"DEFENSOR DEL LECTOR/Uso del plural genérico masculino"

"El 26 de septiembre este Defensor del Lector recibió un correo electrónico de un lector de Culiacán"
ÉTHOS
16/11/2015 12:00

    El 26 de septiembre este Defensor del Lector recibió un correo electrónico de un lector de Culiacán, con el siguiente texto:
    “¡Buena noche, Sr. Rodolfo Díaz Fonseca! Espero que se encuentre excelente.
    “Soy Juan Carlos Aguirre Ochoa, un fiel lector del periódico El Noroeste y de su columna. El motivo de mi correo es para hacerle una sugerencia de índole gramatical al Sr. Ambrocio Mojardín Heráldez, autor de la columna ‘Visor Social’, quien en su artículo del día de hoy, titulado ‘Eliminar el fideicomiso en la UAS... ¿y?’, en el párrafo 8, escribió ‘Las y los trabajadores...’ cuando lo correcto hubiera sido escribir simplemente el artículo ‘los’ puesto que así lo marca la regla, y es doble el error porque quiso decir entonces de manera tácita ‘Las trabajadores y los trabajadores’, así que espero que tomen en cuenta esta recomendación para no caer en el error recurrente de Vicente Fox, quien nunca dejó de mencionar en sus discursos frases como ‘Mexicanos y mexicanas, niños y niñas...’, entre otras.
    “He caído en cuenta de un cambio en la redacción del columnista Mojardín, por lo que le agradezco que haya dejado de utilizar ‘@’ en este tipo de expresiones para señalar los dos géneros. El hecho de que quede en masculino no es un acto de discriminación, ni falta de equidad. La equidad y otras cuestiones se demuestran con hechos, más que con palabras.
    “Pasando a otro punto, hoy también, al leer la nota de Míriam Noriega acerca del gran concierto que dio Eugenia León, encontré un error garrafal en el penúltimo párrafo. La periodista escribió ‘El último trajo’, cuando el título correcto de la canción es ‘El último trago’, error que denota la confusión que tuvo sobre la utilización de la ‘g’ y la ‘j’, los cuales son fonemas que muy a menudo confunde la gente en determinadas palabras. Le sugiero que escriba en su columna algo al respecto.
    “Esta crítica la hago con el afán de que mejoren su trabajo pero, sobre todo, por defender nuestro lenguaje.
    “Por último, quiero felicitarlo por su gran trabajo. Su columna es de las más interesantes. ¡Sigan adelante! Saludos”.


    Prescripción de la RAE
    “Respuesta de la Real Academia Española a la consulta sobre el uso de ‘los alumnos y las alumnas’ en lugar de ‘los alumnos’:
    “Si lo que usted persigue es economizar palabras en el discurso, obviamente, la mejor forma de hacerlo en el caso que nos plantea, sería prescindir de uno de los elementos (las alumnas), pues su presencia es pleonástica e innecesaria, dado que el masculino plural (los alumnos), sirviendo como genérico, ya incluiría en sí mismo a las alumnas.
    “En los sustantivos que designan seres animados, el masculino gramatical no sólo se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino, sino para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: El hombre es el único animal racional; El gato es un buen animal de compañía.
    “Consecuentemente, los nombres apelativos masculinos, cuando se emplean en plural, pueden incluir en su designación a seres de uno y otro sexo: Los hombres prehistóricos se vestían con ropas de animales; En mi barrio hay muchos gatos (de la referencia no quedan excluidas ni las mujeres prehistóricas ni las gatas).
    “Así, con la expresión los alumnos podemos referirnos a un colectivo formado exclusivamente por alumnos varones, pero también a un colectivo mixto, formado por chicos y chicas.
    “A pesar de ello, en los últimos tiempos, por razones de corrección política, que no de corrección lingüística, se está extendiendo la costumbre de hacer explícita en estos casos la alusión a ambos sexos:
    “‘Decidió luchar ella, y ayudar a sus compañeros y compañeras’” (Excélsior [Méx.] 5.9.96).
    “Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la que no debe verse intención discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva; así pues, en el ejemplo citado pudo -y debió- decirse, simplemente, ayudar a sus compañeros.
    “Sólo cuando la oposición de sexos es un factor relevante en el contexto es necesaria la mención explícita de ambos géneros: La proporción de alumnos y alumnas en las aulas se ha ido invirtiendo progresivamente; En las actividades deportivas deberán participar por igual alumnos y alumnas.
    “Reciba un cordial saludo.
    “Departamento de Español al día. RAE
    https://www.uv.es/ivorra/documentos/RAE.html


    Maniqueísmo lingüístico
    Los manuales antisexistas son bienintencionados pero maniqueos: dan a entender que si no estás con ellos, estás contra ellos. Si no escribo “los ciudadanos y las ciudadanas”, o peor aún “l@s ciudadan@s”, ¿estoy reforzando el machismo histórico, volviendo invisible a la mitad de la población? ¿Tengo que escribir “la juventud” en vez de “los jóvenes”, “el vecindario” en vez de “los vecinos”, aunque no signifique exactamente lo mismo, para no parecer excluyente?
    Yendo más al fondo de la cuestión: ¿tener que decir siempre “los ciudadanos y las ciudadanas” no parece remarcar que no hay un único sujeto, sino dos grupos separados, que no forman un algo común? ¿No existe una identidad colectiva más allá del sexo o del género?
    Levanto, además, las banderas de la belleza y la economía del lenguaje. Alargar todas las frases, y volverlas así más feas, nos llevaría a una escritura farragosa y de aroma burocrático: “Los españoles y las españolas eligen a sus diputados y diputadas y a sus senadores y senadoras, para que los y las representen en el Parlamento”. Cosas así se leen en libros de texto escolares.
    Ya puestos, confesaré todo: incluso me chirría lo de “jueza” y “concejala”, aceptado por la RAE, si ellos no son “juezos” ni “concejalos”. ¿No es suficientemente neutro juez o concejal? Nunca me presentaré como “periodisto”, y es que hay un enorme abanico de oficios muy masculinos que terminan en “ista” sin que a nadie le ofenda. Y hay una corriente de mujeres que se niega a convertir en femenino el nombre de las profesiones, y que son médicos o soldados así, con o.
    http://blogs.elpais.com/mujeres/2012/03/no-se-ofendan-ustedes-y-ustedas.html


    El último trago
    En cuanto al error de la reportera al escribir como título de la canción “El último trajo”, no se trató de una confusión sobre la letra con que se escribe la palabra, sino a la premura por terminar la nota y la cercanía de las teclas de ambas letras (separadas por la h).


    Espero sus comentarios, quejas, dudas y sugerencias.
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