Ana Luz Ruelas
Cuando un político se lanza en pos de una meta en medio del riesgo y la incertidumbre, se dice que cruza su Rubicón, aludiendo a la experiencia de Julio César que inició la segunda guerra civil de Roma al pasar con sus tropas el río de ese nombre el 11 de enero del año 29 A.C. Con ello acabarían 460 años de la república.
Según Tom Holland (2007) en "Rubicón, auge y caída de la república Romana", el Senado controlado por Pompeyo, emitió una orden para que Julio César, que se encontraba al norte de Italia, abandonara el mando de sus legiones y regresara a Roma, con lo cual se rendiría y terminaría su carrera política. Pero César, desobedeció al Senado y ordenó a sus tropas cruzar el río, prohibido a los generales romanos que no podían pasar con armas esa frontera.
No supo que iba a cambiar el curso de la historia, pero sí del peligro que enfrentaba. Al hacerlo, pronunció en griego la frase del dramaturgo Menandro ¡Qué empiece el juego!, pero se cita más la versión de Suetonio en latín ¡alea iacta est! (la suerte está echada).
Al superar el veto que le marcaron el PRI y Jesús Aguilar Padilla para cerrarle el paso a la Gubernatura de Sinaloa, Mario López Valdez cruzó su Rubicón, y se alía con el PAN y los partidos de izquierda contra ellos. ¿Pero cambiará con esto la historia de Sinaloa? Aunque ganara no es seguro, pues la alianza electoral que lo postula no ofrece un programa claro de transformaciones, sólo quieren sacar al PRI del poder, y lanzarse por el aparato estatal como si fuera un codiciado botín.
No obstante, su solo triunfo en julio de 2010, terminaría con 66 años de Gobierno priista en Sinaloa, pues su última y única derrota fue en 1939 cuando Rodolfo T. Loaiza apoyado por la oposición, le ganó al oficialista Guillermo Liera Berrelleza del Partido de la Revolución Mexicana (PRM), antecedente del PRI. Loaiza fue asesinado en 1944 y lo sucedió Teodoro Cruz como interino, y luego arribó Pablo Macías Valenzuela (1945-1950). Desde entonces tenemos gobernadores del PRI. Aguilar puede ser el último.
El pasado fin de semana en compañía de varios académicos, viajamos a Washington, D.C., desde Champaign, Illinois, atravesando los estados de Indiana, Ohio, Pensilvania, Maryland y Virginia Occidental, para presenciar la víspera de la aprobación de la reforma al sistema de salud.
La capital era un hervidero político. El sábado por la mañana hubo una protesta en contra de la guerra de Iraq y por la tarde miles de miembros del Tea Party, movimiento popular de derecha, rodearon el capitolio para impedir la reforma, que finalmente pasó.
El domingo marcharon más de 100 mil latinos para exigir una reforma migratoria que beneficie a los casi 12 millones de indocumentados que hay, de los cuales más de 6 millones son mexicanos.
La democracia estadounidense es muy controvertida, pero influye en los destinos del país.
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