"¿Amenaza tóxica y luminosa?"
A muchas personas, les ha quitado el sueño saber que las lámparas ahorradoras que tienen en sus hogares contienen mercurio y que si se rompen podrían envenenarlos. Todo porque leyeron en un correo electrónico.
Ciertamente que lámparas fluorescentes compactas (LFC), mejor conocidas como lámparas ahorradoras, sí contienen mercurio, elemento químico catalogado como muy tóxico para el ser humano. Sin embargo, la cantidad promedio de mercurio que contiene una LFC es de 3 a 5 miligramos, de modo que si la lámpara se rompe, los vapores de mercurio que emite son mínimos y difícilmente intoxicarían a una persona.
Eduardo Marambio, profesor de la Facultad de Química de la UNAM explicó a Profeco que el índice IDLH, que especifica cuánta concentración de un elemento es peligroso para la vida o la salud, para el mercurio es de 10 microgramo por metro cúbico; se estima que solo 1 microgramo del contenido de mercurio de una lámpara que se rompe es emitido al aire.
Considerando lo anterior, y suponiendo que tu recámara mide 4 metros de ancho, 4 metros de largo y 2.5 metros de alto, tendrían que romperse 400 lámparas dentro para que tu vida corriera peligro al inhalar el mercurio.
Pero ¿qué hacer cuando una LFC se rompa? El correo electrónico sentencia "todo el mundo deberá salir de esa habitación por lo menos durante 15 minutos y evitar pisar los vidrios rotos. Las lámparas deberán limpiarse con escoba y ser mantenidas en una bolsa sellada".
Aquí sí, te dice la verdad. El maestro en ciencias Eduardo Marambio señala que el mercurio está considerado como un elemento químico muy peligroso porque se acumula en el cuerpo, es decir, si una persona inhala 2 mg de mercurio, luego otros 2 mg, la eliminación es muy baja.
A final de cuentas, la conclusión sensata del mito sería: la cantidad el mercurio dentro de una LFC no te causará daño, aunque debes evitar cualquier contacto innecesario con el mercurio.
SI SE ROMPE
En caso de que una lámpara se rompa en una habitación, sigue estas recomendaciones de la EPA:
1. Desaloja la habitación y no permitas que nadie camine sobre el área en que se quebró la lámpara. Abre las ventanas para que el lugar se ventile por lo menos 15 minutos y si está prendido el aire acondicionado, apágalo.
2. Limpia el área afectada. Utiliza un trozo de cartón para recoger el polvo y los fragmentos de vidrio y deséchalos en una bolsa de plástico. Usa cinta canela para levantar todos los pequeños trozos de vidrio y el polvo que puedan quedar en la superficie. Limpia el área con toallas de papel mojadas y deséchalas en la bolsa. No utilices aspiradora.
3. Sella la bolsa y deposítala en un bote de basura que esté fuera de las habitaciones de tu hogar. Lávate las manos.