"DETENIDOS EN MALASIA: 'Crecieron entre trabajo y valores': Carmen Villarreal"

"La madre de los tres culiacanenses que están en riesgo de pena de muerte expresa que su familia siempre ha estado unida y sobre todo en un trance tan difícil como éste"
09/11/2015 09:43

    CULIACÁN.- Fue en la colonia Loma de Rodriguera donde Regino, Simón y Luis crecieron al lado de sus otros nueve hermanos, siempre rodeados del cariño, apoyo y valores, que tanto sus padres como demás familiares les inculcaron a lo largo de su infancia y juventud. En un amplio terreno que ha servido además de hogar como centro de trabajo aún quedan los recuerdos que sus allegados guardan de ellos.
    Carmen Villarreal Espinoza es el nombre de la madre, una mujer que cree fervientemente en la inocencia de sus hijos, de aquellos tres vástagos que desde 2008 salieron de casa rumbo a un país desconocido y del cual ella teme que nunca regresen con vida.
    Los hermanos González Villarreal salieron de Culiacán en febrero de 2008, consigo sólo llevaban unas mudas de ropa, la bendición de su madre y las ganas de encontrar un buen trabajo y salir adelante, aseguró.
    Casi un mes después, el 4 de marzo, fueron detenidos presuntamente en una fábrica de drogas en la ciudad de Johor Bahru, Malasia. Solamente una llamada antes de ser detenidos y otra más después de su aprehensión fue lo que recibieron los familiares.
    La familia de los tres hermanos recibió la noticia el viernes 25 de marzo de este año, cuando Víctor Hugo Michel, periodista de Milenio Noticias viajó a Culiacán para conocer y dar a los González Espinoza la información que hasta ahora les cuesta tanto aceptar.

    Los hermanos González Villarreal

    Luis Alfonso, de 47 años, es el tercero de los 12 hijos del matrimonio de Carmen con Héctor. La madre recuerda que cuando él nació aún no vivían en la casa en la que hoy habitan, pero su hogar siempre estuvo muy cerca, a tan solo unas cuadras.
    En cuanto a sus estudios, orgullosa menciona que todos sus hijos, y entre ellos Luis, lograron terminar hasta el bachillerato y con buenas calificaciones, suficientes para aspirar a algo más.
    Narró que el más grande de los que están en Malasia después de terminar la preparatoria decidió partir a la Ciudad de México, con el sueño de ingresar al Colegio Militar, para la cual hizo exámenes y fue admitido, hasta que un problema con su acta de nacimiento le frustró esa meta.
    "Él cuando era joven era un buen muchacho, se portaba bien, no nos daba ningún problema y nunca tuvimos reclamos, siempre se portó bien gracias a Dios, todos me salieron buenos muchachos hasta los nietos, que sí son rebeldes", expresó.
    Conteniendo las lágrimas, Carmen recordó a los hijos de sus tres hijos, ella cree que ya nunca los verán, pero aún guarda las esperanzas, la fe que la hace rezar para que las cosas salgan como todos lo esperan.
    Simón, de 36 años, no logró terminar la preparatoria, pero siempre ha sido muy trabajador y fue por él por quien decidieron irse a Malasia, aseguró.
    "Cuando él iba a la prepa se le hizo muy pesado y mejor decidió salirse y seguir ayudando a su papá en la ladrillera y ahí siguió trabajando hasta antes de que se fuera, nunca tuvo otro trabajo".
    Con mayor cariño y ya sin poder contener las lágrimas menciona el nombre de José Regino, de 33, el menor de ellos, y a quien le cuesta más trabajo creer que esté allá, por ser aún muy joven.
    Para ella la situación ha ido más allá de sus manos y las cosas que se han venido diciendo desde que se supo de su situación es dolorosa.
    Indicó que todos alrededor saben que ellos no tenían problemas con nadie, no estaban metidos en esos negocios.

    'No tuvieron niñez'

    Las hermanas recordaron que para ellos la niñez fue algo que no conocieron, aparte de las típicas travesuras y bromas que se hacen cuando se es niño, ellos nunca supieron lo que era vivir plenamente, siempre jugando y corriendo de un lado a otro sin tener que preocuparse ni por la escuela.
    Desde los 6 años y hasta que ellos decidieran, una parte importante de sus vidas fue la ladrillera, que junto a su papá mantuvieron en pie para que la comida no hiciera falta en la mesa de su casa; no había lujos, pero no los necesitaban, dijo Leticia una de las hermanas.
    "Ellos no tuvieron niñez, ellos no tuvieron tiempo de jugar como los niños que juegan ahora con pelotas y todo eso, ellos sólo iban a trabajar a la ladrillera porque desde chicos así los impusimos", mencionó la mamá.
    Carmen contó que el ideal de ella y su esposo era enseñarles a sus hijos un oficio, con el que pudieran salir adelante en caso de que la escuela no sirviera para ellos, y el ser ladrilleros era algo que les daría para vivir en paz y sin complicaciones.
    Comentó que ella y su marido les inculcaron que hicieran lo que quisieran, ya fuera trabajar o estudiar, pero la mayoría decidió seguir ayudando a su papá.
    "Yo siempre les inculqué a mis hijos que tuvieran valores, que respetaran a la gente y que trabajaran duro pero honrado, nunca hacerle nada a nadie, y era muy importante inculcarles el trabajo, que trabajaran para salir adelante".

    'Yo no sé a qué iban'

    Dijo que antes de partir ellos, Jorge, compadre de Regino, estuvo insistiéndoles día tras día de un trabajo que tenía en aquel lugar, ellos se negaban, hasta que una noche aceptaron la propuesta y pocos días después salieron de sus casas.
    "Vino un amigo de ellos, compadre de Regino, y aquí se la pasaba diciéndoles, y yo escuchaba que decían que no, y él, terco, porque se pasaba casi todos los días y hasta que los convenció".
    Carmen señaló que ni ella y ni sus otros hijos sabían a lo que iban Luis, Simón y Regino y que tampoco ellos dijeron nada bien antes de partir, sólo se despidieron.
    La mamá relató que cuando sus hijos se habían ido, a su esposo Héctor le entró la duda de por qué se iban a un país que ni sabían que existía y que está demasiado lejos de esta ciudad.
    "Después de un rato que ellos se fueron mi esposo me dijo qué si a dónde iban, a dónde iban sus hijos, y le respondí que no sabía y pues él dijo 'a ver qué cosas van a hacer éstos', y así quedó todo", agregó.
    Para la familia González Villarreal la última semana ha estado marcada por el sufrimiento para todos, desde los grandes hasta los pequeños, que no se han logrado salvar de las burlas de sus amigos y compañeros.
    Hoy se repetirán los inagotables rezos que noche con noche han estado elevando para que todo tenga salga bien.

    "Yo siempre les inculqué a mis hijos que tuvieran valores, que respetaran a la gente y que trabajaran duro pero honrado, nunca hacerle nada a nadie, y era muy importante inculcarles el trabajo, que trabajaran para salir adelante"

    Carmen Villarreal Espinoza
    Madre de los tres hermanos detenidos en Malasia