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"Viven lucha de valor, fuerza y destreza"

"La batalla entre hombre y bestia"

"Jinetes ofrecen espectáculo de jaripeo en la Feria Ganadera Mazatlán 2015, donde se enfrentan a bravos toros de Juliantla, Guerrero"
16/11/2015 10:10

    MAZATLÁN._ Los toros de Juliantla, Guerrero, son de lo más bravos. Infunden temor con su sola presencia y su tonelaje inspira respeto en los jinetes, que montan a la espera en que el animador los presente y les dé la señal de salida. 

    Mientras tanto, la gente abarrota el jaripeo y espera ansiosa el espectáculo que trae la tradicional Feria Ganadera Mazatlán 2015, en su edición 21. Ya la Banda Alterada, proveniente de Jalisco, ambienta, en tanto el presentador afina su garganta para nombrar a los 10 hombres que arriesgaran su pellejo frente al mismo número de los toros, los más salvajes del Rancho La Misión, de Hugo Figueroa. 

    "Juanillo", "Loco", "Coco", "Cora", "Fantasma", "Guillo", "Omar", "Polvorita", "William Levy" y "Solín", serán los encargados de demostrar su tenacidad en el ruedo, en contra de las bestias "Minotauro", "Mr. USA", "Dueño de Nada", "Carrusel", "Rascacielo", "Tormenta", "Depredador", "Chulo" y "Voz de Mando". 

    Cada uno de los toros hace honor a su nombre, y es en esos momentos donde los caporales acuden al llamado del ritual. En el ruedo los jinetes se hincan, se despojan del sombrero, con las manos trazan una línea y toman con el puño un pedazo de tierra para luego arrojarlo. Recitan una plegaria sorda y trazan la señal de la cruz por los aires. 

    "Señor, hoy te damos gracias por permitirnos la vida y permitir un jaripeo más aquí en Mazatlán, Sinaloa. Los jinetes que participan te piden que les des valor, fuerza y destreza, para soportar el jalón o la revuelta del toro que les toca montar. Señor, tú decides si esta es su última monta, que se haga a tu voluntad mas no a la nuestra, para cuando nos llames allá, donde las praderas son verdes, el agua es pura y trasparente como el cristal, Señor, que le digas a tus hijos ganaderos, muy en especial a tus hijos jinetes: 'Pasa, hijo, tu boleto de entrada ya lo he pagado', amén, amén", recita el animador. 

    La banda no para de tocar, y la gente tampoco de pegar trago tras trago a sus bebidas. Y es que se siente el nerviosismo del público, aún más que el de los mismos jinetes. Cuando sale "Juanillo", todos los corazones se escuchan, hace la montada y con ello comienza la batalla entre hombre y bestia. 

    Hay jinetes que salen volando, no tanto por la animadversión del toro, sino por el juego de quién domina a quién. Por eso, la mayoría de los combates son ganados por los toros, que convulsionantes brincan, se estiran y patalean en lo alto como muestra de victoria y supremacía. 

    Sin embargo, "Coco", un caporal nayarita, logra mancillar a "Dueño de Nada", un mastodonte de mil kilos, de mirada avasallante y que según el animador, rara vez ha sido domado en las fiestas de jaripeo. 

    Beto Peña se encarga de ofrecer un musical con su mejor repertorio, mientras canta montado en su corcel y muestra todo tipo de suertes y trucos, ganándose el aplauso y el reconocimiento del público.

    Un gran ritual
    Cada uno de los toros hace honor a su nombre, y es en esos momentos donde los caporales acuden al llamado del ritual. En el ruedo los jinetes se hincan, se despojan del sombrero, con las manos trazan una línea y toman con el puño un pedazo de tierra para luego arrojarlo. Recitan una plegaria sorda y trazan la señal de la cruz por los aires.