"La guerrilla"
José Manuel Salas
Cuarta parte
Comenzaba ese fatídico 1974, la época en la que las movilizaciones de estudiantes radicales cobraron tintes de sangre por el grado de organización violenta al interior de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
A más de 35 años, muchos de los activistas son hoy ex Rectores de la UAS, académicos, funcionarios estatales, ex alcaldes, así como ex diputados, militantes, dirigentes y aspirantes a diputados de partidos de izquierda.
Del radicalismo estudiantil existen registros documentales de los principales protagonistas que en muchos casos fueron encarcelados por diversos delitos y condenados a sentencias morales de las que hoy pocos recuerdan.
Noroeste tuvo acceso a los archivos de la extinta Dirección Federal de Seguridad y de la Secretaría de la Defensa Nacional, que se encuentran en las galerías 1 y 2 del Archivo General de la Nación, donde se da cuenta pormenorizada de gran número de hechos violentos y trágicos dentro y fuera de la UAS, unos en la lucha democrática, otros en la guerra armada contra el capitalismo en México.
La Liga 23 de Septiembre
La radicalización de "Los Enfermos" llevó a este grupo, en su lucha clandestina, a adherirse en mayo de 1973, a la Liga Comunista 23 de Septiembre, organización guerrillera de filiación izquierdista con importante presencia en varios estados del país.
Así, "Los Enfermos" mantenían la línea política de desarrollar la conciencia socialista entre obreros, estudiantes y campesinos, efectuando actos de agitación y de propaganda relacionados con los problemas sociales.
La agitación la entendían como la exposición de las ideas socialistas a través de la agitación oral y escrita de las masas y de aquellas gentes que podrían llegar a ser adeptos.
Los militantes de la organización convocaban a los sectores sociales a que se manifestaran en contra de la burguesía y el capitalismo que privaba en México, a rechazar la explotación de proletariado y los abusos de los ricos.
Sus principales sectores de trabajo eran estudiantes, universidades, preparatorias técnico-agropecuarias y normales.
En el campo, su ideología la dirigían a los obreros agrícolas en los distintos valles de la costa y principalmente en Culiacán, entre los obreros de la construcción, ferrocarrileros, empleados de diversas empresas manufactureras, empaques y maquiladoras.
Entre los colonos, las principales actividades eran de agitación y movilización de las masas en general, dirección de paros laborales, huelgas, manifestaciones, mítines y reparto masivo de propaganda.
Entre sus actividades militares estaban la "expropiación" (robo) de dinero y mercancía, máquinas de escribir, mimeógrafos, papel, tinta, alimentos, armas de particulares, policías, Ejército, instituciones públicas y privadas.
El 4 de septiembre de 1973, en Guadalajara, la Liga 23 de Septiembre sostuvo una reunión por 15 días en la que se le bautizó con ese nombre, estableciendo responsabilidades y se designaron a representantes en los estados.
Los integrantes de la guerrilla casi nunca eran identificados por sus nombres reales, y por seguridad propia, tenían sólo apodos o motes.
Para Sinaloa fueron asignados como dirigentes del grupo Gustavo Hirales Morán y José Francisco Rivera Carvajal "El Chicano" (desaparecido). (Exp. 11-235-73, H7, L1 de la DFS)
A Gustavo Hirales Morán se le entregaron 50 mil pesos de manos de Ignacio Salas Obregón, uno de los principales líderes del movimiento en el país, para financiamiento de su grupo.
Según la DFS, con dicho dinero compró un auto y rentó casas de seguridad en Culiacán, Guasave y Mazatlán.
Guerrilla en el campo y la ciudad
Aunque en años previos hay registros de movilizaciones en la zona agrícola, el 16 de enero de 1974 en algunos campos del valle y en comercios de Culiacán hubo enfrentamientos entre miembros de la Liga 23 de Septiembre y la policía, en los que murieron dos estudiantes radicales, un trabajador del campo "El 44" y un ex policía judicial.
Una vez que estalló el "enfermismo", surgieron nuevos espacios de la región distintos a los universitarios donde se reunían los guerrilleros, tales como los montes, los domicilios particulares y las casas de seguridad.
Uno de los lugares muy frecuentados por los radicales fue el "monte de mezquite", que se ubicaba cerca de la tumba de Jesús Malverde, donde se instauraban círculos de estudio y lectura que servían para intercambiar y discutir ideas, así como para sacar resolutivos para ejecutar alguna actividad político-militar.
Los radicales se vincularon de cerca con las luchas campesinas, apoyando la toma de tierras que derivó en enfrentamientos y asesinatos en Campo California y El Tajito, en Guasave, así como El Fuerte y Alhuey, Angostura.
Culiacán, ejemplo nacional
Ese mismo 16 de enero de 1974, en forma coordinada, otros integrantes de la Liga asaltaron el cuartel de armas de la Policía Federal, en Recursos Hidráulicos, también atracaron la caseta de cobro y la cervecería Cuauhtémoc, ubicadas al norte de la ciudad.
Tres días después, el ahora catedrático de la UAS Víctor Hugo Aguilar Gaxiola, resultó herido en un enfrentamiento entre policías municipales de Culiacán y un grupo estudiantil de la Prepa Central; tras su arresto, declaró ante la DFS que fue llamado para repartir volantes en Navolato e invitar al proletariado a unificarse para formar el Ejército Popular Revolucionario, para acabar y destruir el sistema capitalista.
