"La importancia de decir, ‘adiós’"
Sólo quedan dos días para decir adiós al 2015, un año que nos llenó de experiencias positivas, que nos regalaron emociones que nos hicieron sentir muy bien, plenos, llenos de alegría, asombro, amor, paz, bienestar.
También vivimos emociones no deseadas que nos enfrentaron a emociones que nos cimbraron como seres humanos, experimentando sentimientos como la desilusión, el dolor, la intranquilidad, la angustia, el miedo y la incertidumbre.
Hoy es momento de agradecer por todo lo vivido, lo bueno y lo no tan bueno, lo alegre y aquello que nos hizo reflexionar en nuestro caminar por la vida.
Afortunadamente, recorrimos el camino completo y afrontamos los retos que nos regaló el 2015, seguro estoy que todo lo vivido nos preparó para continuar con nuestro crecimiento personal.
En menos de 48 horas estaremos alzando nuestra mirada al cielo para declarar nuevas peticiones para el año que inicia, en cada petición están cimbradas nuestras esperanzas y motivación para arrancar una nueva aventura que durará nuevamente 365 días, 8 mil 760 horas, 525 mil 600 minutos, que nos desplacen a lograr trascendencia personal.
Acompañantes fieles del proceso de despedida y bienvenida, están un cúmulo de tradiciones, recomendaciones para la buena suerte, recetas para activar las buenas energías.
Así es regularmente, entre los deseos y las 12 uvas, los gritos de salud y las plegarias por la salud física y emocional, abrazos y expresiones llenas de amor, está la maravillosa oportunidad de agradecer lo vivido y decir adiós.
Es aquí donde te pido hagas una pausa profunda para limpiar el pasado y vivir plenamente el presente emocional, me explico a continuación.
Diversos estudios del comportamiento humano nos expresan que decir adiós puede causarnos hasta un profundo dolor, pero es básico realizarlo en el entendimiento que todos los ciclos nacen, se experimentan y terminan.
Los grandes aprendizajes y emociones positivas llegan cuando nos desprendemos de ellos sin dolor, sin frustraciones, sin odios, sin engaños, sin autocompasión.
Es brindarnos la oportunidad de desplazarnos con un corazón lleno de amor por nosotros mismos y los que nos rodean, en la plenitud que otorga un agradecimiento puro, sincero, reconfortante, que ha entendido que aferrarnos a algo o el apego por alguien, no es para siempre.
En un entorno de temporabilidad las emociones positivas y las no deseadas pasan, son efímeras, la actitud con la que las enfrentamos es la que nos enriquece.
Decir un buen adiós es tan solo decir gracias, a lo que nos llenaron de amor, a los que nos quedaron a deber, a los que no iluminaron las noches sin sueño y a los que pacientemente cuidaron nuestro sueño.
Llenarnos de agradecimiento para decirles a las personas que marcaron positivamente nuestra vida lo importante que fue su apoyo, y aquellos que sus comportamientos desafiaron nuestro temple, agradecer que nos pusieron a prueba, y que salimos triunfadores y blindados para las emociones que no queremos vivir.
Hoy, desde esta columna, agradezco a cada uno de los seguidores por sus aportaciones y felicitaciones.
Doy gracias profundas a aquellos que con sus críticas me han hecho crecer, al buscar respuestas a sus inquietudes.
Envío un abrazo lleno de bendiciones para los que me han acompañado en mis sueños, deseando que el año que inicia continuemos experimentando juntos la oportunidad y el derecho divino de buscar y encontrar nuestra fórmula de la felicidad.
¡Gracias sinceras desde un corazón agradecido!
Cómo vivir nuestras emociones es todo un reto, te invito a que te integres a una comunidad de más de 2 mil seres humanos que día a día compartimos el gran reto de crecer, ingresa a Oscar García Coach, regálame un me gusta y seremos compañeros de aventuras en el 2016.