"Copala: Un lugar de tranquilidad"
COPALA, Concordia._ Rico en paisajes naturales de la sierra inmensa que lo rodea, que proyectan tranquilidad y un aire todavía agradable es lo que ofrece el pintoresco pueblo de Copala, fundado en 1565.
A pesar de ser visitado y admirado por cientos de turistas nacionales y extranjeros, no se salva de las carencias que suelen tener muchas de las comunidades de Sinaloa, como es la falta de empleo y educación.
Sus más de 915 habitantes se distinguen por su amabilidad y qué decir de sus anfitriones más valiosos, los niños, quienes después de terminar sus labores en las escuela se dedican a trabajar en "gringuear" como ellos dicen.
Y es que para ellos "gringuear" es aprovechar los días martes, miércoles y jueves cuando acuden los turistas al pueblo, donde les dan un agradable paseo en burro, además de venderles artesanías de madera y piedras con "brillo".
Y desde chicos, de esa manera se ganan parte del "pan", pues los jóvenes sólo estudian hasta la secundaria.
José Arturo Peraza tiene más de seis años "gringueando" y dice que le fascina intercambiar palabras con los turistas.
"Me gusta mucho 'gringuear', desde los 8 años empecé, del dinero que saco le doy la mitad a mi mamá y para mí y para comprarle maíz y alfalfa a mi burro 'Franqui'", dice el adolescente de 14 años.
José Arturo señala que en días buenos gana alrededor de 150 pesos, ya que cobra 2 dólares por pasear a los turistas en el taxi o burro, cuando le va mal gana unos 80 pesos.
Y es que "gringuear" es una de las actividades de decenas de niños de Copala y de El Habal de Copala.
"Cuando salgo de la escuela yo también 'gringueo', le vendo piedras con brillo a los turistas", comparte Jesús Abelardo, de 8 años.
Algunos habitantes se dedican a diseñar artesanías de madera, para lo cual aprovechan la corteza del árbol de pochote, actividad de donde obtienen su sustento familiar.
"Me gusta mucho hacer figuritas, además de la necesidad, porque aquí no hay trabajo", expresa Rosa Lerma.
Ella tiene más de 10 años diseñando figuras como templos, casas, taxis o burros de madera.
Otros de los problemas que padecen sus habitantes es la irregularidad de los servicios como la escasez de agua por fallas en la tubería y la falta de alumbrado público.
Sus casonas viejas con estructuras coloniales, sus calles empedradas y angostas son parte de la arquitectura de este pueblo que tiene un kínder, telesecundaria y la Primaria General Gabriel Leyva, de la cual su barda perimetral ha envejecido junto con Copala.
"La mala infraestructura de la barda perimetral (de unos 30 años) es una de las carencias y tenemos miedo porque se corre el riesgo de caerle algún niño", dice Juan Carlos Cañedo, director de la primaria.
El mobiliario escolar está por las mismas, manifiesta.
No obstante, los habitantes tienen un templo valioso y del cual están orgullosos, el del Señor San José que fue fundado en 1765, por el Marquez de Pánuco, Francisco Javier Vizcarra Moreno.
Un sueño, vivir en Copala
Para don Antonio González Chiquete, el vivir en Copala ha sido su mejor sueño, ya que es el pueblo que lo vio crecer.
"Me gusta mucho vivir aquí porque es muy pacífico, es el pueblo que me vio crecer, aquí nací y aquí me quiero morir", dice a sus 93 años.
El solitario don Antonio por ratos ve televisión y lee la Biblia, por las tardes sale a su banqueta y ve pasar a los "gringos".
"Antes aquí había mucho trabajo, ahora todos se van a Mazatlán y Concordia, porque aquí no hay trabajo", expresa.
Y es que los tiempos de antes para don Antonio serán inolvidables, cuando trabajó de albañil, actividad que dejó porque cayó enfermo.
UBICACIÓN
Copala está a 23 kilómetros de la cabecera municipal hacia el norte, por la carretera México 40.