"La costa sur de Sinaloa y el cambio climático"
Uno de los temas más difundidos durante los últimos años es el relacionado con el cambio del clima mundial debido a las actividades humanas. Este fenómeno es causado por la contaminación de la atmósfera con gases llamados "gases de efecto invernadero" porque retienen el calor que despide la superficie terrestre al ser calentada por el Sol, lo que origina un recalentamiento del planeta. Cerca del 75 por ciento de esos gases es dióxido de carbono (CO2) proveniente de la quema de combustibles fósiles y de la deforestación. A medida que la población de la Tierra ha aumentado (en la actualidad somos cerca de 6 mil 500 millones de habitantes) también ha crecido la demanda de energéticos. De hecho, la civilización actual se mueve por el petróleo. La emisión de gases productos de la quema de este combustible durante el último medio siglo es lo que está ocasionando la mayor parte del calentamiento del clima mundial, fenómeno conocido también como calentamiento global.
De acuerdo con un informe presentado en febrero del 2007 por científicos del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPPC, por sus siglas en inglés), nuestro planeta se calienta. El hielo marino podría disminuir sensiblemente en el Ártico y en el Antártico, y según algunos modelos climatológicos desaparecería totalmente en verano en el hemisferio norte a partir del año 2050. Como consecuencia parece ser que la subida del nivel del mar se ha estado acelerando en los últimos veinte años, llegando a alrededor de 3.1 milímetros por año. Todas las proyecciones confirman la continuación y amplificación de este fenómeno durante el Siglo 21. En cuanto a las lluvias, uno de los aspectos más importantes para las actividades humanas, se prevé un aumento de las precipitaciones en las latitudes altas y una disminución en la mayoría de las zonas emergidas subtropicales y parte de las tropicales. Además de la reducción de la disponibilidad de agua en estas últimas zonas, aumentará también el desarrollo de enfermedades infecciosas. Asimismo, los modelos climatológicos pronostican una intensificación de los huracanes en los océanos tropicales.
Probablemente las inquietudes principales de muchos de los habitantes de la costa sur de Sinaloa con respecto a los efectos del cambio climático en la región, sean las referentes a los pronósticos sobre la supuesta subida del nivel de mar y la intensificación de los ciclones. Los aumentos pronosticados del nivel del mar por los científicos del IPPC representan medidas planetarias y no describen ninguna elevación uniforme y continua. Las formas precisas que tome esta perturbación son prácticamente imposibles de predecir en la actualidad. A nivel regional no existen pruebas de que el nivel del mar esté subiendo, lo que si existe son evidencias de alteraciones de la línea de costa provocados por el hombre, sin que tenga nada que ver los efectos del calentamiento climático.
Por ejemplo, la apertura del Canal de Cuautla durante los años 70 a través de la barrera arenosa que separa del mar a la Laguna de Agua Brava en el norte de Nayarit, originó un desequilibrio en el transporte litoral de arenas a lo largo de la costa, ocasionando que se erosionaran kilómetros de playas adyacentes al canal e incluso se erosionaron también algunas playas ubicadas alrededor del poblado de Teacapán, situadas mucho más al norte. Originalmente se proyectó y se abrió un canal de 40 metros de ancho, sin embargo, el canal se fue abriendo incontrolablemente por la acción de las mareas y del oleaje hasta alcanzar en la actualidad una anchura cercana a los dos kilómetros. Esto sucedió en una zona donde existe desde hace por lo menos 5 mil años un avance de la línea de costa hacia el mar, movimiento alimentado por el aporte de arenas de los ríos cuyo resultado ha sido la construcción de las barreras arenosas que caracterizan el litoral de la región. Sin embargo esta tendencia fue revertida localmente por la acción insensata del hombre de querer modificar a su antojo la naturaleza sin tomar en cuenta la complejidad de su comportamiento.
Otro ejemplo regional de alteración humana del ambiente costero causada sin el efecto del calentamiento global, lo constituye la construcción de escolleras y de edificios pegados al mar en la zona costera de Mazatlán. Estas construcciones han interferido con el movimiento natural de la arena provocando cambios en la línea de costa y erosión de las playas.
Por su ubicación geográfica, las costas de Sinaloa son particularmente susceptibles a los efectos devastadores de los huracanes o ciclones tropicales.
La presencia de un huracán en el océano adyacente provoca incertidumbre y temor entre la población. El calentamiento climático podría incrementar la intensidad de los huracanes y por lo tanto aumentar las pérdidas económicas y humanas cuando estos meteoros azoten en regiones costeras densamente pobladas. Algunos científicos norteamericanos consideran que los niveles ascendentes de dióxido de carbono en la atmósfera tienen poco que ver con las pérdidas millonarias que recientemente han ocasionado los huracanes al incidir en regiones con alto grado de desarrollo costero. Ellos argumentan que es el mismo desarrollo costero lo que ha provocado esas pérdidas enormes: a mayor construcción, mayores pérdidas. Proponen que la manera más efectiva de reducir los daños es construir menos sobre las costas.
Es obvio que no se puede detener el promisorio desarrollo costero del sur de Sinaloa, lo que si puede hacer el gobierno es regularlo, impidiendo que se siga construyendo sobre las playas y en zonas susceptibles de inundación. La preservación de una franja amplia de terreno contiguo a la playa en las nuevas áreas de desarrollo, es fundamental para contrarrestar el probable ascenso del nivel del mar y prevenir la erosión ocasionada por los huracanes que pueden incidir con mayor frecuencia y fuerza en las costas de la región.