"La soledad de Los Pinos"

"La soledad de Los Pinos"

    El Presidente tiene pocas alternativas por la debilidad de su partido y un escenario de demandas complicado por la crisis económica y la violencia que no para. Entonces, es previsible que anime en su último tramo un programa económico negociado con el PRI

    Los resultados que arroja el cierre del Programa de Resultados Preliminares indican una clara
    mayoría de votos para el PRI, sin embargo, 

    hay que recordar que todavía faltan algunas etapas procesales que deberán ser cubiertas para concluir el procesocomicial: el recuento distrital, la interposición y resolución de recursos de los partidos ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

    Solo, entonces, pasando por estas fases sabremos en defi nitiva cuál es la distribución fi nal de la cámara baja. No obstante, una cosa es clara, ningún partido ha obtenido la mayoría absoluta y tendremos un Gobierno sin mayoría legislativa. Ante tales circunstancias Felipe Calderón, al igual que Ernesto Zedillo durante la segunda etapa del Gobierno y todo el Gobierno de Vicente Fox, deberá de pactar con las principales fuerzas políticas para
    garantizar la gobernabilidad del País. 

    Nada más que a diferencia de sus antecesores, lo hará en cierta forma desde la soledad de Palacio, sin un partido
    fuerte que le apoye y ante un partido que sabe aprovechar las buenas y las
    malas circunstancias. 

    El saldo preliminar indica que el PRI será la primera fracción parlamentaria y, en esa medida, tendrá la llave de la gobernabilidad del País pues sus probables 241 diputados -137 por el principio de mayoría relativa y el resto por el de representación poporcional-, más los 32 senadores y los 19 gobernadores, son prácticamente indispensables para sacar adelante tanto las leyes secundarias como las constitucionales.

    Y aun cuando no será con el único partido con que el Presidente Calderón podría pactar reformas a las leyes reglamentarias es evidente que le será más cómodo hacerlo con el tricolor, y no con el resto de los partidos cuando con algunos no tiene ninguna afi nidad. 

    Un indicio de que así parece entenderlo el Presidente lo explica la renuncia de Germán Martínez como dirigente nacional del PAN, quien durante la campaña electoral se encargó de tensar la relación interinstitucional con
    acusaciones de supuestos vínculos del PRI con el narcotráfi co. Y en las actuales circunstancias sería una tontería
    sostenerse en el cargo pues supondría un elemento de tensión entre el PRI y el Presidente. 

    El PRI sabe de la soledad del Presidente cuando se va Germán Martínez y Emilio Gamboa, líder de los diputados
    de este partido, le dice que no basta y le recomienda que también limpie el gabinete para enderezar la ruta, incluso para no quedarse atrás el dirigente estatal del PRI en Sinaloa pide un guiño del Presidente con la renuncia de Heriberto Félix y Rafael Morgan por intervenir en este proceso electoral. La primera evidentemente es la que hay que tomar en cuenta sobre todo cuando acatarla demostraría que Felipe Calderón poco tiene que hacer
    en Los Pinos. 

    Ante esta presión, que seguramente se volverá más insistente y dura en los siguientes meses, el Presidente tiene pocas alternativas por la debilidad de su partido y un escenario de demandas complicado por la crisis económica y la violencia que no para. Entonces, es previsible que anime en su último tramo un programa económico negociado con un PRI que siempre tendría en la mira los comicios presidenciales de 2012 y que buscará que los benefi -
    cios sean para él y los costos para él Presidente. 


    Frente a estas circunstancias, con opciones prácticamente cerradas, asaltan tres interrogantes clave que intentaremos responderlas en las siguientes páginas.

    Economía
    ¿Cuál será la estrategia económica anticrisis para los siguientes meses que se pronostica de una mayor agudeza?
    Es evidente que el mayor fracaso de Felipe Calderón ha sido su oferta como "Presidente del empleo", no sólo no los ha creado, sino durante su Gobierno se han destruido decenas de miles. Esto ha derivado en un proceso de empobrecimiento de sectores de la población, y muchos de ellos, seguramente desesperados votaron para ver si con
    el PRI cambian las cosas. El PRI tiene clara esta situación, sobre todo cuando hay cuatro fenómenos económicos que están tensando la economía de muchas familias: la crisis del empleo y el consumo, la caída en el monto de las remesas, los daños a la actividad turística y la reducción de los precios del petróleo. Todos ellos constituyen en sí mismo un problema explosivo con efectos multiplicadores y combinado es una verdadera bomba de tiempo.
    Es evidente que las medidas hasta ahora adoptadas por el Gobierno han sido insufi cientes y resulta necesario otras más a tono con la dimensión del problema qué solo pueden venir del ideario keynesiano, es decir, alejarse del recetario neoliberal y soltar el gasto público para de esa manera reactivar el empleo. 

