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"GUARDIANES DE LA TRADICIÓN"

"'La carpintería es mi vida'"

"Francisco Pérez ama la madera y hace con ella obras de arte"
08/11/2015 13:04

    MESILLAS, Concordia._ Ser un carpintero en este pueblo puede ser el oficio más común, aunque hay un factor que los diferencia: el amor con el que tallan la madera.
    Unos hacen la misma pieza todo el tiempo, cual maquiladora: procesan patas, cubiertas, respaldos; otros carpinteros, como Francisco Pérez Lizárraga, reciben la madera en bruto, la cepillan, la cortan, la tallan, la lijan varias veces; cada vez con lijas más suaves y delicadas.
    Cuando los maderos están listos, Francisco los pinta y los deja reposar. Lo respaldan en el oficio tres de sus cinco décadas. Su casa parece una galería propia. Él hizo las puertas, las escaleras, los marcos de las fotografías, la sala, el comedor, la cocina, y todo lo que huela a cedro en el lugar.
    "La carpintería es mi vida, es lo que más me gusta hacer. Hacer una obra diferente cada vez", menciona en el patio de su casa, habilitado como taller.
    "Yo le pido a Dios, a diario, que me dé sabiduría en las manos para hacer las cosas".
    Ha hecho muebles para la familia De Cima, para la Rice, entre otras familias conocidas en Mazatlán. Incluso, una vez lo entrevistó el músico José Ángel Espinoza Ferrusquilla para promover el oficio más popular en Concordia, famoso por sus poltronas cómodas, frescas... y eternas.
    Pero la carpintería no sólo es un oficio recreativo en el que el tallador disfruta su creación concluida, también tiene riesgos. En talleres del lugar no es complicado encontrar trabajadores con los dedos cercenados.
    "Me los corté de morro, cuando no sabía", dice uno de ellos. La mano la mostró por poco tiempo, apenas lo suficiente para constatar que le faltaban el angular y el meñique.
    Francisco ha tenido suerte, no se ha cortado ningún dedo, ni siquiera las yemas.
    Dice que siempre ha sido cuidadoso, que los accidentes laborales cada vez son menos porque las máquinas han incrementado su seguridad.
    El problema, comenta, es que actualmente algunos carpinteros llegan a trabajar "amanecidos", "crudos", o con algún problema de salud que les provoca un conflicto.
    Otro de los problemas es el fuerte olor a la pintura, esto produce dolores de cabeza y explosiones en los ojos.
    El polvo que se desprende de la madera también molesta, expone, pero nunca ha sabido de alguien a quien le haya causado problemas de salud.
    Francisco no es un carpintero solitario, en su taller le ayudan su esposa Lupita y su hijo Javier. Los dos hermanos de Javier se dedican a su profesión: Daniel a la Ingeniería Civil, y Diana a la Nutrición.
    "Mucha gente se extraña, me pregunta que dónde aprendí carpintería, pero yo aprendí solo. Lo único que sí sé hacer es dibujar, y hago las plantillas", afirma.
    Los precios en este taller que trabaja casi exclusivamente el cedro, parecen comunes. Un comedor de cuatro sillas de cedro, por ejemplo, Francisco lo cobra entre 10 mil y 14 mil pesos. La variación la determina la dificultad de la pieza.

    Hágalo usted mismo
    A escala, Francisco Pérez Lizárraga enseña cómo hacer una mesa para la televisión. Observe los pasos y hágala usted mismo, de preferencia acompañado de su familia.
    Previo a la realización de la mesa compre dos tablones cepillados de madera de cedro de 1 x 1 ó 1 x 2 pulgadas, y una cubierta de triplay de tres cuartos de pulgada. Elija las medidas del mueble a realizar. Una sugerencia es 70 centímetros de alto por 90 de ancho y 50 de fondo.
    Necesitará cinta métrica, un martillo, lima, clavos y pegamento blanco para madera, un taladro casero, lijas medidas 100 y 220, y un cepillo para madera.