MC RAMÓN LARRAÑAGA TORRÓNTEGUI
Los deseos son sueños, ilusiones, anécdotas y pasatiempos, que sin duda, hacen que el tiempo y la vida la veamos perfecta. La vida te va quitando en la medida en que te va dando. La verdadera soledad aparece cuando te percatas de que estás hablando solo. El susto nace cuando te preguntas si el amor es lo mismo que la fidelidad. El hombre impasible nace de la superación de la conciencia. La conciencia guarda la superstición para cuando el hombre no encuentra justificaciones. Para amar hay que tener tiempo.
El poder es tan parecido a la belleza, que algunas mujeres a veces los confunden. El camino es lo ya pisado, pues lo demás no existe. Terminar de amar es empezar a conocer. Si decides enamorarte, hazlo de tu idea de mujer y no de otra cosa. El liderazgo consiste en conseguir que lo que tú quieres lo hagan los demás pensando que lo hacen porque ellos quieren. Morir es una de las pocas cosas serias que el hombre hace en la vida. Terminar algo debe ser realmente placentero... se los contaré cuando lo logre. La usura es la capacidad de usar al otro a tu libre albedrío. El espíritu monetarista de las sociedades humanas hace balance diciendo: "Devuélveme el doble de lo que te he dado"... y más en la banca. Las obsesiones, "si" persisten, acaban convirtiéndose en religión.
Somos capaces de imaginar lo mejor, pero nunca calibramos su ruina. La civilización agrede notablemente a la naturaleza salvaje del hombre... y al resto de las especies, claro. El hombre se autodestruye por el trabajo... pero persevera en él. El desprecio es bastante más placentero que la venganza. En todo cambio hay algo de infidelidad al pasado. Desnudar el corazón supone perder el cuerpo. Castígate por tus errores y tu sufrimiento será doble. El misterio habita en lo que no posees pero eres capaz de intuir. Los hombres somos como las latas oxidándose. Nuestro valor termina siendo el óxido. El calor de la brasa es una llama muerta. La vejez es mentirosa, busca siempre engañarse y termina pitándose los pelos. El desconfiado siempre termina sintiendo pena de sí mismo. Huir es también correr hacia algún sitio.
Si no tienes dinero para consumir cosas, consume símbolos. El arte, como la vida, es solo una dimensión de lo imprevisto. Cree en la felicidad de los demás para mantener la esperanza de encontrar la tuya. Debes escoger entre la imperfección de tu vida y la perfección de tus obras.
¿Armas?, no te equivoques, que mata la mano. Serás cuando comprendas que sabes más de lo que ya no sabrás nunca. Soy de cuando la vida alcance la calidad del eco. La libertad no existe para los que tienen grandes mansiones enrejadas. El deseo se hace en la boca como una sed. Para hablar con sinceridad de la vida hay que saber avergonzarse lo suficiente de lo que hacemos con ella. Vivir es como hacer rimar los ojos y los árboles. Morir es un gesto incómodo... pero auténtico. Creer en que algo no volverá es estar predispuesto a que vuelva. Las mujeres que esperan a que el amor llegue... se acaban encontrando sin un hombre deseado.
Para ser poeta hay que intentar ganarse la vida en la política, no en la poesía. Ponle color al hambre y aprenderás a verla en su máxima expresión. La picardía es la sed de la fortuna. Si entiendes tu pasado comprenderás que tu vida va a ser lo que debe ser. Es más fácil hacer el bien que pensarlo. El arte debe existir solamente para divertir y divertirse... El problema radica en definir bien el término "diversión". Cuanto más grande es tu conocimiento, menor resulta el sacrificio de perderlo. Conoces cuando recuerdas... nunca antes. Sentirse joven a los cincuenta años es un fracaso, porque la juventud es tumultuosa y el cuerpo ya no sabe acompañarte. Hay que avergonzarse siempre de haber hecho algo que no merecía la pena. El sufrimiento se supera agotándolo con prisa. Sufre con toda intensidad cuando tengas que hacerlo. La pasión comienza justo en la indiferencia. Si consigo ser feliz es gracias a las cosas que me faltan.
Si quieres que el amor no te afecte, practícalo hasta el asco. Querer permanecer contiene una violencia que puede destruirte. Sufrir sin extraer resultados es una auténtica pérdida de tiempo. No hace falta que las cosas sucedan para que tú les otorgues valor.
Las palabras solo son la mirada, no con los ojos. El ingenuo no es un despreocupado, más bien es un necio que no conoce la preocupación. Justificarse aminora el sufrimiento, pero no arregla nada. No hay como morir para solucionarles la vida a los demás. La dignidad del sueño radica en que somos capaces de crearlo, pero somos incapaces de dominarlo. La vida se posee o se vive, pero nunca ambas cosas a la vez. Cuando una persona te da un regalo, está buscando que tengas una deuda con ella y si eres mujer "Ya sabes, que quiere". Tu equilibrio es la medida que desequilibra a los demás. Lo pasado solo admite modificación por el olvido. Los elogios son las trampas que nos pone la envidia cuando nos sentimos Narcisistas. Todo lo que llegue a nosotros sin que exista una búsqueda previa debe ser objeto de desprecio... pero tal circunstancia no es nada humana. Siento estupor ante la ingenuidad de los hombres serios. Su seriedad hace que, además de ser ingenuos, parezcan tontos.
Sólo el dolor que se escoge es el que se sabe padecer. La fantasía siempre acaba en una escasa caricatura de la realidad. Sobreponerse a la necedad resulta decadente para el resto de los necios.
Hacer algo excepcional te afirma en tu vulgaridad. Lo excesivo nace siempre del miedo a la lentitud. La felicidad termina haciéndote desdichado. Cualquier cosa que hagas por valentía también podrías hacerla por cobardía. Nos esmeramos en hacer cosas imperfectas mientras otros sólo piensan cosas perfectas. El placer habita donde no existen asuntos importantes que resolver. Empéñate en ser diferente y percibirás con nitidez que lo que deseas es ser tú mismo. Ser rico es más jodido de superar que ser pobre. Equivócate para sentirte humano. Quien manda sonríe mejor... durante un tiempo.
El olvido reina en los que no sienten la necesidad de existir con dignidad. El pensamiento común es el placebo de las masas estúpidas. Un sueño por el que merece la pena luchar. Porque las cosas sencillas, son las más hermosas.