"Firmas"

"Vínculos Sanos"
10/11/2015 06:44

    Jorge Papachoris

    "El hombre sano no tortura a otros, por lo general; es el torturado el
    que se convierte en torturador".
    Carl Gustav Jung


    El filósofo griego Aristóteles dijo que "algunos creen que para ser
    amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la
    salud". Para ser y hacer amigos es necesarios establecer con claridad,
    antes que nada, quien y cómo somos en lo personal —que nos gusta,
    deseamos, aspiramos, tememos; con que soñamos. Esa claridad nos
    permite identificar el por qué algunas personas nos son más afines en
    la amistad, el trabajo y el amor. Porque, más allá de pensar en el
    destino, o si los astros conspiran o se alinean para nosotros en lo
    personal —basura mística—; lo cierto es que si bien la familia nos
    toca, a los amigos los elegimos; por lo que no hay manera de culpar a
    nadie. Si me quejo de la pareja que "me tocó", no podré crecer en mis
    satisfacciones interpersonales en tanto no me haga responsable de que,
    la pareja que tengo es para lo que "me alcanzó"; pues si aspiraba a
    una mejor, era indispensable que yo mismo fuera "mejor", y me refiero
    a más despierto e inteligente, más amigo, más humano. Así como sé que
    los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, igual nos rodeamos de
    los amigos, compañeros y socios para los que estamos preparados. Al
    asegurar Fritz Perls que "todo era proyección", explicaba que nuestras
    relaciones son una proyección de nosotros mismos: si tenemos amigos
    que nos apoyan e impulsan a triunfar, es porque en nosotros encuentran
    eso; si "amistades" —o pareja— aprovechan cada oportunidad para
    señalarnos lo ineptos o fracasados que somos, en algún momento les
    hemos dado de esa "sopa" y nos regresen lo que les sobró.
    O quién en su sano juicio prefiere relaciones que lo minimizan o
    insultan; exacto, quién a si mismo se devalúa y agrede. En este ámbito
    y aunque las autoridades del bienestar de las familias no lo alcancen
    a ver por falta de formación; la llamada violencia intra-familiar
    tiene mucho de esto; y no es satanizando a uno solo de sus miembros
    como se combate, es un asunto de sistema donde cada uno pone su parte
    para los resultados que se tienen. Y es que los humanos somos
    mamíferos, necesitados pertenecer a una manada que nos da seguridad y
    a la vez fortaleza. Empieza con nuestra familia de origen, crece con
    nuestras amistades y compañeros de trabajo, y se consolida con nuestra
    familia nuclear — la que nosotros formamos. Es especialmente en ésta,
    en la nuclear, donde se refleja el tipo de personas que somos; que tan
    pacientes y asertivos, amorosos y humanos, y que tan carentes de
    afecto. Si imaginariamente observamos "desde fuera" a nuestra familia,
    podremos encontrar en ellos algunos de nuestros propios anhelos y
    temores. Lo que no se logra con el auto-engaño de que un hijo "me
    salió" bueno y otro malo.
    Nuestra personalidad se refleja en todas nuestras relaciones; todas.
    Tom Peters, el llamado gurú de gurús en los negocios, que siendo
    ingeniero y economista ha sido comparado con el psicólogo y filósofo
    Ralph Waldo Emerson, por el hecho de entender que las empresas y los
    negocios se hacen entre personas; dijo que el 70% de los clientes que
    pierde una empresa, no se debe a los precios o a la calidad de los
    productos; se debe a que no les gusta la persona que es el proveedor.
    Lo que es fuerte pero claro. En ejercicio de honestidad, recuerda al
    último cliente que perdiste y analiza el tipo de relación que
    alcanzaste con el.
    No pretendo que debamos convertirnos en "monedita de oro", pero si
    somos más asertivos y francos con nosotros mismos, podremos obtener
    valiosos recursos y experiencias de cada una de nuestras relaciones
    fallidas —especialmente de las matrimoniales—, a fin de que nos
    apliquemos en no repetir los patrones de conducta que nos produjeron
    fracasos. Pero igual de importante es observar con claridad el tipo de
    relaciones que alimentamos, las nuevas amistades que frecuentamos y a
    las personas que seleccionamos para relacionarnos estrechamente de
    manera sentimental o económica.
    Las características básicas para considerar que nuestros vínculos con
    los demás son sanos, son: cuando trato y me tratan con respeto, sin
    importar el momento; cuando ofrezco y recibo atención, reconociendo
    como importantes los pensamientos y emociones de ambos; cuando
    establezco y observo los límites entre los que nos debemos tratar,
    pues brincarlos sería faltar al respeto; darme cuenta que prefiero del
    otro lo bueno, por encima de sus errores; y soy tratado igual.
    Establecer vínculos sanos con quienes a diario tratamos, no solo nos
    facilita la labor diaria, también nos da mucha energía al obtener de
    los demás sus buenos deseos hacia nosotros —aceptación. Así, dentro de
    nuestro sano juicio preguntémonos: ¿a quienes vamos eligiendo para
    vivir la vida?.
    papachoris@hotmail.com