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"Joven de Costa Rica"

"En busca del milagro para América"

"Sola, sin dinero, y a 700 kilómetros de su tierra, la joven María Guadalupe ha emprendido una lucha por recuperar a su hija en contra del DIF Sonora, el mismo que está bajo la lupa por el caso de la venta confirmada de 9 niños"
16/11/2015 11:43

    CULIACÁN._ A Lupita se le ve sola por las calles del centro de Hermosillo.
    Va con calzaletas, unas mallas cafés, blusa amarilla y una carpeta repleta de documentos que ha ido acumulando en los años recientes y que carga entre sus brazos morenos. 

    A sus 24 años, la joven de Costa Rica, sindicatura de Culiacán, ha mantenido una lucha desde hace casi 4 años contra el DIF Sonora, el mismo que actualmente se encuentra en el centro de la atención nacional por la venta confirmada de nueve niños que estaban a su resguardo. 

    María Guadalupe García Medina busca recuperar a su hija América Milagros, la cual perdió al nacer por una decisión equivocada, en parte aconsejada por la pobreza, en parte por la inmadurez de juventud.
    Y si en el embarazo pensó que la salida era dar en adopción a su bebé, hoy está determinada a recuperarla, así sea sola, sin dinero y a 700 kilómetros de su tierra.

    Bebé en camino 

    A sus 20 años, Lupita era una madre soltera de dos niñas y trabajaba en empaques de Costa Rica donde, dice, ganaba apenas 900 pesos al mes. 

    Vivía con su mamá, Alicia Medina, en la colonia Villa Rica, aunque las calles fangosas en tiempo de lluvias y las casas de material exhiben la contradicción del nombre. 

    Entonces, vivían cinco mujeres en esa casa: la señora Alicia, una hija menor que en aquella fecha tendría 6 años, María Guadalupe y sus dos hijas. 

    El principal ingreso lo obtenía Alicia con la venta de productos cosméticos, por eso, cuando Lupita anunció su tercer embarazo se generó tensión en el hogar. 

    "Yo por desesperación pensé que no iba a poder sacar a mi tercera hija adelante, porque batallaba, batallaba mucho para mis otras dos hijas", expresa en una de las bancas de la plazuela Zaragoza, en Hermosillo. 

    La idea de dar al bebé en adopción apareció en su mente y decidió llamar a su madrina, quien por años vivió en Costa Rica pero actualmente reside en Sonora. Ella la secundó en la decisión y la contactó con una pareja interesada en adoptar. 

    María Guadalupe comenzó a acordar los términos de la adopción con Martha Merary, una mujer de unos 35 años, sólo que de palabra. 

    "Ella me dijo que sí, que estaba bien. Ella no puede tener hijos y se emocionó, yo iba a seguir viendo a la bebé pero no como madre biológica sino como tía o algo así", cuenta Lupita. 

    "Llegamos a un acuerdo, de palabra, de que yo iba a seguir viendo a la niña, que si era posible yo iba a ser madrina".
    A inicios de diciembre de 2011, la joven se traslada a Hermosillo para dar a luz. Horas después de bajarse del autobús comenzaron los dolores de parto. No estaban preparadas. 

    Sin dinero las dos para pagar una clínica privada, resolvieron ir a Urgencias del Instituto Mexicano del Seguro Social. Lupita no era derechohabiente, Merary sí. 

    La joven de Costa Rica ingresa así con el nombre de Merary y el 11 de diciembre de 2011 nace América Milagros.
    "Nació la niña y me la dan, me la entregan, la veo y decido que no la voy a dar siempre", recuerda Lupita. 

    De topes con la realidad 

    Deshacerse del acuerdo de palabra no le resultaría tan fácil a Lupita, pero aún más complicado sería lo que vendría después. 

    El certificado de nacimiento de la niña estaba a nombre de Martha Merary, pues ingresó a urgencias con su nombre.
    "Se arrepiente (María Guadalupe) y le dice a Merary. Y Merary le dice que no, que no hay vuelta para atrás que no le va a regresar a la niña", narra Alicia Medina, madre de Lupita, en la sala de su casa en Costa Rica. 

