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"Íconos de la lucha social"

"'El virus rojo de la guerrilla sigue vivo'"

"Integrantes de las guerrillas marxista-leninista más importantes del País, vuelven a reunirse para emprender el viaje a Ciudad Madera"
15/11/2015 09:56

    CULIACÁN._ A 49 años de haber atacado el cuartel de Ciudad Madera, Chihuahua, de conformarse la Liga Comunista 23 de Septiembre, una de las guerrillas marxista-leninista más importantes del País, vuelve a reunirse, pues el virus rojo sigue vivo. 

    Como en los años 70, el kiosco de la plazuela Álvaro Obregón volvió a ser lugar de encuentro para mítines, en los que transmitían mensajes entre compañeros de lucha socialista que se mantenían en furor contra los gobiernos priistas de Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo. 

    Fueron 20 personas las que de diferentes partes del País se citaron, los años y las fotografías que en ese entonces eran instantáneas y de rollo los delatan, pues los pantalones acampanados, el cabello largo, las canciones de The Doors, Bee Gees y The Beatles que aún escuchan los delatan. 

    El activista social, quien encabeza el Congreso Social de Sinaloa con diferentes organismos que están en pos de un beneficio a la sociedad, el cual fue fundado hace 30 años, esperaba en una silla blanca, quien estaba ahí lo escuchó contar sus anécdotas, su viaje a La Habana, Cuba. 

    También contaba de Arturo Gómiz, quien lideraba la Liga Comunista 23 de Septiembre, así como el paso de la guerrilla para dejar las armas y abrirse al diálogo, ideal que aún ostentan los activistas que sobreviven y que pertenecen a grupos sociales para abrir espacio a un desarrollo social. 

    "Habemos quienes no sólo seguimos creyendo en las luchas anteriores sino que consideramos que lo que estamos haciendo hoy es continuidad de una manera de todo el esfuerzo de lo que se ha hecho en las décadas anteriores para alcanzar un País mejor para todos y todas los connacionales", expresó Loza Ochoa. 

    Era el año de 1972 cuando la Federación de Estudiantes Universitarios, contaba, se mantenía en lucha contra el sistema, el cual de manera represiva utilizaba las armas para acallar a los ciudadanos que se manifestaban por una mejora social. 

    Sin embargo, este tipo de luchas no era propia de Sinaloa, también otras organizaciones y guerrilleros del País tenían el mismo esquema como José Luis Alonso Vargas, de Mexicali, Baja California, quien encabezaba el grupo que se dirige a Madera. 

    En su mensaje expresaba su malestar sobre la administración del País y los estados, sobre las cifras de violencia, hambre y desempleo, los cuales son ocultados por los gobiernos locales como un efecto de rechazo a los reclamos sociales, tal como se desarrollaba cuando la guerrilla. 

    "Para nosotros es alentador porque esta caravana culmina en Madera haciéndole homenaje a los primeros caídos de la guerrilla socialista: Arturo Gómiz y compañeros, muchos compañeros que lograron sobrevivir, uno que nos va a acompañar a partir de Obregón, Raúl Florencio Lugo Hernández", manifestó. 

    "Es necesario que Madera no se olvide, porque es el inicio de un enfrentamiento contra el Estado que era indispensable, ya que el Estado no entendía razón en aquel momento y entonces la guerrilla era necesaria y entonces podemos decir tal vez que es la única manera de desobligarnos como pueblo de los oligarcas del imperialismo yanqui y todos los que nos aplastan". 

    Vargas recordaba la lucha de su época de estudiante y la que mantiene ahora como activista y pensador socialista, en la que ha visto morir a compañeros de guerrilla por el tiempo o enfermedad, pero también aquellos que fueron presos políticos y desaparecidos sin que hasta hoy se sepa de ellos. 

    Así se fueron turnando la palabra, pues ni el calor de la tarde en Culiacán, ni el camino largo a Ciudad Madera les preocupaba, pues el contar sus historias los alentaba a seguir con fuerza, tal como lo menciona Víctor Joel Armenta, ex guerrillero de Mazatlán. 

    Hablaba sobre un virus, uno de color rojo como las banderas socialistas, el cual citaba de Armando Escalante Morales, sinaloense que aún se mantiene desaparecido por situaciones políticas desde hace más de 30 años. 

    "Nosotros estamos enfermos, pero por el virus rojo de la revolución que alimenta nuestro corazón y que nos da el ánimo suficiente para emprender esta lucha en contra de la explotación y por los derechos de nuestra gente", subrayó. 

    "En este combate han caído muchos compañeros, pero los que estamos todavía aquí seguimos luchando porque esta lucha no puede parar, porque la opresión que tenemos sigue siendo muy grande y la gente que se atreve a luchar finalmente es la que vale, es la que marca caminos, es la que encuentra salidas". 

    Todos se volteaban a ver, entre ellos se preguntaban por otros compañeros que faltaron a la reunión, unos que incluso están dentro de las filas contra las que luchaban en los 70, reían de las fotos, de los viajes y callaban cuando se nombraba a los guerrilleros caídos. 

    Ya no están jóvenes, eso lo saben, tienen canas, necesitan lentes para poder ver, el cansancio en las piernas y en la voz también lo hacen notar, pero el ideal de la guerrilla, de lucha social, del virus rojo de la revolución y la anarquía se mantiene, como aquel 23 de septiembre de 1965 en Ciudad Madera, Chihuahua.