"CRÓNICA | Malova 'es como un dios'"

"Para El Cubiri de La Loma, la cuna del Gobernador, el destino se asoma promisorio. Ahí se empezó a construir la primera obra que ordenara Mario López Valdez, semanas antes de llegar al poder: un estadio de beisbol, que lleva el nombre de su padre."
09/11/2015 09:37

    SINALOA DE LEYVA._ En El Cubiri de La Loma todos le rinden culto a Mario López Valdez. "Para nosotros él es como un dios". Son palabras de Manuela Beltrán, su tía política, cuando elogia al Gobernador "por generoso".
    La secunda doña Rosario Gámez, quien lo conoce desde que era un "chamacón": "Cuando Mario me mira, me dice '¿Qué pasó Chelito? cuando viene todo tiempo me da mis 200, mis 300 pesos; es una persona muy buena, con toda la gente".
    Y ni qué decir de Roberto Laura Escobar, el padrino, para quien el ahijado "no tiene ningún defecto".
    A este pueblo, ubicado a 6 kilómetros de la cabecera de Sinaloa municipio, cercano a Estación Bamoa, Guasave, Malova le cambió el destino. Al igual que lo hiciera su antecesor, Jesús Aguilar Padilla, pero con Palmitas, en Angostura.
    Desde que López Valdez saltó a la política, en 2002, los habitantes de El Cubiri comenzaron a ver su suerte.
    Ahora todos presumen que "de aquí salió un Gobernador". No hay un solo rincón donde no esté su mano. La escuela. Los caminos. Los pavimentos de acceso. Y ahora hasta un estadio, que lleva el nombre de su padre: "Francisco 'Chico' López".
    Aunque algunos pobladores abogaban porque se llamara, como él: "Malova".

    'Desde ahorita
    pónganse a trabajar'

    Del culto a la persona ya hizo escuela en Sinaloa Juan Sigfrido Millán, el "padre político" de Malova, que realizó una campaña por la Gubernatura en la que se clonaba a sí mismo, con tres caras en folletos y espectaculares.
    Y hasta estatua querían levantarle, en Guasave.
    En pocos meses, el empresario ferretero con el acrónimo del corazón, ya tiene estadio, aunque éste lleva el nombre de su padre biológico.
    Cuentan que la idea surgió semanas después del 4 de julio. Cuando Malova festejaba la victoria en casa de sus tíos, a unos 300 metros del lugar donde jugaba beis, con los cuates. Y "acompañado de la música", caminó hasta llegar al maltrecho campo, y ahí dio la orden. "Desde ahorita pónganse a trabajar", demandó. Y así se hizo.
    Faltaban semanas para su toma de protesta como titular del Poder Ejecutivo estatal, cuando decenas de albañiles de la región iniciaban a edificar la obra.
    A fines de diciembre de 2010, el estadio Francisco "Chico" López ya estaba prácticamente bardeado y se edificaban pilares y las gradas, de concreto.
    Aunque del dinero con el que se levantó la obra poco se sabe aún. Dicen por acá que no fue con recursos públicos, sino un regalo de alguien de Culiacán. Pero eso es irrelevante para la mayoría de los 516 habitantes de El Cubiri de la Loma, leales a Malova.
    Y qué mejor prueba de esa gratitud es la casilla 3 mil 571 Básica, donde 312 ciudadanos votaron, según los datos del Consejo Estatal Electoral. El resultado: 294 sufragios para la coalición El Cambio es Ahora, que abanderó el hijo pródigo de El Cubiri de La Loma. Sólo 12 votaron por Jesús Vizcarra Calderón. Y eso que el pueblo era priista.
    "Y no dudes que es de gente que ha ayudado él", dice uno de los familiares de Malova.
    Seis más anularon el voto.
    Pero eso ya es historia y hoy hay fiesta en el pueblo, que estrena estadio. El acto de inauguración lo encabeza el Gobernador, con un encuentro entre su propio equipo, los Ferreteros de Malova contra los Alacranes de Charay. 

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    Una 'pavimentadita'

