Cuando un secretario responde “no me toca” ante un tema social urgente, el mensaje que se manda no es técnico, es político: cada área ve solo su escritorio, no a la población. Y si eso ocurre en público, ante el propio jefe del Ejecutivo, queda la duda de qué pasa cuando no hay micrófonos ni cámaras de por medio. El Centinela