"La era minera"

"El auge de esta actividad en El Rosario y Concordia llevó a la zona sur a planos importantes de la economía; hoy vive la decadencia"
08/11/2015 13:00

    EL ROSARIO._ La actividad que marcó la urbanización, el desarrollo y la economía rosarense fue sin duda la minería, que posicionó a El Rosario, desde su fundación en 1655, como uno de los lugares más ricos del estado de Sinaloa, Sonora y las dos Baja California, relató el historiador Rafael H. Boutier.
    Según cuenta la leyenda local, que fue confirmada por el historiador con los archivos que aún existen en la Catedral de Durango, fue en 1655 cuando Bonifacio Rojas, buscando ganado perdido, descubrió una veta de plata en la zona en donde actualmente está el Cerro del Tajo.
    Con el descubrimiento de esta veta de plata se marcó el detonante que impulsó la urbanización, modernidad y desarrollo de este pueblo minero que fue edificado en unos cinco años, y prueba de ello fue que en 1660 El Rosario fue elevado a Alcaldía Mayor.
    "A partir del descubrimiento de la primera veta de plata, las autoridades eclesiásticas de Chametla y Maloya pidieron a las autoridades de Durango su aprobación para la explotación, esta solicitud fue concedida a la familia Rojas, que fue la encargada de la primera mina llamada 'El Tajo' o 'Nuestra Señora de El Rosario'", explicó el historiador.
    La mayor parte de la población que habitó El Rosario al inició de su fundación fueron familias con poder adquisitivo originarias de España, principalmente de Gadis, Andalucía, y de Guadalajara, quienes llegaron al municipio con el interés de explotar la riqueza en plata de las minas rosarenses.
    En los primeros años fueron dos minas las que se explotaron que eran "Las Benditas Ánimas" y "El Tajo" generando en 1772, con sus respectivas haciendas, entre 120 y 200 empleos.
    La actividad fue tan abundante que logró explotar, entre los años de 1655 a 1944, un total de 32 minas de las cuales se extrajo, de manera mensual, 10 toneladas de plata y una de oro, indicó el cronista.
    La riqueza del mineral en El Rosario llegó a generar unos 2 mil empleos que se desempeñaban en las áreas de tenateras, que se encargaban de subir el material a la superficie en unas bolsas de cuero, dijo.
    Los barreteros extraían el material de las rocas, los muleros eran quienes subían con tiros y mulas el mineral, mientras que los maestros acogeros del proceso de la purificación de la plata.
    De la producción de plata que se extraía de las minas rosarenses se enviaba el 5 por ciento al Reino de España y el resto se quedaba en México, indicó Boutier.
    El ocaso de la actividad minera local ocurrió en 1944, cuando los trabajadores de las minas empezaron a exigir a los patrones mayores prestaciones para no ser explotados conformando el Sindicato de Mineros, situación que orilló a los propietarios de las minas a desertar porque la actividad se volvió incosteable.


    RIQUEZA SUREÑA
    La minería jugó un papel importante en el desarrollo económico del sur de Sinaloa.
    EL ROSARIO 
    - Desde su fundación, en 1655, El Rosario marcó su urbanización, desarrollo y economía en la minería y se posicionó como uno de los lugares más ricos del estado de Sinaloa, Sonora y las dos Baja California. 
    - Bonifacio Rojas fue el primero en hallar una veta de plata, cuando buscaba ganado perdido. 
    - La primera mina fue llamada "El Tajo" o "Nuestra Señora de El Rosario". 
    - Entre los años de 1655 a 1944 se explotaron un total de 32 minas, de las cuales se extraían 10 toneladas de plata y una de oro mensualmente. 
    - De la producción de plata que se extraía de las minas se enviaba el 5 por ciento al Reino de España y el resto se quedaba en México.

    CONCORDIA 
    - Durante las últimas décadas del Siglo 16 y en el transcurso del 17, nacieron un gran número de reales mineros constituyendo al municipio como la punta de lanza que abrió la región al arribo de colonos. 
    - Destacaron en esta actividad las comunidades de Copala, Pánuco y Concordia. 
    - El lapso entre 1575 y 1578 son considerados los años de más prosperidad. 
    - Las principales inversiones fueron de los hermanos Herberto y Walterio Felton, procedentes de Estados Unidos, de Juan R. Moffat, Guillermo Wolfslkill y Francisco Echeguren. 
    - Han sido más de 300 los años de explotación de los fundos mineros.

    Un auge
    pasado

    Leticia Salazar
    CONCORDIA._ El auge minero en el municipio se vino a la par del desarrollo de la era de la Independencia en México.
    Destacaron en esta actividad las comunidades de Copala, Pánuco y la cabecera municipal.
    En estos tres sitios, de acuerdo al libro "Pueblos Mineros Mágicos", durante las últimas décadas del Siglo 16 y en el transcurso del 17, nacieron un gran número de reales mineros constituyendo al municipio como la punta de lanza que abrió la región al arribo de colonos.
    "Esta bonanza minera hizo que en 1579 se instalara en San Sebastián una caja real, la cual entró en funcionamiento casi de inmediato", señala el texto.
    La existencia y descubrimiento de metales preciosos causó una cuantiosa migración hacia la Sierra Madre Occidental donde surgieron los primeros pueblos mineros en lo que a partir de entonces se conocería como Charcas, un conjunto de minas ubicadas al noroeste de San Sebastián, Pánuco y Copala.
    De 1575 a 1578 pueden ser calificados como los años de época de prosperidad donde predominó la inversión extranjera.
    Ese auge no fue eterno, pues la bonanza se fue y con ello el trágico desenlace.
    "Los pueblos mineros como Concordia, Copala y Pánuco son una historia en presente que explica y brinda identidad, son un itinerario de paisaje y cultura", menciona el libro escrito por Félix Brito Rodríguez.