"Somos la primera generación que conscientemente entrega a sus hijos este planeta finito, sujeto a un equilibrio tan delicado, en peor estado del que lo recibimos"
Brian Edwards
Empezó el subsidio gubernamental al consumo de la energía eléctrica y pareciese ello un aval para el derroche. "Ahora si podemos prender el aire acondicionado todo el día y podemos, con mayor razón, talar todos los árboles que nos rodean, que para eso tenemos 'refugios' de verano perfectamente acondicionados".
Recibimos con beneplácito una medida gubernamental que nos anuncian que ya no pagaremos de nuestra bolsa (por lo menos directamente a la CFE) un porcentaje de la energía que consumimos. En definitiva, lo que no nos cuesta, no lo valoramos.
Nuestros antepasados vivieron cientos de años adaptándose a las condiciones de un clima que no ha variado mucho en Culiacán. Quizás la carencia de tecnología los hizo más creativos y encontraron miles de fórmulas para mitigar el calor sin tantos costos ambientales como ahora. La vegetación, como elemento regulador del clima, fue uno de ellos y hoy cada día lo negamos más.
A estas alturas del año, muchas casas todavía no requieren del aire acondicionado en la noche --con un ventilador bastaría--, pero se opta por refrigerar al máximo y cubrirse al máximo. En las oficinas, la gente termina usando suéter todo el verano por culpa de quienes no soportan el aire acondicionado "a medias". Estos consideran más fácil la adaptación de aquellos.
La termo-fisiología de cada organismo humano es diferente: Algunos soportan mejor las altas temperatura, como otros soportan más el frío. Unos sudan mucho y otros casi nada. Así también la termo-fisiología del cuerpo humano es adaptable, como lo hace quien vive en lugares cálidos y emigra a lugares fríos o viceversa.
En Culiacán hemos evitado todo esfuerzo de adaptación y abusamos sin compasión de los recursos energéticos. Recursos que tienen límites como también tiene límite el ambiente que contaminamos con su excesivo uso.
Para muestra
La llamada regulación Ecodesign que inició la Unión Europea este año obligará a los fabricantes de equipos electrónicos a que reduzcan --para el 2020-- en un 73 por ciento la energía que consumen éstos, cuando se tienen en stand-by. Es decir, evitar esos foquitos de colores, aparentemente inofensivos, que quedan encendidos cuando no utilizamos un equipo. Con ello, se calcula un ahorro estimado equivalente al consumo eléctrico anual de toda Dinamarca.
El comunicado de la UE menciona "Es una contribución concreta para alcanzar los objetivos de la UE de eficiencia energética y protección del clima, al tiempo que se ahorra el dinero de los ciudadanos".
Llama la atención que se antepone "la eficiencia energética y protección del clima" al "ahorro económico del ciudadano".
En Culiacán, la noticia se presume con un enfoque al supuesto ahorro económico del consumidor. Este ahorro seguirá siendo ficticio mientras no inclinemos la campaña hacia una verdadera concientización del ahorro energético (no económico), en la búsqueda de un nuevo estilo de vida contra el cambio climático, con acciones verdaderamente ambientales y no con acciones meramente paternalistas que sólo acaban ayudando a quienes tienen la posibilidad de consumir más.
Comentarios: jccarras@hotmail.com