"El cuarto poder cambia de propietarios y de valores"

"Con la desaparición del semanario londinense "News of the World", el periodismo amarillista o sensacionalista, concluyen siglos de empeños por dirigir multitudes"
09/11/2015 11:50

    ADRIÁN GARCÍA CORTÉS

    "Tú pon la foto, que yo pondré la guerra". William Randolph Hearst, 1863-1951

    Frente a la delincuencia organizada, la violencia y el narcotráfico, que tanto abaten a México –y más recientemente a Sinaloa- ¿qué papel deben jugar los medios de comunicación masiva?; ¿hasta dónde deben fincarse responsabilidades a quienes usan la información como herramienta para motivar acciones delictivas, o de quienes, con apoyo de la era digital en que vivimos, con el sólo afán de acumular poder o recursos económicos, hacen de la imagen un modelo de vida que poco tiene de respeto a la naturaleza y la dignidad humana?
    La reciente desaparición del semanario londinense NEWS OF THE WORLD, de la empresa International News de Rupert Murdoch, ha puesto una vez más en polémica el papel de los medios de comunicación como popularincitadores o inductores de violencia o actos delictivos. El asunto no es nada nuevo; pero hoy día con la generación de múltiples recursos para darle amplitud a la información, la cuestión se presta a escándalo y, de alguna manera, a propiciar que los juicios dejen de ser meramente comentarios anodinos, para convertirse en materias delictivas que deben perseguirse de oficio.

    Castiga más el
    escándaloque
    al delito imputado

    Aparentemente el caso no tuviera mayores repercusiones, si como en otros tiempos quedara en la percepción de grupos involucrados; pero ahora, toma dimensiones extraordinarias y, como mucho se ha dicho, de escándalo que repercute en el colectivo imaginario afectando a audiencias universales.
    Mucho tiempo, en la cultura de Occidente o cristiana, el juicio moral público se apoyaba en una frase atribuida a la jerarquía eclesiástica: "la iglesia castiga más el escándalo que el pecado mismo". Así pasó a la política; así se sigue obrando. Y eso es lo que ha ocurrido con el NEWS OF THE WORLD.
    La revelación delictiva se basó en una especie de espionaje telefónico, tanto en esferas oficiales como privadas, para obtener noticias de impacto y mantener a la expectativa a infinidad de lectores. Pero el asunto se mezcló con autoridades policiales y políticas, a las que el medio sobornaba o con las que mantenía intercambios de mutuos beneficios. El hecho es que se llamó a declaraciones al propietario de la red, a la directora del semanario y éste fue suspendido, ciertamente un periódico de un gran mundo de lectores.

    Sensacionalismo
    o prensa amarilla
    vienen de lejos

    Las prácticas descubiertas no son novedad en la historia del periodismo llamado "amarillista". Se iniciaron, por decirlo así, con la cadena poderosa de Willian Randolph Hearst, a quien se atribuye la guerra de EUA contra Cuba, y su rival Joseph Pulitzer, al que adjudican, en realidad, el color amarrillo de la información aplicado a un monito que usaba como emblema: "The Yellow Kid" (el chico amarillo).
    Pulitzer nació en Hungría en 1847 y murió en 1911, a la edad de 64 años; Hearst nació en San Francisco en 1863 y murió en 1951 a los 88 años. Murdoch nació en Australia en 1931 y a los 80 años aún vive.
    Pulitzer dejó una fundafundación que en la actualidad se expresa con la Presea Pulitzer para el gremio de los informadores; Hearst dejó, también, una fundación que se expresa en el castillo singular, lleno de joyas, pinturas y otras obras de arte en San Simeon, California, dedicado a su amor por la actriz Marion Davis, emulando a Nabucodonosor con las Jardines de Babilonia, y al Sha Jahan con el Taj Mahal en la India.
    La historia inglesa espera que Murdoch, al menos, deje algo que lo recuerde con ventura, y que no sea sólo por escandalizar el espionaje telefónico. Empero, la moral británica va por más, y ha puesto en observación a todos los medios que pudieran incurrir en acciones delictivas.

