"Arropan pescadores de Mazatlán a pelícanos mutilados"

"Aunque son varias las aves marinas que han quedado desvalidas a consecuencia de "La Bestia de Acero", los consentidos son tres"
16/11/2015 08:18

    MAZATLÁN._ Los pescadores del embarcadero de la Isla de la Piedra se han convertido en el "ángel de la guarda" para tres pelícanos que han sido mutilados por el paso del tren carguero, que transita al menos tres veces a la semana por esa zona. 

    Aunque son varias las aves marinas que han quedado desvalidas a consecuencia de "La Bestia de Acero", los consentidos son tres. 

    El primero es "Pancho", un pelícano de más de 10 años de vida, al que el tren le cercenó la mitad del pico. 

    "Pancho" no puede comer por sí mismo, así que desde hace siete años, periodo en el que quedó lesionado en medio de las vías del tren, es alimentado por el presidente de la Unión de Comerciantes del Embarcadero a la Isla de la Piedra, Ernesto González Camberos. 

    Todos los días, antes de las 10:00 horas, "Pancho" llega hasta el puesto de Ernesto y éste le proporciona el alimento.
    "Lo que hago es escoger una sierra, porque 'Pancho' no come otra cosa que no sea sierra, si le ofrezco otra especie, se da la vuelta y mueve la cabeza, así que le abro la parte de arriba del pico que sí tiene, ya que la que le quitó el tren es la de abajo, y le introduzco la sierra, y así, poco a poco se la pasa", detalla González Camberos. 

    El problema es que a "Pancho" no le gusta la sierra congelada, así que su papá adoptivo tiene qué guardar una reserva durante la temporada que escasea esta especie, y sacarla del congelador antes de las 10:00 horas para que "Pancho" la deguste fresca, no congelada. 

    La segunda consentida es "La Mochita", que carece de una pata. 

    Esta pelícana come cualquier especie, y cojeando llega hasta el puesto de don Daniel, vendedor libre que le arroja trozos de pescado. 

    "Luego que come se va y no regresa hasta que tiene hambre de nuevo", narra el pescador. 

    El tercer consentido es "Miguelito", que sólo tiene una ala y aún así vuela como los demás pelícanos. 

    Él también come de mano de los vendedores de pescado que se ubican en el embarcadero. 

    Hay otra cosa lamentable y hasta sorprendente en el caso de estos tres pelícanos: son discriminados por los de su misma especie, ya que los excluyen y no les permiten comer libremente como ellos.