    "Mi hija se regresa y nos platica a mi papá y a mí lo que hizo, regresa sin la bebé. Al siguiente día nos regresamos (a Hermosillo), porque dice 'ayúdenme, estoy arrepentida, no quiero hacer lo que tenía pensado'". 

    Alicia asegura que una y otra vez le llamó a la mujer para pedirle a la niña, pero no accede.
    "Cuando llegamos allá nos dice, 'vénganse, estoy en el DIF, en (la casa hogar) Unacari'. Nosotros nos fuimos y la señora ya había entregado a la bebé", dice Alicia, al tiempo que le echa un ojo a Andrea, de 5 años, la segunda hija de Lupita. 

    Comienza la cuesta arriba: que no es su mamá 

    María Guadalupe pidió asesoría al DIF Sonora sobre cómo arreglar su situación, pues el certificado de nacimiento de la niña estaba a nombre de Martha Merary. 

    "Me dicen que no, que la bebé se tiene que quedar albergada ahí porque yo no soy su mamá. Pero se supone que ya me iban a ayudar pero desde ahí empieza el martirio para mí". 

    En opinión de Jorge Miller Benítez, director general del DIF Sinaloa, en la dependencia sonorense debieron analizar el contexto en el que María Guadalupe tuvo a su hija, por lo que tuvieron que dar vista al Ministerio Público. 

    "DIF no quita menores como muchas veces se podría escuchar en las colonias. DIF no quita menores, es el Ministerio Público el que impone la disposición cuando hay un asunto de omisión, de abandono, de maltrato, de abuso sexual, el estado cubre la custodia de esos menores. Lo mismo pasó en Sonora, pienso yo, vieron algo que el Ministerio Público determinó que tenía que albergarlo DIF Sonora". 

    Los primeros meses de 2012, Lupita y su mamá, Alicia, comienzan a ir de un lugar a otro pidiendo ayuda, asesoría, información en el Instituto Sonorense de la Mujer, Derechos Humanos y hasta con el Gobernador Guillermo Padrés, quien la canalizó con su personal, pero sin resultados. 

    Alicia regresó a Culiacán y María Guadalupe se quedó en el poblado Miguel Alemán, a unos 40 minutos de Hermosillo, apoyada por una tía, hermana de su padre.
    Reconoce DIF que es la madre, pero ahora la acusa de abandono
    El DIF Sonora le autoriza visitas. Durante 8 meses, Lupita estuvo viendo a su hija dos horas cada martes, jueves, sábado y domingo.
    "Me quitan las visitas, pido una explicación de por qué me las cancelan, me dicen lo mismo, 'es que tú no eres la madre biológica, te dimos chance de ver a la niña, nada más'", describe la joven que le pretextaban.
    "Duré mucho tiempo aquí sin que se pudiera hacer nada y desde ahí ellos dijeron que yo abandoné a la niña, los del DIF. Que fue abandono me ponen… siendo que sí he andado buscando ayuda pero no la tengo, dinero no tenía para pagar un licenciado".
    En entrevista para Alejandra Olay, del periódico Expreso de Hermosillo, publicada el 1 de septiembre, Francisco Javier Gómez Izaguirre, Procurador de la Defensa del Menor y la Familia, reconoce que María Guadalupe es la madre de América Milagros, pero ahora la acusa de que abandonó a su hija por más de un año.
    "Tuvimos que presentar una demanda, esto en forma definitiva se da cuando se ingresa a la menor a casa hogar y se detecta en breve tiempo que nos dejó en total abandono, la mamá dejó de asistir a esta institución 523 días", dijo a la periodista.
    El Código de Familia para el Estado de Sonora, en sus artículos 310, 312 y 314, establece que la patria potestad de los menores en situación de abandono será para los abuelos.
    "Cuando se presenten situaciones de abandono o peligro para el menor o incapacitado, los abuelos paternos o maternos deberán realizar los actos de protección, asistencia o convivencia que éste necesite sin necesidad de declaración o pronunciamiento judicial alguno", reza el artículo 312.
    Sin embargo, Alicia, madre de María Guadalupe y abuela de América Milagros, fue ignorada por el DIF Sonora en todo este proceso.
    "Después supe por la licenciada que ahora tiene mi hija, que si mi hija no era apta para tener a la bebé, estaba yo, pero como uno no sabe tanto de estas cosas, uno hacía lo que le decían, y nomás", reconoce.
    El DIF Sinaloa, a petición de su contraparte sonorense, realizó exámenes toxicológicos, sicológicos y de su entorno social. Los resultados avalan a Lupita.
    Venta de niños
    El 18 de marzo, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Sonora recibió una denuncia anónima según la cual en el DIF de esa entidad había una red de venta de niños.
    Las investigaciones arrojaron que Vladimir Arzate Carbajal, funcionario del DIF, y José Manuel Hernández López, abogado de la Unión de Ganaderos, encabezaron una red de venta de niños albergados en la casa hogar de la institución.
    Ambos vendieron al menos 9 niños, de entre 3 y 4 años, entregando además papeles falsos que acreditaban a los compradores como padres biológicos y cobraron, de acuerdo a la PGJE sonorense, entre 80 mil y 150 mil pesos por menor.
    Actualmente hay una alerta migratoria en 189 países para ubicarlos y detenerlos, ya que son prófugos.
    Arzate era el encargado de la Línea Protege, área dedicada a la atención de menores y mujeres de grupos vulnerables, ya sea por abuso, adicciones o pobreza. Los niños que nadie reclama.
    La revelación de este caso puso en alerta a Lupita, pues su hija América Milagros podría ser víctima de esta red de tráfico de niños.
    Así fue como se enteró de que su niña estaba en manos de una ex funcionaria del DIF Sonora y que había iniciado un proceso de adopción en los juzgados.

