"Cuidando cocodrilos"

"Sugiere pescador proyecto para proteger a esta especie del peligro de extinción"
06/11/2015 08:11

    Eduardo Valdez

    EL SAUCITO, Eldorado._ Hace 20 años que Heriberto Salomón Arellanes convive con los cocodrilos en esa maraña de canales y drenes que alimentan las 18 mil 500 hectáreas que conforman la Laguna de Chiricahueto.
    Sin contar con estudios formales de biología, este pescador es considerado una de las personas que más domina el tema de cocodrilos en la región.
    Sus conocimientos empíricos le han permitido involucrarse en diversos programas ambientales y a impartir pláticas en escuelas para concientizar a niños y jóvenes sobre la importancia del cuidado de la ecología.
    Muchos podrán tildarlo de loco porque, sin obtener ningún pago, le dedica la mayor parte de su tiempo al estudio de estos animales, a pesar de que un ataque de un cocodrilo casi le cuesta la vida.
    "Me mordió porque me monté en él. Era uno como de cuatro metros de largo que tenía en el patio de la casa", explica mientras se señala el brazo y el lado izquierdo del pecho, donde fue herido.
    Desde los 11 años se ha dedicado a observar el desarrollo de esta y otras especies que conforman la variada fauna regional.
    Primero, con curiosidad de niño que se asoma a conocer lo que le rodea, ahora con preocupación de adulto que intenta evitar el acelerado deterioro de su entorno.
    La depredación del cocodrilo por parte del ser humano ya sea por temor, por aprovechar su carne y su piel, o simplemente por ocio, es uno de los factores que amenazan su sobrevivencia, ya que lo mismo sacrifican las crías que destruyen los huevos en los nidos.
    El agua contaminada por agroquímicos, plásticos y todo tipo de desechos orgánicos que llega a la laguna por los drenes El Capule, Mezquitillo, Capomitos y Chiricahueto es un factor determinante para que el cocodrilo vea reducidas sus expectativas de vida.
    A la depredación natural de las crías se le agrega la pesca furtiva, que, sin ningún control, extiende sus redes a lo largo y ancho de la laguna.
    "Existen grupos de pescadores que tiran miles de metros de chinchorros para la captura de mojarra tilapia y otras especies de escama, que funcionan como una trampa mortal para los cocodrilos, ya que se enredan y mueren asfixiados", comenta Salomón Arellanes.
    No son como en las películas
    En busca de hacer conciencia sobre la importancia de preservar este especie y derribar mitos que existen en torno a ella por su supuesta peligrosidad, Salomón Arellanes realizó un monitoreo durante 2007 y 2008. La información de ese trabajo la plasmó en el documento "Estrategia para ampliar el conocimiento sobre la biología y la población de la especie crocodylus acutus en la Laguna de Chiricahueto".
    Con el apoyo de instituciones como el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Difocur, Instituto Municipal de Cultura de Culiacán y el Centro de Ciencias de Sinaloa, busca que este estudio sea editado y sirva como guía práctica para conocer a detalle la importancia de proteger el entorno donde se desarrolla esta especie.
    "Hay muchas desconocimiento sobre estos animales, las películas se han encargado de pintarlos como devoradores de hombres y eso hace que se le tenga mucho miedo, pero en realidad son muy temerosos", asegura.
    Muchos ganaderos los cazan con sus rifles por temor a que les maten vacas o becerros, comenta, y llegan al extremo de destruir los nidos a pedradas, cuando durante años no se ha sabido que hayan atacado al ganado.
    Salomón Arellanes ubica como un problema grave para el desarrollo de los cocodrilos en esta zona el crecimiento de la acuacultura, ganadería y agricultura, actividades que han invadido gran parte del territorio donde habita esta especie, destruyendo, desecando, contaminando su entorno y rompiendo el equilibrio ecológico.
    Las responsabilidades se deben repartir, señala, ya que los acuilcultores han invadido gran parte de la laguna con la construcción de estanques y los ganaderos han encimado sus corrales a orillas del espejo de agua, y eso impide que las hembras puedan desovar porque el ganado compacta el terreno.
    En lo que toca a la agricultura, pues utiliza miles de toneladas de agroquímicos que de forma directa o indirecta van a parar a la laguna, causando esterilidad de la misma y pérdida de muchas especies, destaca.
    La alteración y destrucción de su hábitat ha llevado al cocodrillo a emigrar hasta a 100 kilómetros de distancia de esta zona, de ahí que se encuentren ejemplares en canales de riego, en esteros o hasta en mar abierto, donde siempre su presencia seguirá siendo vista como un peligro y la gente los seguirán atacando.


    El panorama
    El monitoreo que durante seis meses realizó Heriberto Salomón Arellanes en los drenes El Capule, Mezquitillo, Capomitos, y Chiricahueto establece varios aspectos.


    *Existe una población de 241 cocodrilos, aunque puede ser mayor debido a que hay áreas prácticamente inaccesibles.
    *El número de hembras encontradas en actividad reproductiva fue de sólo 50
    *Tomando en cuenta la problemática que aqueja a esta especie, existen muy pocas posibilidades de que por sí sola se mantenga estable y pueda recuperarse.
    *El efecto más drástico en la laguna es la contaminación causada por la actividad humana, conformada por basura y residuos agrícolas e industriales. 
    *La tala y quema de vegetación genera ya aridez y migración de especies en los alrededores de la laguna.
    Propuestas 
    *Instrumentar un programa de conservación de estos reptiles, igual al que se desarrolla con la tortuga marina, que conduzca a conservar y sanear los humedales donde habita.
    *Destinar un área en la laguna como campamento donde se concentren los nidos de cocodrilos para incubarlos de forma segura, así como cuidar y liberar las crías nacidas en dicho campamento, a una edad que les sea más fácil sobrevivir en su entorno.
    *Monitorear el índice de sobrevivencia de los cocodrilos.
    *Monitorear y realizar estudios a profundidad acerca de la infertilidad en los cocodrilos.
    *Monitorear la población y sexo de los cocodrilos.
    *Realizar análisis del grado de contaminación y degradación de este ecosistema provocado por la agricultura, la industria, la acuicultura, la ganadería, asentamientos humanos, pesca y caza sin control.
    *Establecer acciones para sensibilizar, desarrollar hábitos para preservar y mantener un espíritu noble con voluntad de servicio y vocación, de compromiso con el entorno.