"Historia sobre ruedas"
Ariel Noriega
MAZATLÁN._ Pocas cosas tan mazatlecas como las pulmonías.
Quizá el símbolo del puerto más conocido en el mundo, las pulmonías nacieron gracias a la decisión de una empresa que cerró sus puertas en Mazatlán.
La empresa York, dedicada a la venta de aires acondicionados, se fue pero dejó en el puerto tres triciclos con motor y cambió la historia del transporte público en Mazatlán.
El hombre que compró los triciclos y los convirtió en leyenda se llama Miguel Ramírez Urquijo, y fue el antecesor de lo que hoy son las dos agrupaciones que reúnen a más de 300 pulmonías.
Las pulmonías han desarrollado su propia historia y de los triciclos con un motor que se calentaba, pasaron a modernas imitaciones de autos de lujo en fibra de vidrio.
Los turistas las prefieren sobre cualquier otro medio de transporte y su imagen es el recuerdo de millones de visitantes.
'MADE IN MAZATLÁN'
Los siguientes son los pasos para la construcción de una pulmonía:
1. Se construye la plataforma de la futura pulmonía, tomando como base los ejes de un Volkswagen sedán.
2. Se añade el motor y la transmisión en la parte trasera.
3. Por separado, se construye el cuerpo de fibra de vidrio de la pulmonía, con la ayuda de un molde.
4. El cuerpo entra a detallado y pintura.
5. Se ensamblan el cuerpo y la plataforma, y se añade la funda del volante.
6. El último paso consiste en instalar asientos, techo y accesorios.
Nacimiento accidentado
El nombre de "Pulmonía" se lo impusieron los taxistas, con la intención de asustar a los clientes, al ver que se convertirían en su competencia.
80 viejos pesos fue el costo de la primera "rendida" impuesta a los choferes de las pulmonías.
La decisión de alejarse de la marca Cushman fue porque los repuestos había que importarlos desde Alemania o Estados Unidos.
La primera propuesta para suplantar los triciclos Cushman fue un auto Renault, pero fue rechazada por las autoridades.
La marca
Cushman aún sobrevive y produce carritos de golf y de carga.
Hoy, más de 4 mil personas dependen de los ingresos generados por las pulmonías.
Subirse a las primeras pulmonías costaba 3 pesos, más un peso por cada kilómetro adicional.
Viajar desde el Centro a la Colonia Juárez costaba entre 12 y 15 pesos.
A los choferes de las pulmonías no les gustaba llevar gente a la Juárez porque el motor se calentaba.
1967
La compañía York de aires acondicionados decide cerrar sus instalaciones en Mazatlán y vende los tres montacargas marca Cushman.
Miguel Ramírez Urquijo los compra, consigue otros cinco en diferentes partes de México, y los transforma en las primeras pulmonías. Las primeras quejas de los usuarios de las pulmonías era el polvo que levantaban los caballos que circulaban cerca del nuevo transporte.
1969
Miguel Ramírez Urquijo arma 16 nuevas pulmonías, entrando de lleno a competir con los taxistas y los sindicatos que se oponían a que circularan.
Ramírez Urquijo llegó a operar 100 pulmonías, 50 en cada turno y un taller para darles servicio, ubicado en la esquina de Carnaval y Constitución.
1975
Estalla un conflicto entre los choferes y Ramírez Urquijo por la propiedad de las pulmonías. El Gobierno estatal entrega las pulmonías a los choferes y en poco tiempo llevan casi a la ruina la empresa.
De las 100 pulmonías que existían sólo operaban 24. A pesar de esto, las pulmonías lograron sobrevivir y ante la insistencia de un funcionario del transporte de aquella época, Juan S. Millán, cambian su plataforma de Cushman a la del Volkswagen.