    Sinaloa es uno de los municipios más pobres de la entidad, junto con Badiraguato, Choix y Cosalá. El grado de marginación de la mayoría de comunidades rurales es "alto" y "muy alto", de acuerdo con datos del Censo de Población y Vivienda 2005. Pero El Cubiri de la Loma, en particular, escapa de esos datos, fatídicos. Muchos de sus habitantes viven del cultivo de la tierra.
    Lo cual no significa que no haya pobres, aunque su grado de marginación está clasificado como "bajo".
    Fue en este lugar donde Malova realizó uno de sus primeros actos como Gobernador, el 8 de enero de 2011, junto con el Secretario de Desarrollo Social, Heriberto Félix Guerra, para arrancar el programa Piso Firme, cuyo objetivo es sustituir pisos de tierra por concreto.
    Hace 5 años el 16 por ciento de viviendas del pueblo aún contaban con piso de tierra.
    "Esta es mi tierra", dijo Malova ese día, "quizá en mis 6 años sea la única vez que hable de mis orígenes. Me siento muy orgulloso de haber nacido aquí. Uno no decide ni cómo ni dónde nacer. Pero si yo pudiera volver a pedir dónde nacer, volvería a pedir nacer aquí, en Cubiri".
    La realidad es que el rostro ha cambiado radicalmente a este pueblo, cuyo campo de beis será el imán para los habitantes de los otros dos Cubiris, el "de La Cuesta" y el "de Portelas".
    Aunque los "de la Loma" esperan más, porque se sienten con derecho de cuna.
    "Tenemos muchas esperanzas de que todo va a cambiar aquí en el pueblo", dice don Roberto Laura, "posiblemente nos va a echar un 'pavimentito' por las calles. Ya tenemos drenaje aquí, luz, teléfono, ahora necesitamos una 'pavimentadita', tenemos mucha tierra..."

    'Este estadio va
    a estar de lujo'

    En los tres Cubiri el beisbol es como una "epidemia", asegura don Esteban López, el tío de Malova. En el lugar donde se edificó la obra había algo de construcción, pero "muy rusticona". "Aquí se juntaba mucha raza. Y ahora con mayor razón", vislumbra.
    Aunque el "de La Loma" es pueblo es chico, tiene tres equipos, entre los que están el de "La Galleta" y "La Guanga". Por lo que el fantasma de que la obra se convierta en "elefante blanco", se antoja imposible. Máxime que la gente aguanta, presenciando los partidos, al rayo del sol.
    Fue la segunda semana de noviembre de 2010 cuando se colocó la primera piedra del estadio. Según el ingeniero de la obra Antonino Rodríguez Díaz, tendrá una capacidad de entre 350 y 400 personas, y cumple con las medidas reglamentarias, de 400 pies de largo.
    "De hecho", afirma, "está 'capacitado' a como jala gente el beisbol en estas zonas, para absorber suficiente gente, sobre todo en estos ejidos, que son pueblos beisboleros, a como me han comentado".
    Según don Esteban la solicitud de ponerle el nombre de "Francisco 'Chico' López", quien es su hermano, provino del mismo pueblo.
    "Más que todo fue solicitud del pueblo, es como un homenaje para tratar de estimularlo (a Malova), más que todo", dice. Uno de los jugadores del beis "estrella" del pueblo ha sido "Chencho", Mario Gámez Beltrán, quien incluso se empleó como albañil, en la obra.
    "Mario jugó junto conmigo, estuvimos en el 86 juntos aquí, jugando. Fuimos campeones ese año", evoca "Chencho", quien se apasiona, al ver la obra y los cambios que vienen para la localidad.
    "El pueblo va agrandándose más, ya tenemos un estadio, este estadio va a estar de lujo", dice.
    Y de su amigo de la infancia, refiere que ya "nadie lo para".
    "Es un orgullo haber (sic) un Gobernador de aquí, en un ranchito como éste, porque es un rancho éste, no es un pueblo".

    'De aquí pa' delante
    lo que ordene el señor'

    Tendría quizá unos 9 años de edad cuando Malova salió de su pueblo, para irse a Los Mochis a culminar la primaria y seguir estudiando. En el pueblo había carencias de todo. De maestros, de médicos. Hasta de cura.
    La construcción de la escuela, donde aprendió a leer y escribir sus primeras letras, está aún de pie, maltrecha y húmeda. En el mismo lugar vive una familia, en extrema pobreza.
    Malova nunca se desarraigó del lugar. Sus habitantes, y su familia ante todo, lo recuerdan llevándole cartones de "mandado" a su madre, Eva Valdez, y demás parientes.
    Muchos de los niños con los que él jugaba, de niño, ahí se quedaron. Sin los mismos que a la distancia, lo ven, muy alto.
    "Tuvo cabeza, salió adelante, puro pa' delante", dice "Güicho".
    Ahora a El Cubiri de La Loma le esperan 6 años de obras y progreso.
    "Esta es mi tierra, donde está enterrado el ombligo... cómo no luchar por mi tierra, si la traigo adentro, y eso no lo voy a olvidar, (voy a) hacer de esta tierra el mejor lugar para vivir", reiteró Malova, el 8 de enero.
    Por lo pronto, su gente, sus amigos del beis, se preparan para estrenar estadio, justo en el día número 86 de la administración malovista.  Los de El Cubiri de la Loma saben que el futuro es promisorio. Y nadie duda de que así será, porque Malova siempre es leal, agradecido.
    Y sobre todo ahora, que tiene poder.
    Como comenta con atino un agente de tránsito en Estación Bamoa, en una de las paradas en la carretera, al referirse al nuevo estadio, edificado en tan breve tiempo: "De aquí pa' delante, lo que ordene el señor...".