Ricardo Urquijo
Este colibrí es otro de los visitantes del patio de la casa y además, como la foto lo prueba, agandalla con las lichis, las cuales ha aprendido a perforar para sorber el jugo de estos frutos que hace muchos años trajera don Diego Redo desde el Celeste Imperio a El Dorado.
Y digo que aprendieron porque apenas hace 19 años que sembré este árbol en el patio. Durante las primeras cosechas las chuparrosas no le hacían caso a los frutos pero, de unos pocos años a la fecha, aprendieron que en nuestra casa tenían un manjar a su disposición durante los meses de junio y julio y ¡a darle que para eso son!
A las chuparrosas siempre les han atraído las flores de color rojo para libar su miel y así tener energía para cazar insectos que también revolotean cerca de las plantas y árboles con flores, las lichis son de ese mismo color, por lo que no fue difícil que les llamaran la atención y, motivados quizá también por el perfume de estos frutos, decidieran probar qué pasaba si perforaban la cáscara rugosa de la ciruelas chinas y "voila", desde entonces nos las disputamos con ellas.
Estos plumíferos huéspedes son muy peleoneros con sus congéneres, se les puede ver librar batallas con otras especies de chuparrosas, o con sus iguales, por el dominio del árbol con los frutos maduros, ya que los corren se ponen a perforar los frutos maduros y una vez que han llenado sus estómagos se posan en las ramas a limpiar sus largas lenguas y acicalar sus plumas.
El nombre de la especie de hoy le viene, por supuesto, por la coloración de su plumaje cuyas partes inferiores son canela subido uniforme, la cola la tienen rojiza, la cabeza y sus espaldas son verde dorado y el pico rojo con la punta negra.
Son originarios del sur de Sinaloa, pero se les encuentra hasta Costa Rica y en la Península de Yucatán.
PERFIL
Nombre común: Chuparrosa canela
Nombre científico: Amazilia rutila
Nombre en inglés: Cinnamon Hummingbird