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"Irma Garmendia Bazúa, escritora"

"La locura de una vocación: Irma Garmendia Bazúa, escritora"

"Maestra de grupo en Cobaes durante 24 años, la escritora a los 76 años sigue vigente. El trajín de la burocracia no la distrae"
10/11/2015 10:42

    CULIACÁN._ A los 6 años Irma Garmendia Bazúa se aventó al ruedo y a los tomatazos, a la locura de una vocación que no tiene fin...
    Eran los 40 en Eldorado, cuando las opciones femeninas se circunscribían a estudiar una carrera comercial y piano en un colegio de monjas. Un lugar no apto para explayarse...
    ...pero rico en significados y objetos que desentrañar.
    A los 6 años Irma Garmendia hizo sus entrenamientos: "cositas", pensamientos breves. Cosas de niñas, cosas que observaba. Amores de niña.
    "Me aventé al ruedo, a los tomatazos. Ese era el premio que iba a recibir por loca", recuerda.
    Escritora prolífica, Garmendia ha parido todo género de literatura. Poesía y teatro, cuentos y leyendas, anécdotas y crónicas.
    "'Estás loca, puras simpleras dices...' me decían".
    Garmendia era la niña rara, la que escudriñaba, la que observaba lo que otros no miraban, la que desentrañaba significados ocultos en el ambiente.
    " 'Estás loca', me decían. Esa locura, bendita sea, porque me ha dado otras opciones para no sentirme arrinconada o solamente dedicada a una sola cosa".
    Maestra de grupo en Cobaes durante 24 años, la escritora a los 76 años sigue vigente. El trajín de la burocracia no la distrae, la eldoradense que hoy recibe el Premio Coltzin en la categoría de Adulto Mayor en Etapa Productiva, rememora sus inicios.
    "A veces me arriesgaba al ridículo porque se burlaban en la escuela cuando ganaba algún premio...".
    Hija de escritor y maestro, tuvo acceso restringido a una biblioteca muy "surtidita", a los cuentos de Dickens o al Tesoro de la Juventud con que su padre le dosificaba la lectura, que bebía desde la primera hasta la última página.
    "Mi imaginación trabajaba mucho en eso".
    Privada de hacer estudios fuera de Eldorado, se refugió en la carrera comercial y las clases de piano con las religiosas, mientras nutría la imaginación con cuanta letra le caía en manos.
    "...hasta las novelas que mi abuela me echaba buenas jaladas de oreja..."
    Sin inclinación por algún autor en específico, se instruyó con los clásicos. Desde Ana Karenina hasta la Iliada. Básicos para tomar conciencia.
    Su locura tuvo su recompensa en 1976. Participó y ganó el segundo lugar en el concurso de cuento y poesía convocado por el Club de Leones de Ciudad Mante, Tamaulipas.
    "Diálogo", un poema que sus alumnos lo siguen interpretando en certámenes de declamación, fue la propuesta ganadora, al que le siguieron más premios y reconocimientos nacionales y estatales.
    "Soy un ser privilegiado. Lo que he deseado lo he logrado...".
    Próxima a la jubilación, el espíritu sigue vivo en Irma Garmendia. Su locura continuará después de esa etapa porque hay un corazón que no envejece.
    "Mientras tenga un hálito de vida voy a continuar...".

    " 'Estás loca', me decían. Esa locura, bendita sea, porque me ha dado otras opciones para no sentirme arrinconada o solamente dedicada a una sola cosa".
    Irma Garmendia Bazúa
    Escritora y maestra