    México, imitador,
    se ha involucrado
    en lo mismo

    Pero así como hablamos del mundo exterior, digamos que México no ha sido ajeno a la práctica del espionaje telefónico y el contubernio entre periodistas y agentes en pro o en contra de actos delictivos. Algunas referencias ilustran el mundo en que solemos vivir:
    1. Cuando don Fernando Gutiérrez Barrios creó la temida Dirección Federal de Seguridad, agencia de espionaje político de la Secretaría de Gobernación, una de sus prácticas comunes fue, precisamente, las intersecciones telefónicas. Tuvo un empleado que se ocupaba de registrar las grabaciones y archivarlas en compartimentos "secretos".
    2. Otro empleado, que había sido agente de la DFS, tuvo la infeliz ocurrencia de dar una entrevista a la revista PROCESO sobre el espionaje telefónico, misma que la editora publicó en un cuaderno que luego se agoto. El empleado, por supuesto, fue suspendido, golpeado ferozmente, al grado de convertirlo en un desquiciado mental: asesinó a tres servidoras sexuales en la Colonia Buenos Aires, Distrito Federal, dizque para apoyar la "renovación moral" de Miguel de la Madrid, y terminó sus días en las Islas Marías.

    Homosexualidad
    de un Presidente,
    ¿escándalo?

    3. El más sonado caso de enlaces entre periodistas y funcionarios dedicados a combatir la delincuencia fue el de Manuel Buendía (1926-1984), autor de la columna "Red Privada" publicada en Excélsior y más de 60 diarios de provincia. Sus temas predilectos fueron la corrupción gubernamental, el narcotráfico, la ultraderecha y la CIA en México. Uno de sus informantes, con quien intercambiaba datos, lo fue José Antonio Zorrilla Martínez, a la sazón director de la DFS, a quien se atribuyó la estrategia para asesinarlo, dado que en esos momentos escribía sobre las conexiones del narcotráfico con políticos.
    4. Versión tomada de Wikipedia nos remite a que "el asesinato de Buendía sería fraguado por el entonces Secretario de Defensa, Manuel Arévalo Gardoqui, en una reunión realizada a inicios de abril de 1984. A raíz de las denuncias de Buendía en su columna política Red Privada sobre la corrupción de los más altos círculos de poder de México involucrados en el tráfico de drogas ilegales. En la reunión habrían asistido además el entonces Secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz, proveedores de armas para el ejército, Zorrilla Martínez y varios comandantes de la tristemente famosa Dirección Federal de Seguridad".
    5. Otra versión añade que "Buendía poseía archivos fotográficos comprometedores, en los que se veía al entonces Presidente de México, Miguel de la Madrid Hurtado, portando un vestido de Cleopatra, y a varios de sus colaboradores y miembros del Gabinete vistiendo ropas femeninas", misma que Rafael Loret de Mola publicó en su libro "Los Escándalos" en 1999.
    En suma, más que la corrupción, el narcotráfico, la violencia, lo que provocó el asesinato fue el escándalo que podría ocasionar una supuesta tendencia homosexual del Presidente. Los supuestos culpables del crimen, el agente Rafael MoMoro Ávila y el director José Antonio Zorrilla purgaron 20 años de prisión; fueron liberados, anticipadamente, en febrero de 2009.

    ¡Va por Sinaloa, que también es pueblo!

