"Amenaza proyecto al río Piaxtla"
ESTACIÓN DIMAS, San Ignacio._ A través de la historia, el Río Piaxtla ha figurado como una columna vertebral para el desarrollo del municipio de San Ignacio.
Con una longitud de aproximadamente 220 kilómetros, y una cuenca de más de 11 mil 500 kilómetros cuadrados, el río es aprovechado por cientos de habitantes para el riego de sus parcelas, la pesca, la ganadería y como parte fundamental en la conservación de uno de los corredores ecológicos y naturales más importantes del País.
El proyecto Elota-Piaxtla segunda etapa, presa de almacenamiento "Las Juntas" y derivadora "Ixpalino" y zona de riego para 30 mil 376 hectáreas, en los municipios de Elota, San Ignacio y Culiacán, plantea la creación de una infraestructura hidráulica de gran magnitud, que de acuerdo al resumen Ejecutivo traerá desarrollo para el campo en esta región.
"Con el proyecto se pretende aprovechar los escurrimientos de los ríos Piaxtla y Elota, con un escurrimiento medio anual de 2 mil 041.24 y 362.41 millones de metros cúbicos, respectivamente, para incorporar al riego una superficie de 30 mil 376 hectáreas en beneficio de 2 mil 733 futuros usuarios, adicionales a otras 31 mil 245 hectáreas, que ya disponen con infraestructura para riego, para contemplar de esta forma una superficie compacta de riego de 61 mil 621 hectáreas del proyecto integral Elota-Piaxtla", se indica en el estudio.
Además, se proyectan una serie de obras, entre las cuales destaca la derivadora Ixpalino sobre el río Piaxtla, una red para el traslado de agua con una longitud de más de 113 kilómetros, diques y sifones de una longitud de aproximadamente 9 kilómetros y medio en el margen derecho del río.
Se contempla también la construcción y rehabilitación de caminos para acceder a diferentes zonas del Piaxtla, y trabajos para la construcción de cárcamo de bombeo con equipamiento electromecánico, impactando así en 131 comunidades en los tres municipios ya mencionados.
Rechazan obra por deficiente estudio de impacto ambiental
José Rosendo Castro Amarillas, presidente de la IAP Bosque a Salvo, manifestó que esta obra nació luego de que el Gobierno del Estado pretendiera regar más de 30 mil hectáreas de siembra en Elota, cuando el agua tan sólo alcanzaba para 15 mil hectáreas.
"Esta obra incluye un canal para llevarse el agua no solamente a Elota, sino que también a Culiacán, con un canal de 112 kilómetros más o menos, trasvasar el agua del río Piaxtla, al río San Lorenzo, el canal termina en Tabalá y el plan es llevarse 520 millones de metros cúbicos (de agua)", detalló.
Sin embargo, la manifestación de impacto ambiental elaborada por la empresa Agua Integral S.A. De C.V., a la cual se le pagaron cerca de nueve millones de pesos, fue rechazada por la Subsecretaría de Gestión para Protección Ambiental que depende de la Semarnat.
Los argumentos fueron varios, pero la principal causa que ocasionó que el estudio fuera rechazado y no se aprobara la obra fue debido que éste estaba mal elaborado y no se tomó en cuenta la riqueza natural de la región.
Además, aunque en la obra se estima un gasto mayor a los 9 mil millones de pesos, tan sólo un millón y medio se marcó como destinado para la recuperación de las zonas naturales.
"Al final de cuentas se les negó la autorización, estamos sorprendidos pues no había de otra manera; y se les previene que hasta que no cuenten con la autorización respectiva no pueden hacer ninguna actividad relacionada al proyecto", mencionó Castro Amarillas.
El activista aseguró que no se oponen a la obra, sino que esperan que se encuentren soluciones más viables, las cuales beneficien a la población por igual, y no a unos cuantos, además de que se logre un equilibrio con el entorno natural que se pretende impactar.
