"Defensor del Lector"
El lector mazatleco, José Ángel García Páez, envió un correo electrónico el 9 del presente mes para reforzar la queja que hizo Víctor M. Iribe sobre el tratamiento de la nota roja.
Estaba leyendo su columna el día de hoy sobre el tratamiento de la nota roja y estoy completamente de acuerdo con el Sr. Víctor M. Iribe, y en mi opinión particular que ya la he expuesto en dos ocasiones a los directores del periódico en turno, únicamente les solicito su intervención para que la persona que hace las grabaciones para el perifoneo ya no tome más la nota roja para anunciar la venta del periódico y denigrar a las familias afectadas por los hechos que gritan a los cuatro vientos.
En las anteriores ocasiones que había solicitado la intervención de los directivos del periódico para que hicieran algún cambio en esa actividad denigrante para mí, me respondieron que su empresa no es responsable ni puede regular esa actividad, ya que el ándale no es personal que labore en su empresa, pero yo creo que nomás están dando su respuesta a la ligera, porque sinceramente creo que como dueños del periódico sí pueden señalar una política de cómo anunciar el diario sin caer en la bajeza que tenemos que escuchar todos los que habitamos esta ciudad todos los días.
Por ejemplo le pongo cómo se hace todavía el anuncio de la venta del periódico en mi pueblo natal, Acaponeta, Nayarit, aquí se vende un periódico que se llama El Eco de Nayarit desde que tengo uso de razón, y los voceadores sólo anuncian a todo pulmón, el eco de Nayarit, el eco y las personas ya saben que el vendedor va pasando.
Creo que ustedes tiene la responsabilidad de exigir al ándale que anuncie el periódico sin incluir la nota roja, creo que tendríamos las mañanas más tranquilas y sin que nuestros hijos y personas que nos visitan, que van creciendo, se acostumbren a oír todos los días esa voz que anuncia puras desgracias (va pasando en estos momentos un voceador a todo volumen).
Espero que en esta ocasión, al igual que el Sr. Víctor M. Iribe, poder obtener la respuesta que estoy seguro muchos ciudadanos esperamos ver y oír.
Regular el perifoneo
El perifoneo es uno de los medios más efectivos para anunciar un producto y llegar al consumidor. Tradicionalmente se utiliza en las zonas periféricas, pero también se acostumbra en colonias más céntricas.
Todos los días escuchamos que se anuncia por medio de perifoneo la venta de garrafones de agua, de pan, de tortillas, de fruta, de escobas, de nieve, de periódico y muchos productos más.
Cuando se venden los garrafones de agua, no se necesita decir qué contienen, pues se conoce el contenido. En cambio, cuando se vende el periódico, no se sabe qué noticias trae, de ahí que una estrategia mercadológica consista en gritar las noticias para llamar la atención del público lector.
Sin embargo, creo que la queja de los lectores no es en sí sobre el perifoneo, sino sobre el anuncio de la nota roja a través de ese medio. El señor García Páez dice que no debería anunciarse esa nota, pero tal vez no esté todo el problema en el contenido de la nota, sino en cómo anunciarla. No es lo mismo decir que despacharon a cuatro con la huesuda, que asesinaron a cuatro personas.
Los directivos del periódico ya están enterados de esta queja y creo que tomarán cartas en el asunto para tratar de regular el perifoneo. Aún cuando el ándale no pertenezca a la estructura de la empresa, sí se tiene responsabilidad sobre su actuación y comportamiento respecto al producto que ofrece, que es el periódico Noroeste.
Los directivos no son los dueños del periódico, como señala el lector, pero sí son los administradores y responsables de la empresa.
Sobre qué tanto influya el anuncio de la violencia en la disminución de la atracción de visitantes, se han hecho diversos estudios. Para el Gobierno es muy fácil echar la culpa a los medios de comunicación porque supuestamente magnifican los hechos de violencia.
No obstante, habrá que tener también en cuenta que un periódico es un medio de información que transmite lo que sucede; por tanto, lo que hay que cambiar, además de sí anunciar buenas noticias, es lo que sucede.
Esta tarea le compete a toda la sociedad, como se refleja en el texto Nada de callar, que sigue teniendo tremenda actualidad, y fue escrito por el cronista Juan Pasquau Guerrero en Diario Jaén, un periódico andaluz, el 13 de abril de 1972.
Nota dominante: la violencia. Quizás no es que el hombre se haya vuelto más violento, ni peor. Es que la violencia tiene también su caja amplificadora. Cualquier crimen suena más. Cualquier barbaridad levanta ecos y más ecos. Una simple gamberrada se ve y se oye mejor que un normal comportamiento.
Miles de hombres anónimos, hoy como siempre, viven, trabajan, gozan, sufren sin aspavientos. Sus virtudes se pierden, no aspiran a la publicidad ni al mercado. ¿Es que en nuestro tiempo no hay personas tranquilas, pacíficas, serenas, apacibles? ¿Es que todos somos neuróticos, contestatarios, llamativos, voceadores? No... pero hay que contestar a la violencia. Ha llegado la hora. Contestar a la violencia y a todo ese enjambre de desvergüenzas, descortesías, ordinarieces, groserías y falta de civismo que la violencia acarrea.
Creo que sí; creo que ha llegado la hora en que el hombre sencillo, el que no vocea su prudencia, el que no hace alarde de su vida corriente, el que vive normalmente su existencia levante la voz un poco más para que los demás entiendan que lo suyo vale mucho más. Que sirve más la moderación que la radical postura. Que todavía la palabra pureza es válida. Y válida la palabra humildad. Que la fidelidad a una idea, o a una mujer o a una fe no es, precisamente, una virtud apolillada...
Vocear para convencer de que la serenidad puede todavía apacentar el mundo. Y que Dios está y no ha muerto... contra la violencia, la moderación debe levantar su protesta. Callar y callar cuando la mentira habla, es el más grande pecado.
Espero sus quejas, dudas, sugerencias y comentarios
defensordellector@noroeste.com
@rodolfodiazf