"El secreto de María de los Ángeles"

El día en que se lo diagnosticaron, no necesitó que se lo dijeran.
María de los Ángeles Camacho Arredondo dejó pasar un año sin hacerse los estudios. Así que cuando su médico asumió un tono cauteloso, "raro", lo intuyó. No se lo dijo en ese instante, pero ella ya lo sabía.
"No me lo dijo abiertamente, pero noté algo raro. 'Yo le voy a hablar porque necesito que se haga este estudio', me dijo", recuerda.
Era el 12 de diciembre de 2009. María de los Ángeles estaba a un semestre de concluir la licenciatura de Artes Plásticas en la Escuela de Artes y Oficios de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
"De momento como que uno no lo cree", expresa.
María de los Ángeles interrumpe el comentario. Baja la mirada y respira con profundidad. Absorta, juguetea con una pluma y un pequeño bloque de escritura. Una breve eternidad de la que se recupera con un suspiro.
"Discúlpeme. Nunca he platicado esto. Nunca".
Una resonancia magnética dejó sin duda lo que la mastografía ya había diagnosticado.
"Me diagnosticaron cáncer de mama".
Los resultados se enviaron a la Ciudad de México para conocer el grado en el que se encontraba el tumor.
"Era un tumor muy pequeño. Gracias a Dios, empezaba. Sin embargo, era grado dos".
El diagnóstico se convirtió en un secreto de pareja. Su esposo, Jorge Patrón Domínguez, traumatólogo, fue el único que lo conoció. Sus tres hijos, de 35, 25 y 22 años de edad, no lo conocieron. Sus amistades, ni por asomo se enteraron.
La actitud de María de los Ángeles no fue de "drama". Su cónyuge médico y los conocimientos de los avances en la medicina por parte de ella, la hicieron ver la realidad con un cristal menos oscuro.
"Voy a salir adelante. Ésa fue la actitud. Nunca fue de que tengo cáncer y ya no hay remedio".
La cirugía se programó, y a los hijos les dijeron que la operarían por "una bolita" que tenía. Nada más. Eran las preposadas y la temporada navideña. La operaron el 22 de diciembre en el "Bátiz Ramos".
"Fue total. Radical, como le dicen".
Camacho Arredondo habla con cautela, con subterfugios. Omite decir que le extirparon el seno y algunos ganglios, hasta que no se le pregunta.
"Me quitaron todo. Le llaman cirugía radical porque es todo. Todo".
El 23 de diciembre ya estaba en casa.
El pequeño bloque de escritura y la pluma juguetean entre sus dedos, en la oficina de la Secretaría de Salud en donde da su testimonio. María de los Ángeles luce una cabellera negra, más corta de lo usual antes de la quimioterapia.
Antes de comenzar su tratamiento de quimioterapia y radioterapia en el Hospital Oncológico de Culiacán, los Patrón Camacho tuvieron una cena en la que sólo le insinuaron a sus hijos lo de su enfermedad.
"Yo no quería pronunciar la palabra cáncer, sinceramente. No quería, porque sabía que iba a estar bien y que me iba a aliviar".
El padre les dijo que su madre se iba a someter a un tratamiento porque le habían encontrado un "problemita". Los hijos lo entendieron, aunque la palabra "cáncer" se proscribió de ese hogar.
"Mis hijos no me lo preguntaron, pero ya sabían. Se ponían a investigar. Hablaban sin nombrarlo. No era necesario".
En esos momentos se niega todo porque se quiere que no sea verdad.
Y aunque sentía que tendría el apoyo de sus amistades tan pronto como se los contara, tampoco a ellas se lo contó. Lo mismo le pidió a su esposo. De algún modo se enterarían.
"Ahora pienso, ¿por qué sería? A veces uno no sabe ni qué. Yo sentía que tenía a mis amistades y que tenía su apoyo, que lo iba a tener desde el momento que les dijera. Sin embargo, yo no quería, ni de mis hijos, el dolor. La pena".
María de los Ángeles se sometió a tratamiento contra el cáncer el 25 de enero de 2010 en el Hospital Oncológico de Culiacán, en donde le aplicaron ocho quimioterapias y 27 radioterapias y la prescripción diaria de una pastilla durante cinco años y revisiones trimestrales.
Las quimioterapias se las aplicaron cada 21 días.
Las reacciones varían. A los pacientes los debilita, les causa mareos.
"Todo este medicamento te acaba, muchas veces, las células buenas, y te baja las defensas".
Las radioterapias María de los Ángeles las recibió de lunes a viernes. Sábados y domingos descansaba. Rápidas. Un minuto o dos. Un ruido como de taladro y una luz.
"No duele, pero después, cuando llevas varias vas sintiendo que te va quemando. Te quema la piel. Eso te quema por dentro".
A los dos meses comenzó a perder el pelo. El cabello abajo de la nuca se le cayó. Las cejas, las pestañas. Todo.
"Todo el vello del cuerpo se cae. Nada te queda".
El tratamiento lo terminó casi de manera simultánea con sus estudios de pintura. El 21 de junio recibió la última radioterapia y se graduó el 9 de julio de 2010.
"Iba a clases, no todas, pero sí iba, y entregaba los trabajos".
A casi tres años de distancia, María de los Ángeles ve la vida diferente. Ella se mira diferente. Da gracias a Dios por esta nueva oportunidad, y se pregunta el propósito que tiene Dios en ella.
Muchas cosas que le importaban antes, ya no.
"Se hace más espiritual uno y más conciente de todas las cosas".
Y tiene un sueño.
"Mi gran sueño es tener mi estudio de pintura. Invitar a personas, mujeres, sobre todo, que hayan pasado por este problema, o alguno semejante, que les interese pintar y aprender técnicas".
La pintura es una terapia para aquellas personas que han perdido a un ser querido o, al igual que ella, han tenido cáncer. Tantas vivencias expresadas en el lienzo.
"Y poder lograr una exposición de mujeres sobrevivientes del cáncer. Ésa es mi idea". 

