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"Corredor El Habal-La Noria"

"En busca de un nuevo rostro"

"Quieren hacer del turismo su nueva imagen, no más narco y violencia"
06/11/2015 11:21

    Héctor Contreras

    Más de un centenar de turistas recorrían ayer maravillados el proceso de producción de tequila en La Vinata Los Osuna, un terreno que hasta hace apenas una década no era más que una tequilera abandonada.
    La Vinata de Los Osuna es sólo un ejemplo de la nueva cara de La Noria como atractivo para los visitantes, detonador de empleos directos e indirectos. En el último año empujó la creación de restaurantes, talleres de talabartería y artesanía.
    Los pobladores trabajan unidos en cambiar el entorno. Crearon un comité y la Universidad Autónoma de Durango desarrolla un concepto de identidad mercadológica para este sitio.
    Norma Osuna Valdez, propietaria del restaurante La hacienda de mi abuelo y directora del comité, menciona que buscan generar empleos y dar mejores alternativas que la delincuencia y el crimen organizado, cultura en la que se han sumergido por décadas.
    El siguiente paso será convertir el corredor de 23 kilómetros entre El Habal y La Noria, identificado como corredor de dominio de bandas criminales y narcos, en un corredor turístico, e insertar dentro de este desarrollo a los poblados de Puerta de Canoas y El Espinal.
    Este año se invertirán 2 millones 190 mil pesos en el remozamiento de fachadas de las casas de la calle principal de La Noria y para el próximo año se prevé invertir 5 millones en el mejoramiento urbano.
    El reencarpetamiento de la carretera de El Habal a La Noria iniciará en noviembre, con participación federal, estatal y municipal.
    Además, el próximo año, La Noria tendrá servicio telefónico a través de Telcel, que colocará una antena. Esto permitirá a los negocios contar con terminales de punto de venta.

    Olores del sazón, miradas a una tradición: de El Habal a La Noria
    El recorrido de El Habal a La Noria es una parada obligada en sus restaurantes. El Habaleño, que empezó a trabajar en 1979, ha crecido desde ser una pequeña cenaduría hasta convertirse en un restaurante capaz de recibir a 400 personas. Su especialidad: las carnes asadas a las brasas y las tortillas hechas a mano.
    A 23 kilómetros de distancia, en La Noria, desde hace casi ocho años también es parada obligada El sazón de la abuela Tina, que se especializa en carnes y en cocina prehispánica.
    Este restaurante recibe hasta mil 500 clientes diariamente en temporada alta.
    La parroquia de La Noria, dedicada a San Antonio de Padua, atrae a muchos no sólo por su fama de milagroso, sino por su tradición. La iglesia comenzó a construirse en 1862, casi en la misma época que el templo de la Inmaculada Concepción de Mazatlán.
    Otro de sus atractivos con historia es la Talabartería Salas, creada en 1873, donde realizan huaraches y monturas de caballo.
    La Vinata los Osuna comenzó a operar en 1860, pero la clausuraron el siglo pasado, en la década de los 70. Ahora opera totalmente restaurada, con visitas guiadas para los turistas. La fábrica combina procesos modernos de destilación, mezclados con la arquitectura tradicional de tejados de adobe y vigas de madera.
    Huana Coa Canopy cumple un año; cuenta con 12 plataformas de tirolesa. Aquí tienes la oportunidad de deslizarte entre árboles de huanacaxtle por tramos de hasta 130 metros, suspendido a 35 metros de altura.
    Su gerente, Guillermo Ruiz Burguete, comentó que durante un año de operaciones, han ofrecido 20 empleos directos, y para el próximo año se considera ofrecer servicio de restaurante.
    Hace apenas seis meses abrió también sus puertas el restaurante Hacienda de mi abuelo, especializado en carnes, pero que cuenta además como atractivo con un rancho en el que se hacen paseos a caballo o en cuatrimoto. También se puede visitar la granja.