"Julio Apodaca Rivera: Sobresale con o sin banquito"

"Reconocido como Gente de Bien por el Club Rotario, el navolatense habla de su municipio, al que considera que le hace falta más promoción y difusión turística"
07/11/2015 09:31

    A Julio Apodaca Rivera, para sobresalir en el Banco de Comercio a los 15 años, no le faltaron inteligencia ni aptitudes. Le hacía falta un banquito para que los clientes lo alcanzaran a ver sobre la máquina registradora. De tan bajito, de chiste, sus compañeros le decían "Niñojulio".
    Cincuenta y un años después ha ganado poco en estatura. Pero como empresario, su crecimiento se ha medido de su cabeza al cielo, y su nombre es referencia obligada en el municipio como hombre de negocios y de éxito. Ha sido reconocido por el Club Rotario de Navolato como Gente de Bien, en la categoría empresarial.
    El empresario nacido en Guasave fincó su residencia en Navolato después de haber hecho una carrera vasta en la Cervecería Cuauhtémoc, con la que estuvo ligado 47 años. Se retiró en diciembre de 1991 para operar como director de su empresa Carta Blanca del Valle de Navolato, de la que se retiró en 2005.
    "Sigo activo, aportando ayuda a los estudiantes de escasos recursos que van de viaje de estudios, a deportistas que tiene que salir a competir a otros estados, y a personas de la tercera edad", dice.
    Sentado en el porche trasero de su casa en la hacienda Santa María, Apodaca Rivera habla de su vida. Su voz tiene una concordancia con su estatura. Una sonrisa acompaña siempre su palabra. La vastedad de los jardines le dan un aire inequívoco de potentado. Se expresa con el tono propio de los triunfadores.
    El navolatense conoce las entrañas del municipio y habla con autoridad.

    --¿Qué le falta a Navolato para que tenga mayor relevancia en el estado?
    --Le falta más difusión, más promoción. Que las autoridades que están en el poder promuevan más Navolato. Si vemos, por ejemplo, a Culiacán hace 25 años, se ha desarrollado tremendamente. No así Navolato. Navolato ha quedado rezagado.

    Relacionado con los detentadores del poder político, Julio Apodaca tiene voz, aunque le falta voto para detonar la economía regional. Impulsor de la cuatrocarriles y promotor de un proyecto comercial en los terrenos de lo que fue la planta Fibrasin. Trabado por intereses que desconoce.
    "Estuve metido en el proyecto de Fibrasin, hablé hasta con el secretario de la Reforma Agraria. Ya estábamos a punto de resolver el problema, pero luego intervienen otras gentes con algún interés y nos sacaron. Sigue ahí paralizado".
    La quietud de la hacienda es acogedora, por entre los senderos de palmeras se escucha el cauce de la única cascada del municipio que da un toque de paraíso a la floresta. Algunos pájaros sueltan sus trinos y el empresario se arrellana en su poltrona.
    "Tal parece que las autoridades no les dan seguimiento a esos planes. Ahí está congelado el asunto. Deben ponerlo en manos de la iniciativa privada de Navolato, porque somos los de Navolato los que tenemos que hacer ahí ese movimiento".
    El empresario se pone en pie e invita a conocer la hacienda. Veinte años atrás era una huerta devastada. Hoy es su orgullo. Árboles plantados con sus propias manos, jardines que traen reminiscencias del Edén.
    Le preocupa Navolato y busca mostrar un rostro nuevo del municipio. Como promotor e impulsor turístico, trajo la Nauticopa para dar a conocer las riquezas de la bahía.

    --¿Qué pasó con la Escalera Náutica?
    --Algo pasó. Se detuvo en el sexenio de Fox y ahora, con la situación económica, la veo un poquito más difícil. Sin embargo, estamos viendo que a la zona de Teacapán le van a invertir bastante dinero a ese proyecto que es maravilloso. Pero se me hace que están descuidando lo que es la Isla Cortés.
    El correr del agua por entre el lecho de piedra de la cascada artificial acaricia el tímpano e inunda la mirada. A un costado se encuentra el espacio reservado para los eventos sociales y políticos. El empresario se detiene y observa orgulloso.

    --¿Le interesa la política?
    --Me han invitado, pero tendría que dejar de ser yo y convertirme pícaro y mentiroso.

    Pero Julio es empresario y vuelve sobre los terrenos de Fibrasin.
    "Si se pusiera ahí este centro comercial con cines, restaurantes, y una tienda ancla de autoservicio. Inclusive, pensábamos hasta la Presidencia Municipal ahí. El único municipio que no tiene unidad administrativa es Navolato. Ahí podría estar también la unidad administrativa".
    La hacienda Santa María es su pasatiempo y lo apasiona el golf. Cuatro días de la semana lo juega con los amigos.

    --¿Qué le hace falta a Julio Apodaca como persona y como empresario?
    "Como persona ya estoy realizado. Tengo este negocio que es la hacienda Santa María, creo que es un lugar bonito. Así como persona estoy realizado. Como inversionista o comerciante sigo activo. He hecho algunas inversiones en Altata y sigo ligado a la Cervecería Cuauhtémoc".
    Julio Apodaca, el "Niñojulio" de sus 15 años, ahí está. Sobresale con y sin banquito... 

    "Me han invitado (a la política), pero tendría que dejar de ser yo y convertirme pícaro y mentiroso".
    Julio Apodaca Rivera
    Empresario