El impacto ambiental
Con la construcción de la Elota-Piaxtla no sólo se impacta de manera negativa el cauce de uno de los ríos más caudalosos de Sinaloa, sino que a la larga y de acuerdo a la opinión de expertos, traerá a la región y sus comunidades grandes problemas medioambientales, que con una obra bien planeada podrían evitarse.
El llevarse el caudal del río a otro, lejos de su zona natural, ocasionará que los nutrientes naturales o sedimentos que eran vertidos en el mar disminuyan, lo que a mediano o largo plazo ocasionará que el mar empiece a golpear las costas de San Ignacio y reclame la tierra.
"Aquí estamos poniendo en riesgo no sólo las playas de San Ignacio, sino el único centro arqueológico que tenemos que son Las Labradas, si deja de correr el río va a desaparecer Las Labradas, así como está desapareciendo Altata y Las Glorias", advierte Castro Amarillas.
"El conflicto no solamente es que a los habitantes de Dimas (Sindicatura de Estación Dimas y sus ejidos) se les van a ensalitrar las tierras, porque como va disminuir el acuífero, va a llegar menos agua ya, el agua salada va entrar y va a ensalitrar sus tierras".
De esta forma se afectaría a una de las principales actividades económicas de la región, la agricultura.
El Comisario Ejidal de Estación Dimas, Lorenzo Bonilla Chávez, recalcó que una obra de esta magnitud no sólo acarreará problemas en el campo, sino que además tirará a tierra un proyecto que los ejidos vienen desarrollando desde hace meses.
"Nos afectaría a esta obra que estamos desarrollando que se llama riego entubado, vamos a desechar los canales viejos que teníamos que ya están muy deteriorados y que desperdician mucho el agua, y como lo que queremos es cuidar el agua la vamos a entubar para que cada quien en su parecela tenga su bocatoma, siendo toda agua del río, y este proyecto nos eliminaría este entubado", detalló.
Otro impacto importante es la disminución de la matera orgánica que llega al mar y que alimenta a decenas de especies de peces, moluscos, crustáceos, entre otros, en las costas de las playas de San Ignacio, y de las cuales viven decenas de familias dedicadas a la pesca.
"Esa agua que llega al mar trae mucha materia orgánica y de ahí se alimenta el pescado, la langosta, el camarón, el pargo, el robalo, todo lo que acarrea el río, por eso digo, si cortan el río van a afectar todo, hasta a los pescadores", dijo Virginio Vega León, ejidatario de la Chicayota.
Yamel Rubio Rocha, bióloga de la Universidad Autónoma de Sinaloa ha estudiado de cerca el entorno natural de San Ignacio, y asegura que esta obra traerá cambios drásticos para la población humana de los alrededores.
Además, el comportamiento natural de la región se encuentra en gran peligro de tener cambios, que a la larga afectarán al equilibrio ecológico de este ecosistema, único a nivel nacional.
Entre ellos, mencionó el daño a los mangles en Sinaloa, ya que la disminución del agua dulce ocasionará que las especies que se crían entre el cruce del agua del río y del agua salada disminuyan, impactando así a las familias dedicadas a la pesca.
Aseguró que el río Piaxtla es el único gran caudal natural de Sinaloa que aún es libre y que además tiene en sus aguas una riqueza inimaginable, un río que tal vez para muchos parezca desaprovechado.
Corredor ecológico del jaguar en riesgo de desaparecer
La bióloga de la Universidad Autónoma de Sinaloa, y responsable del Corredor Biológico y Ecoturístico del jaguar en el Sur de Sinaloa, CBEJSS, Yamel Rubio Rocha, aseveró que con una obra como la Elota-Piaxtla se correría el riesgo de que la población de los jaguares se vea mermada y a largo plazo con peligro de desaparecer.
Si bien, esta especie no ha sido considerada en peligro de extinción, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, UICN, la cataloga como una especie vulnerable ante la depredación del hombre.
La especialista señaló que durante el 2010 en un censo realizado se encontró que tan sólo en la zona de la selva seca de San Ignacio habitaba una población de aproximadamente 230 jaguares, sin embargo, con el mapeo y modelaje, se tienen certeza de que los individuos de esta especie ascienden a más de 500.
