"Del auge comercial al atractivo turístico"

CULIACÁN._ Altata vivió su punto más álgido antes de iniciar la década de 1900, cuando fue considerado por Eustaquio Buelna como el segundo puerto de mayor importancia de Sinaloa, y como una de las playas más sanas del Pacífico mexicano. 

Hoy, la bahía que fuera el descanso de algunos presidentes de la República es el atractivo turístico por excelencia de las familias culiacanenses y de Navolato, sin dejar de ser un pueblo golpeado por la pobreza, los desastres naturales y la precaria situación en la que habitan sus pobladores. 

Herberto Sinagawa Montoya, narrador y periodista sinaloense señala que fue en 1883, cuando un ciclón tocara tierra el 4 de octubre, y dejara al pueblo que era considerado de gran importancia no sólo en Sinaloa, sino en el país, varado ante los desastres de la naturaleza. 

La furia de la naturaleza 

Un puerto que por décadas había funcionado para la comercialización de mercancías y para el traslado de personas, se vio imposibilitado a la entrada de buques y barcos de grandes toneladas, por el azolve de la entrada a la bahía. 

"Altata tenía una gran importancia económica en la época en la que en Sinaloa no había ferrocarril ni carreteras, todo el movimiento de pasajeros y de mercancías se hacía a través del mar". 

"Eran muy populares los transportes marítimos como el buque de Altata, cuyo patrón era Don Joaquín Arano, el buque Altata se encargó de movilizar a cientos de miles de pasajeros que tenían que moverse un lugar a otro, ya fuera dentro o fuera del estado". 

Tras este suceso, relata que una compañía inglesa llegó a la ciudad con la intención de construir un ferrocarril que fuera desde Altata, hasta la ciudad de San Luis Potosí, lo cual dijo, ayudaría para poner el nombre de esta bahía una vez más en el mapa, lo cual no pudo ser concretado. 

En el año de 1896, otro ciclón tocó las costas de Sinaloa y por primera vez en la historia de Altata, un fenómeno natural golpea su economía y su mayor sustento, el comercio marítimo. 

"En 1896 un ciclón terminó por azolvar la entrada de la bahía, rompiendo la península de Redo, formando el canal de la Tonina y la Isla de Redo, dejando así al puerto incapacitado para el tráfico marítimo y así quedo para siempre, nunca se desazolvó". 

Después de que el pueblo fuera considerado como un puerto de altura, al cual eran enviados hasta 30 mil bultos de mercancía de diferentes LÓPEZpartes de México y el mundo, y tras haber registrado la entrada de 69 barcos de cabotaje y 10 buques de gran calado de 1873 a 1874, dejó de ser casi de un día al otro un puerto cualquiera.
Escribe Altata una nueva historia 

Es después de estos sucesos cuando Altata deja de lado de su actividad comercial y empieza una nueva página en su historia. 

"Cuando entró el ferrocarril y cuando se construyó la primera carretera durante el Gobierno del Presidente Elías Calles, Altata se fue de pique y ya no se recobró, pero sigue siendo hoy un puerto para turistas", dice el experto. 

Con la llegada del ferrocarril y la caída de la que fuera su principal actividad económica, Altata empezó a ver una nueva posibilidad de salir adelante con el turismo local, siendo desde aquel entonces y hasta hoy el destino por excelencia de los culiacanenses. 

Sinagawa Montoya detalla que Altata tenía un atractivo turístico que era del agrado de los antiguos vecinos de Culiacán, quienes los fines de semana tomaban desde las 8:00 horas el Tacuarinero y hacían un recorrido de más de cuatro horas para llegar a la bahía. 

"Utilizaban el Tacuarinero para pasar los fines de semana en el mar, como hasta la fecha, las familias siguen prefiriendo Altata para descansar frente al mar. En aquel tiempo, a principios del Siglo 20 los habitantes abordaban el ferrocarril a las 8:00 de la mañana para hacer un viaje muy accidentado de más de cuatro horas". 

"Los que iban a Altata encontraban mariscos y pescados baratísimos, yo fui muy joven para Altata y era una aldea de casas de lodo con techos de palma, con paredes de vara trenzada, era muy humilde las viviendas de los pescadores y había una sola cosa construida de pura madera que perteneció a un rico de Navolato de nombre Manuel González". 

Años más tarde en el periodo gubernamental de Leopoldo Sánchez Celis, que fue de 1963 a 1968, la carretera de Navolato hacia Altata que tan sólo llegaba hasta el poblado del Vergel fue concluida. 

Cuenta que los restauranteros de entonces hicieron un agradecimiento público al Gobernador, preguntándole cómo podían pagarle tal obra, que traería a su pueblo nuevas oportunidades de desarrollo. 

"Don Leopoldo fue y les dijo 'Me van a pagar en especie', y entonces '¿Qué clase de especie?' preguntó Doña Loret', dueña de un restaurante". 

"Pues me van a preparar machaca de mantarraya", les contestó, "este era el plato favorito de él y desde luego que los restauranteros celebraron mucho esta ocurrencia de Don Leopoldo", dijo Sinagawa. 

Hoy asegura el narrador, que Altata está por vivir una nueva etapa en su desarrollo turístico y comercial, pues con el recientemente terminado Nuevo Malecón y la playa de Isla Cortés, que ha ido tomando importancia en los últimos años.
"Altata con el nuevo Malecón y con esta parte de Nuevo Altata, es un centro vacacional, habitacional de primer mundo".

ALTATA EN
LA HISTORIA... 
* En 1535 el conquistador Hernán Cortés visitó Altata en su recorrido por el mar que hoy lleva su nombre, aprovisionándose desde la villa de Culiacán de alimento y de agua potable. 
* En 1830 se calculó a la población nativa de Altata en 416 habitantes con jurisdicción en tres poblaciones. 
* En 1870 Altata formaba parte de la Alcaldía de Culiacán, y fue hasta 1898 que pasó a la categoría de Alcaldía. 
* El 03 de mayo de 1882 se inauguró en Altata el ferrocarril Sinaloa-Durango, en su primera fase a Culiacán y que fue llamado el Tacuarinero, siendo el primero en dar servicio en Sinaloa.
*En 1911 es directoria política perteneciente a Navolato. 

ALTATA, ALDEA PARA MIGRANTES CHINOS
Otro dato importante que detonara lo que Altata es hoy en día, es la llegada de migrantes chinos en el año de 1890; esto luego de que un año antes se formara un convenio entre México y China, para permitir el libre tránsito de los habitantes entre ambos países.
"Un año después se estableció una colonia China en el pueblo de Altata, los migrantes enseñaban a los pescadores a elaborar chinchorros con truila y atarraya de algodón, el enganche de migrantes chinos fue un amplio negocio, pues las compañías inglesas, japonesas y chinas recibían una comisión de mil 250 pesos".
Siendo así que los pescadores nativos de Altata aprendieron un arte de pesca diferente, el cual sigue siendo usado hasta el día de hoy, y que de no ser por este intercambio, no hubiera sido posible.

Vacaciones del Presidente

Herberto Sinagawa señala que Altata y El Tambor fueron por un tiempo el destino vacacional preferido por quien fuera el Presidente de la República, Plutarco Elías Calles.
"El presidente Elías Calles venía a descansar a El Tambor, y el este y Altata se convertían en el centro político más importante de aquella época con la presencia del Presidente de la República".
"Elías Calles llegaba en avión, una avión que aterrizaba en Dautillos, como no había aeropuertos pues aterrizaba en plena playa con grave peligro para el presidente, sin embargo ahí lo hacía regularmente y en su casita de madera de El Tambor se tomaron grandes decisiones políticas".