    Una decisión a la que se resiste el gobernador del Banco de México y si bien el Presidente Calderón ha intentado en varias ocasiones soltar el gasto, las decisiones del banco central siguen a pie juntillas el ideario neoliberal. La siguiente pregunta es si en un enroque PRI-Presidente Calderón, parte de las reservas se destinan a generar empleos. El PRI sabe que si bien su triunfo fue en la mayoría de los distritos electorales, los resultados son producto de una escasa participación y muchos de sus triunfos fueron pírricos. Huelen a voto duro. Éstos deben ser vistos en clave de abstencionismo y votos nulos, ya que los triunfos priistas sólo alcanzan a dos de cada 10 ciudadanos
    registrados en la lista nominal. Es decir, el abstencionista y el votante nulo evidentemente no son priistas, como tampoco pertenece a ningún otro partido, son parte de los llamados votantes móviles que votan sobre todo por el
    candidato, sin embargo, en las elecciones presidenciales de 2012 esa pasividad se puede reactivar en otro sentido como sucedió en 2000 y 2006. 

    Le resulta urgente al PRI, entonces, articular salidas económicas a la crisis. Demostrar que pueden realmente reactivar la economía. Y que es la "salvación" para México, de lo contrario está en duda que puedan repetir la dosis
    del pasado 5 de julio sobre todo en un contexto de una mayor participación. Incluso, no hay que olvidar que mucha
    de la buena fortuna que tuvo este partido en ésta elección se debe principalmente a la operación de sus gobernadores,
    quienes de seguro aceitaron la maquinaria del voto duro y al fi nal fue el que decidió el resultado. Fueron principalmente por los votantes pobres del campo y la ciudad como podemos apreciar en el comportamiento del votante urbano y el rural. Hay un mar de diferencia y hasta se podría decir que en esta elección existe un resurgimiento del voto verde. El mayor abstencionismo fue en las ciudades, es decir, donde el votante es más desconfi ado. El PRI por lo tanto necesita demostrar que puede imponer una política económica
    y fi scal menos restrictiva, de manera de que al mismo tiempo que muestra su
    poder, comunica mensajes positivos a sus potenciales electores de 2012. En esa lógica el PRI buscará presionar al Presidente de manera que suelte el gasto y bien puede ser mediante una de las viejas demandas de la Conferencia Nacional de Gobernadores, como es la de bajar mayores recursos de la Federación a los estados y municipios.
    Esto dotaría de mayores fondos públicos a los gobernadores, especialmente a los 19 del PRI, que gastarían más dinero captado por el centro y estos gobernadores no se verían en la obligación de elevar sus impuestos locales. Los costos serían para el Presidente y los benefi cios para los gobernadores. Sólo que cualquier medida o, mejor dicho, cualquier reforma de este tipo, en un escenario donde el Presidente vuelva a ser un priista sería tanto como restarle poder al Gobierno Federal y quizá también al Senado de la República en tanto garante de los intereses de los estados
    federados. 

    Seguridad
    La segunda interrogante tiene que ver con la continuación de la política de seguridad pública que no gusta mucho a los gobernadores no sólo de este partido, sino incluso de los mismos panistas.
    La guerra que Felipe Calderón está llevando a cabo en los estados crea un ambiente de zozobra y tensión como
    también efectos sobre la economía local. 

    Hay estados donde muchos empresarios buscan horizontes menos inseguros, dejando huecos que nadie está llenando. Así que no faltarán quienes vean que es necesario revertir la estrategia de combate al narcotráfi co y volver a la pax salinista de "no veo, no escucho". 
    Dejar, pues, el espacio que siempre ha tenido el narco y para ello bastaría reducir las acciones contra este fl agelo.
    Aun cuando cualquier decisión en este sentido toca los compromisos con los que viene acompañado el Plan Mérida,
    y sería prácticamente imposible revertir esta política, la nueva composición de la cámara nos lleva a pensar
    que cualquier cosa puede pedir el PRI a un Presidente que vive la soledad de Palacio y el cual tendrá que escoger
    entre alternativas menos malas y malas. 
    O de plano: administrar la Presidencia pero guardando su programa de Gobierno, o a golpe de decretos
    presidenciales.

    Política, política
    Finalmente, los resultados han mostrado un distanciamiento de los ciudadanos con las urnas en un 55 por ciento y ha estimulado a un sector que ha decidido encabezar el movimiento a favor del voto nulo. En una primera aparición se ha transformado en la quinta fuerza política ligeramente por debajo del PVEM. Y en el DF ha alcanzado el 10 por ciento.
    Conociendo la capacidad del sistema político para institucionalizar demandas, es probable que el PRI
    promueva reformas constitucionales y reglamentarias a favor de las candidaturas independientes.
    Incluso, medidas que estimulen el control ciudadano sobre la política.
    Sospecho que en ese 6 por ciento de votos nulos y a favor de candidaturas independientes, la mayoría son ciudadanos que no están con el PRI. Y que en las próximas elecciones presidenciales estarían en el dilema de votar independiente o hacerlo a favor de los partidos adversarios del PRI. Especialmente si la verdadera disputa en esta ocasión es entre el PRI y la izquierda organizada en una gran
    coalición. Entonces, una medida lógica e inteligente sería dividir ese voto que en un escenario muy competido puede hacer la diferencia entre ganadores y perdedores. Y así benefi ciarse de una pulsación que corre a favor de la fragmentación del voto que podría demostrar la fortaleza del voto duro priista.

    En defi nitiva, con estos resultados se inicia una nueva etapa en nuestra experiencia de gobiernos divididos y se pondrán en juego todas las opciones posibles de uno y otro lado de la mesa. Incluso las que salgan de la soledad
    de Palacio.

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