Que un vicefiscal se moleste ante preguntas incómodas no es el problema central. El verdadero problema es que esas preguntas siguen sin respuesta. Que la desaparición de mujeres y menores continúe al alza. Que las familias tengan que presionar, acompañadas de periodistas y organismos de derechos humanos, para que la autoridad “haga su trabajo”. El Centinela