"Ellos Mueven a Mazatlán | Tiene el papel estelar"

MAZATLÁN._ Una bendición de Dios y un gran compromiso consigo mismo significan para Gabriel Omar García Gámez representar a Cristo en el Vía Crucis, actividad que desde hace 11 años realiza en el servicio parroquial y la Pascua Juvenil de Mazatlán.
Debido a su proyecto de vida, quizá este sea el último año que realiza este apostolado, que inició como una forma de querer trasmitir el Evangelio a los demás jóvenes, además que cree que es tiempo de que alguien más viva esta experiencia.
"Es muy difícil dirigir cuadros evangélicos y desarrollar el papel principal de la representación, porque cuando algo no sale bien no puedes ir a arreglarlo, pero creo que como dice el dicho, el hombre propone y Dios dispone, mi continuidad la decide él", expresa.
Este año, la representación de los cuadros evangélicos de la Pascua Juvenil de Mazatlán están participando 80 personas, entre niños, jóvenes y adultos, muchos de ellos han sido participantes en años anteriores.
De hecho, el propio Omar es un "egresado" de la Pajuma, que vivió por vez primera en el año de 1991, por lo que es un convencido de que la Pajuma siembra la semilla del Evangelio de Cristo en los jóvenes.
García Gámez comenzó a darle vida a Cristo en el año 2000, en el Viacrucis de la Capilla de la Virgen de El Rosario, en el Infonavit Conchi, donde vivía con sus padres.
Posteriormente fue invitado a la Parroquia de San José Obrero, en la Colonia Flores Magón, donde también colaboró con el grupo juvenil, pero fue a partir de 2007 cuando se integró a la Pascua Juvenil para dirigir cuadros evangélicos.
Antes, entre 1993 y 1999, había participado como el Rey Herodes y el Apóstol Pedro en los cuadros evangélicos de la Pajuma, colaborando con el equipo Pastoral Juvenil Diocesano.
"Representar a Jesucristo es como una misión, no puedo explicar con palabras lo que significa para mí, porque es una bendición ser elegido para caracterizar al Hijo de Dios, porque nunca seremos como él", expresa el también maestro de teatro.
Para la representación no sólo hay que aprenderse los parlamentos, sino que implica una preparación espiritual y bíblica, entrenamiento físico y disciplina en la alimentación, porque ser Cristo en un Viacrucis es todo un reto a la fe y el organismo.
Y en el caso de Omar, hay otro reto: la salud, hace un tiempo fue diagnosticado con Diabetes mellitus tipo II, por lo que se mantiene muy apegado al tratamiento farmacológico, de hecho, el pasado miércoles fue al médico para su chequeo mensual.
Sin embargo, está convencido de que ser Cristo es una bendición gracias a la cual su vida está llena de milagros, entre ellos la salud de su esposa, Lupita Morán, quien tuvo cáncer, y la llegada al mundo de su hijo, Gabriel Adonai, de sólo 9 meses de edad.

Gabriel Omar García Gámez
Es maestro de teatro y coreógrafo, está casado con la maestra Guadalupe Morán, con quien tiene un bebé, Gabriel Adonai. Desde hace 11 años representa el papel de Jesucristo en el Viacrucis.