"Hace más de un año, nosotros tuvimos en nuestras manos esa manifestación y la parte de la biodiversidad prácticamente estaba fuera, por citar un ejemplo, desde el 2008 estamos trabajando en el hábitat del jaguar, sus poblaciones y todos esos estudios del 2008 al 2009, e incluso del 2010 que hicimos el censo nacional del jaguar, bueno pues todos estos tipos de antecedentes no fueron tomados en cuenta".
Mencionó que más allá del daño que se causaría al corredor del jaguar existen infinidad de especies que habitan en esta región y que también se verían afectadas en su desarrollo biológico, especies como peces y aves, de gran importancia para la zona tanto para sus habitantes, como para el equilibrio ecológico.
Rubio Rocha dijo que San Ignacio, a la par del río Piaxtla, han sido considerados por expertos nacionales e internacionales, e incluso por la misma Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad como una región de riquezas naturales excepcionales y de mayor importancia.
"Todo este tipo de antecedentes del área de biodiversidad no fueron tomadas en cuenta y simplemente desde esa perspectiva, desde ese detalle que puede ser mínimo para algunos, para nosotros es bien importante, porque tener esos animales, en este caso el jaguar, son indicadores de un ecosistema sano y de que todavía el equilibrio ecológico se mantiene", detalló.
Pero crear una obra como la que se viene planteando, sin las acciones necesarias para mitigar el impacto, traería graves daños, ya que se hablaría de cambiar el cauce del río, de talar árboles y acabar con gran parte del corredor.
Ante esto, los animales se verían obligados a migrar a otras zonas, en especial el jaguar, zonas que no conocen y a las que les tomaría tiempo adaptarse, y que en este proceso podrían verse mermados.
Aseguró no estar en contra de la obra, ya que lo que pretende es que las autoridades consideren el impacto que una infraestructura de esta escala causaría a largo plazo, que se tome en cuenta la ley actual y que se procure construir en equilibrio con la naturaleza.
'Queremos que nos escuchen'
Un grupo de habitantes de la región y representantes de decenas de ejidos manifestaron su descontento hacia esta obra y el cómo se plantea construirla, así como los "beneficios" que las autoridades pregonan.
Coincidieron en que lo único que se busca es que sean tomados en cuenta, que sus opiniones, dudas y recomendaciones sean escuchadas por las autoridades que hasta hoy siguen promoviendo esta obra, pues desde el momento en que se presentó el proyecto ejecutivo, y hasta su rechazo hace unas semanas, nunca han sido consultados.
"Que nos tomen a nosotros primeramente en cuenta, que no le pongan ellos que se van a llevar tantos millones (de agua) para otro lado y dejarnos aquí con un límite mínimo, aquí vivimos de la ganadería, agricultura y la pesca y de llevarse casi todo el cauce del río no nos quedaría nada", dijo Lorenzo Bonilla, Comisario Ejidal.
El presidente del Módulo de Riego Las Ollitas, José Alfredo Moreno, señaló que una obra de esta magnitud sería positiva, siempre y cuando los principales beneficiados fueran los habitantes de la región.
"La opinión de todos los habitantes naturales del municipio de San Ignacio es que es algo incoherente que se quieran llevar el agua del río Piaxtla para regar las cuencas de otros ríos, para dejarnos aquí practicante sin nada, yo creo que éste es un error de ellos, al llevarse el agua de este río a los valles de Elota y San Lorenzo nos afecta a todos".
Por su parte, Ramón Martínez Cárdenas, secretario ejidal de Estación Dimas, lamentó que las autoridades, tanto municipales como estatales, no estén interesados en conocer la verdadera opinión de quienes más afectados se verán por esta obra.
"Yo pienso que las autoridades no están interesadas en nosotros aquí en el municipio y más aquí en la costa y no nos solucionan nada, siempre hemos sido pueblos olvidados aquí porque a nadie le importa el desarrollo de esta zona", agregó.