    Y de repente, una ex funcionaria la adopta
    Al fin Lupita encontró una abogada que decidió apoyarla: Josefina González. Juntas han emprendido el contrataque jurídico.
    -¿Tú niña es de los (niños) que vendieron?
    -Al parecer, no. Parece que no. Parece que la investigación que hizo mi abogada… la tiene una ex funcionaria de ahí mismo de la Procuraduría (de la Defensa del Menor), se llama Verónica López.
    Ella tiene a la niña, desde que a mí me cancelan las visitas ella se la lleva a su casa.
    Carmen Verónica López Vásquez aparece en la nómina del DIF como coordinadora técnica de la institución.
    De acuerdo al testimonio de María Guadalupe, en 2014 el DIF Sonora registró a la niña, ahora sí, a su nombre. Inició el juicio de pérdida de patria potestad y López Vásquez, según la versión pública de acuerdos del Supremos Tribunal de Justicia de Sonora, llevó su proceso de adopción de mayo a julio de este año.
    Lupita, incluso, ya recibió la notificación de la pérdida de la patria potestad, la cual ahora está apelando ante el juez segundo de primera instancia de lo familiar.
    El lunes 31 de agosto interpuso una denuncia en contra de los abogados del DIF, Julián Arce Figueroa y Héctor Arturo Careaga Palacios, este último subdirector de asistencia jurídica.
    "Careaga me ofreció dinero, me dijo que si cuánto quería para que yo le diera mi firma para que ellos pudieran dar a la niña en adopción. Eso fue en 2014, hace poco que yo vine", asegura la joven.
    -¿Esto consta en la demanda?
    -Sí.
    -¿Y por qué demandas a Julián Arce?
    -Porque él era el abogado del DIF. Y pues igual, está complicado con él, se puso de acuerdo para hacer las cosas ilegales, registrar a la niña, darla en adopción sin mi consentimiento, siendo que yo siempre he andado aquí buscando el apoyo, nunca la he abandonado.
    Carlos Navarro Sugich, Procurador General de Justicia del Estado de Sonora, asegura que con una prueba de ADN cualquier padre biológico tiene posibilidad de recuperar a su hijo.
    "Si demuestra que es el padre biológico sí va a haber una situación que solucionar", dice.
    Jorge Miller, director el DIF Sinaloa, por lo pronto hace la promesa de apoyar económicamente a Lupita en su causa.
    Ella, por su parte, está decidida a recuperar a América Milagros.
    "Aquí me voy a quedar hasta que pueda resolver el caso y que la niña se quede conmigo, recuperarla llevarla a su casa, que es mi casa", dice. 

    "Aquí me voy a quedar hasta que pueda resolver el caso y que la niña se quede conmigo, recuperarla llevarla a su casa, que es mi casa".
    María Guadalupe García Medina
    Madre de América Milagros