El 23 enero de 1974 "Los Enfermos" adheridos a la guerrilla cometen uno de los crímenes más crueles que se tenga memoria.
En el interior del Comité de Lucha de la Escuela Preparatoria Central de la UAS, Enrique Nevárez Peña "El Desalines", y José Inés Fierro López, "El Amigo", sometieron al agente de la Policía Judicial Jesús Zavala Rocha, quien esa mañana caminaba por la calle Rafael Buelna.
Los estudiantes le quitaron su arma y lo metieron a la fuerza hasta las oficinas de la prepa Central, trataron de sacarle información sobre los procedimientos de la policía contra los estudiantes detenidos y le exigían nombres de otros agentes a los que pretendían secuestrar y canjearlos por estudiantes presos, planeando incluso plagiar al jefe de grupo de la PJE, Guillermo Casillas Romero.
El judicial fue cruelmente torturado con cigarros y navajas de rasurar, quemado con ácido sulfúrico y le clavaron un palo en el cuerpo, para luego ser ejecutado.
Tras los hechos, fueron detenidos varios estudiantes, entre ellos Vicente Armenta Atondo "El Rigo", Víctor Joel Armenta Osuna "El Aperturo", Ramón Martínez Huerta "Lenin" y el ex diputado local del PRD Feliciano Castro Meléndrez, "Chano" o "Chon".
En una reunión nacional de la Liga 23 de Septiembre, a la que asistió Ramón Luna Lujano, por Sinaloa, el 2 de abril de 1974 se concluyó la necesidad de desarrollar jornadas nacionales de agitación y combate, tomando como ejemplo los hechos ocurridos en los valles y en la zona urbana de Culiacán.
Establecieron que para el sostenimiento de la organización guerrillera clandestina requerían entre 600 y 700 mil pesos, producto de los rescates de secuestros, asaltos y "expropiaciones".
La DFS se allegó de información relativa a que "Los Enfermos" planeaban nuevos ataques a los campos agrícolas y la liberación de sus compañeros presos en el IRSS, entre los que se encontraban el mismo José Camilo Valenzuela Fierro "El Camilo", Óscar César Gaxiola Murillo "El Kalimán", Jaime Heredia Solano "El Incendiario", Alfredo Octavio Millán Alarid "El Víbora", Esteban García Espinosa, Mario Panduro Rodríguez "Esteban" o "El Cuacho", Manuel Froylán Vargas, Ernesto Panduro Rodríguez "El Pandurillo", entre otros más.
En forma masiva o individual, integrantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre y activistas de "Los Enfermos" eran detenidos por la policía y el Ejército; a golpes y zambulléndolos en aguas negras, revelaban los nombres de los principales cuadros de la organización, que fueron perseguidos en la llamada Guerra Sucia.
Mañana:
Financió UAS la guerrilla
Camilo y su Browning .9 mm
Para Camilo Valenzuela Fierro no hay arrepentimientos. Su participación en la guerrilla estudiantil no le trae pena alguna, menos el aceptar que siempre portaba una "bonita" escuadra Browning .9 milímetros en su cintura.
"Nosotros actuamos de acuerdo con la circunstancias que entonces había. Y la disyuntiva era o defender las convicciones y actuar como pensábamos, o convertirte en burócrata o en político corrupto. El régimen era cerrado, autoritario, corporativo, corrupto y persecutor", dice el ahora presidente del Consejo Nacional del PRD y ex candidato a la dirigencia nacional de ese partido.
Oriundo de Buen Retiro, sindicatura de Tamazula, Guasave, el ahora líder del PRD llegó a Culiacán en septiembre de 1969 a estudiar Contabilidad y Administración, instalándose a vivir en la casa del estudiante Rafael Buelna.
Identificado como uno de los principales cabecillas de "Los Enfermos", admite en los 70, en la lucha clandestina eran jóvenes inexpertos políticamente e inmaduros teóricamente.
El ahora líder perredista admite que se pensó en el uso de las armas para la democratización del país porque no había de otra.
"No había ninguna posibilidad de participación social, tener ideas de izquierda o socialistas eran objeto de persecución e inmunización. La demanda social, o se hacía a través del PRI, o no había cabida".
De sus compañeros de esa lucha radical recuerda a Marco Antonio Medina de Anda, Antonio Pacheco, Jorge Medina Viedas, Norma Corona, Juan Guerra Ochoa, José Luis López Duarte, Feliciano Castro, Jesús Michel Jacobo "El Hitler", "El Viejo" Barraza, Daniel Aguilar, Eleazar Salinas Olea, Francisco Rivera "El Chicano", Guillermo Juangorena Tamayo, "El Negro" Mendívil, Jorge Luna Lujano, Odín Hildebrando (muerto) y su esposa, Jesús Zambrano (dirigente nacional del PRD), Octavio Millán Alarid, "El Kalimán" y otros que murieron.
Cuatro veces preso en el penal de Aguaruto, Valenzuela Fierro señala que en la lucha armada no sólo se planteó la autodefensa del grupo, sino propiamente la guerrilla armada, con la idea de unificarse en una fuerza nacional.
Para sostener económicamente el movimiento, Camilo Valenzuela justifica que se obtuvo el dinero de donde estuviera, mediante "expropiaciones".
"La visión dominante la considera robo, pero para nosotros era una 'expropiación' justa, al hacerlo a los explotadores, a la gente que se enriquece a costillas de otros".