    6. Acá en Sinaloa, el 3 de febrero de 1978, todavía durante el gobierno de Alfonso G. Calderón, fue asesinado el reportero de Noroeste, Roberto Martínez Montenegro, quien se había distinguido como combatiente del narcotráfico, precisamente en el momento en que funcionaba la Operación Cóndor en la lucha contra el cultivo de la amapola.
    Montenegro arriesgaba mucho con su campaña, pero a la vez, hacía pactos para su seguimiento a cambio de beneficios no comprobables. Fue ultimado a balazos camino a su casa por un comando del que nunca se dio información. El escándalo tomó giro nacional e internacional; intervino la Procuraduría General de la República, y cuando se apuntaba la culpa hacia el delegado en Sinaloa, vino a Culiacán al director federal Miguel Nazar Haro y en entrevista de prensa declaró que el único culpable de la muerte era el propio difunto porque, en realidad, ya merecía morir por las tropelías en que había incurrido.
    7. En 1983, el Gobierno del Estado secuestró la edición del semanario nacional Proceso en la que el enviado especial Francisco Ortiz Pinchetti reveló la cercanía del Gobernador Antonio Toledo Corro con el narcotráfico. Casi al final del sexenio, en 1986, el entonces panegirista del gobierno, Odilón López Urías, enloquecido por el asesinato de su hijo Odilón López López (a) "El Nene", cometido supuestamente en riña con un personaje cercano al Gobernador, amenazó con denunciar al detalle crímenes de altos funcionarios del gobierno. Fue secuestrado, asesinado con saña (siete pistoleros) y tirado por la autopista hacia el norte, sin que alguien reclamara su muerte. Se le tenía catalogado como periodista corrupto.
    De todo ello, un comentarista concluye:
    -"No sé que es peor: un político sumiso con los medios que adecúa su conducta a las consignas mediáticas, o un periodista servil ante el poder que escribe al dictado que éste le indica. Uno y otro traicionan la dignidad de su trabajo". (Santiago Álvarez de Mon, profesor del IESE, citado por diario digital Capital Empresarial, 13.07.11)
    Pero uno y otro distorsionan la realidad, los valores las conductas sociales y son, para halago mutuo, asociados al bien común (de ambos, por supuesto).

    Sin amarillismo,
    ¿podrán enfrentar
    a la televisión?

    Por ahora podríamos quedarnos con esta polarización:
    -¿Qué hacer como medio informativo que necesita vivir de sus lectores, en un ámbito donde la lectura es escasa, y lo que se lee es fantasía, morbo, espectacular, escandaloso?
    -¿Cómo enfrentar el imperio de la imagen que impacta a quienes la ven, pero que no razonan en sus efectos, los imitan y los suman a sus hábitos como elementos informativos?
    En otros tiempos, cuando el oficio de informar o el ejercicio periodístico era un postulado de comunicación convivencial, los informadores –llámense reporteros, articulistas, comentaristas o cronistas— tenían comomisión servir a la comunidad y convertirse en enlace entre los lectores y los poderes sociales, económicos o gubernamentales.
    Los periódicos vivían de sus lectores; no requerían de espacios publicitarios para poder circular. Los lectores leían y razonaban. Pero el afán de riqueza o bien, cuando se estimó que la información podría ser un poder frente a los demás poderes públicos, surgieron las empresas de capital y se adueñaron de la información para convertirla en un medio de usufructo según sus conveniencia o intereses políticos.

    El nuevo
    sensacionalismo
    en la era de lo digital



    En Europa, todavía hasta hace pocos años, los periódicos vivían de sus lectores; pero cuando la imagen se volvió mercancía, la publicidad se convirtió en la base sustentable de las empresas.
    No fuera tan criticable esta transformación, si las proporciones entre imagen y lectura se mantuvieran en un equilibrio equitativo. En los medios impresos mucho de ello es así, pero en los audiovisuales, el abuso es contundentemente lesivo para la lectura y las conductas humanas.
    Por eso, hoy día, el cuarto poder de antaño ha cambiado de propietario. Son los medios electrónicos lo que dominan las acciones colectivas; por eso se atreven a poner y quitar presidentes, transformar rostros y convertir a los antihéroes en los líderes de la nueva sociedad. Y contra ellos nadie se mete, no obstante que están en todos los hogares mexicanos y la educación pública a través de sus pantallas sustituye a la que imparten las escuelas oficiales.