece Ley Fong y toma el mando su hijo Juan Manuel Ley López, realizando algunas modificaciones leves arreglando el campo y los dogouts. 

    "Junto al backstop estaba el 'gallinero', donde había una malla y cabían cuatro, cinco personas, ahí estaba el anunciador local, el anotador local, el cronista y el auxiliar del cronista", recuerda Víctor Coronel. 

    Fue el Gobernador Renato Vega Alvarado, gran aficionado al beisbol, quien decide en 1993 iniciar la remodelación permanente del Ángel Flores durante su mandato con una inversión aproximada de 30 millones de pesos, y cuando concluyó cabían 15 mil espectadores, lo que fue conocido como el mejor de la Liga Mexicana del Pacífico, por encima incluso del "Héctor Espino", de la ciudad de Hermosillo. 

    Se construyeron cabinas modernas en la parte superior para la prensa, radio y televisión, nacieron los palcos élite, se sacaron las lámparas, se colocó la pantalla de televisión, en sí fue una renovación total. 

    Esto permitió eventos importantes albergando en el 2001 una Serie del Caribe, ampliándose para ello a 16 mil lugares, también albergó un juego de pretemporada de Grandes Ligas entre Padres de San Diego y Rockies de Colorado ese mismo año, y en el inicio del nuevo siglo también habría una exhibición de bateo entre Tony Win y Rock Karew, quienes fueran estrellas de Los Padres y de Los Mellizos de Minnesota, respectivamente. 

    Así, pese a todos los problemas, trabajos de modernización del inmueble, nunca ha dejado de haber un solo año beisbol en Culiacán.
     
    Un punto de convergencia 

    López Alanís menciona que el estadio adquirió tal relevancia que cuando los gobernantes no eran apreciados ahí eran abucheados o recibían el aplauso, era un termómetro político muy interesante. 

    Tal es así que se convertiría en el 2009 en el sitio del destape de un candidato a la gubernatura con el respaldo de toda la élite priista y un lleno total: Jesús Vizcarra Calderón. 

    Pero no solo ha sido un espacio exclusivo de un deporte, en los 60 se tuvo un torneo nacional de futbol amateur ganando Culiacán, fue testigo de la fase nacional de la inauguración de los juegos para deportistas especiales, se tuvieron funciones de boxeo, entre ellas aquella en la que Carlos Zárate expuso su cetro mundial Gallo ante un africano nacionalizado japonés de nombre Waringue Nakayama, bajo la promoción de la empresa de don Agustín D. Valdez. 

    También el estadio ha sido testigo de grandes eventos como conciertos musicales de relevancia donde a lo largo de los años se han presentado estrellas de la talla de Shakira, Juan Gabriel, Chabelo, Maldita Vecindad, Caifanes, entre otros. 

    Además, ha sido centro de múltiples eventos escolares, de conferencias y religiosos, donde miles se dan cita para ya sea aprender, compartir o unirse en oración. 

    "Sin duda el estadio es un ícono urbanístico de la ciudad de Culiacán, debería conservar el nombre de Ángel Flores, por ser la tradición, porque un pueblo sin tradición es un pueblo que pierde sus valores", subraya López Alanís. 

    Afirma que con esto el estadio a punto de ser demolido no será olvidado; permanecerá en la memoria de los ciudadanos, o al menos debe considerarse tener un espacio donde se guarde el recuerdo histórico del inmueble en la nueva estructura, la cual se levanta a manera preshipánica, construyéndose prácticamente sobre lo viejo, absorbiéndolo. 

    Para Víctor Coronel el estadio no morirá, al contrario, lo que reste de él será devuelto a Culiacán, a su gente. Bardas, redes, butacas se repartirián entre algunas ligas como la de beisbol de la Japac, y así permanecerá en el corazón del aficionado, por siempre. 
     
    Historia y modernización 

    -El estadio Ángel Flores en un inicio tenía capacidad para 4 mil 500 personas, y se levantó en el gobierno del General Pablo Macías Valenzuela. 

    -En ese momento no estaba del todo terminado y sumaba una inversión total de 447 mil 695 pesos con aportaciones de los particulares y el gobierno; se esperaba que una vez terminado cabrían 15 mil espectadores y costaría más de dos millones de pesos. 

    -La liga cambiaría y se convertiría en la Liga Invernal de Sonora de 1958 a 1965, luego sería la liga Invernal de Sonora-Sinaloa de 1965 a 1970, hasta nuestros tiempos con la actual Liga Mexicana del Pacífico con su inicio en 1970. 

    -El nuevo edificio costará 305 millones de pesos en su infraestructura y 140 millones adicionales para su equipamiento, y será uno de los más modernos del circuito invernal y de Latinoamérica, el cual contará con 18 mil 140 butacas, 711 cajones de estacionamiento y se espera ampliar con otros 285 cajones. 

    -Dentro del nuevo edificio habrá locales comerciales, baños públicos, área de restaurante, taquillas, rampas de acceso, escaleras y elevadores, y se colocará una pantalla gigante de 36x14 metros.