CÁNCER DE MAMA
En Sinaloa en 2011 se registraron 47 decesos
PREVALENCIA
Año Casos
2010 206
2011 378
2012 215
TASA DE MORTALIDAD
En 2012 (a septiembre)
6.4 por ciento
PROBABILIDADES DE CURACIÓN
Etapa % de curación
0 95
I 88
II 66
III 36
IV 7
FACTORES DE RIESGO
1. Ser mujer
2. Larga vida estrogénica (no tener hijos o tener pocos, primer parto tardío, menarca temprana, menopausa tardía, no amamantar, uso de hormonales externos)
3. Estilo de vida (obesidad, tabaquismo, alcoholismo)
4. Familiares directos con cáncer de mama
MEDIDAS PREVENTIVAS 1
1. Ser mujer (inevitable)
2. Acortar la vida estrogénica (procrear a edad razonable, amamantar al menos por seis meses, no utilizar hormonales externos)
3. Estilo de vida (mantenerse en el peso ideal, no fumar, no tomar o hacerlo con moderación, realizar actividad física regular)
4. Familiares directos con cáncer de mama (inevitable)
5. Checarse con regularidad (autoexploración mensual, desde los 20 años; examen físico por expertos, a partir de los 30 años; mastografía bianual, a partir de los 40 años; mastografía anual, a partir de los 50 años, y ultrasonido mamario, a cualquier edad cuando se necesario)
6. Acudir a revisión con el experto (a cualquier edad al notar signos de alarma, como salida de líquido por el pezón, hundimientos, tumor palpable, eczema de la aureola o el pezón)


* CON INFORMACIÓN DE JUAN LORENZO ESPINO VILLALOBOS, EX DIRECTOR DEL HOSPITAL ONCOLÓGICO DE CULIACÁN