"Disfrutan en El Tambor y Altata, la brisa del mar"
NAVOLATO.- En Altata el Sol se desparrama sobre la bahía y la brisa de mar crea la atmósfera de Semana Santa.
La sindicatura se convierte en una Babel de idiomas y personajes que se aglutinan en la calle principal, y que toman por asalto los puestos para regocijo y deleite de los marisqueros.
Cardúmenes de chiquillos bucean en las profundidades de la bahía y se cocinan a fuego vivo hasta adquirir tonalidades de robalo o guachinango.
Músicos con el tololoche a cuestas y el canto en la garganta para condimentar el platillo de los comensales, que disfrutan sin miramiento la jaiba o el camarón al ras del puerto.
Prestadores de servicios que lanzan el anzuelo a los visitantes que se adentran a las aguas por encima del entablado de los muelles.
"Véngase a un paseo en lancha, lo llevamos a ver los delfines. Garantizado", suelta un lanchero.
Litoral al norte, se encuentran las playas de El Tambor, donde las familias se aposentan y lotifican los arenales para pernoctar durante los días santos.
Las edificaciones son de condición desértica, hogares verdaderos creados con las casas de campaña y acondicionadas con las modernidades de la vida urbana.
Son las vísperas de Semana Mayor. La playa es transitable todavía y el visitante aún puede disfrutar el ruido del Pacífico con el rompimiento de las olas.
"Estos días son los buenos, cuando no hay tanta gente. Anoche estuvo tranquilo y ahorita está solo. Pero del jueves Santo hasta el domingo esto se llena de gente, y muchas veces se nos ponen vecinos que se ponen a tomar y con la música a todo volumen", comenta José Luis.
Las gaviotas surcan el océano y aterrizan en los médanos. Permanecen en parvadas y emprenden el vuelo de nueva cuenta.
Mercaderes de carreta bien provista están alertas para saciar el hambre ajena con el tostiesquite o el mango petacón, que guiña el ojo y provoca salivación.
Y Protección Civil en su caracterización de guardianes de la bahía calan el jet ski frente al puesto de socorro y la agencia del Ministerio Público.
El salitre se adhiere al cuerpo, permea los poros e incita al chapuzón en las aguas de El Tambor. Es Semana Santa de Sol, arena y mar...