"Las caras del consumo inteligente"

"Las caras del consumo inteligente"
14/11/2015 09:14

    MÍRIAM VALENZUELA

    Desde la firma en 1994 del Tratado de Libre Comercio para América del Norte, las formas de consumo en México fueron tomando nuevos estilos, razón por la cual en esta ocasión me permito escribir sobre el consumo inteligente. Por una causa o por otra, la realidad es que la sociedad en la que vivimos, el consumo se ha vuelto un tanto excesivo, cayendo en el "consumismo", fenómeno definido por la Real Academia Española como tendencia inmoderada a adquirir, gastar o consumir bienes, no siempre necesarios. Es decir, un afán desmedido por comprar bienes indiscriminadamente, sin tener como premisa lo necesario de estos.

    En este marco de las economías globales y de corte neoliberal, ha surgido dentro de ellas mismas, la necesidad de promover la educación para el consumo, sea a través de organismos públicos y/o privados. En nuestro país tenemos como principal responsable de esta actividad a la conocida Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), así como a diferentes Asociaciones de Consumidores que investigan y difunden información sobre el tema del consumo. Asimismo, y en lo que personal y profesionalmente me atañe, en el contexto de favorecer actitudes éticas y responsables en los jóvenes que hoy se están formando en las aulas universitarias, he promovido la educación para el consumo entre mis alumnos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Sinaloa.



    Inteligencia al consumir



    Es así que se acuña el término de "consumo inteligente", misma que implica el seguir por lo menos siete aspectos o pasos, para ser un auténtico consumidor consciente, informado e interesado en la sustentabilidad.

    Entre las características sobresalientes de un consumidor consciente destacan el reconocer que se tiene poder como consumidor, analizado las necesidades propias y familiares, así como asumiendo las consecuencias de nuestros hábitos de consumo, tanto en la economía familiar como en el medio ambiente; también el saber que se tiene el derecho de exigir que el proveedor cumpla con lo que ofreció sobre el producto o servicio contratado; y que se tiene la conciencia de que es el protagonista de la economía, por lo que puede elegir entre diferentes marcas o proveedores de servicios, según convenga a sus necesidades e intereses.

    Pero, ¿cómo decidir entre la gran variedad de opciones que nos ofrece el mercado? Para ello se hace necesario ser un consumidor informado y, por lo mismo, se hace necesario resaltar las siguientes características:

    1. La información permite elegir productos y servicios de acuerdo con datos reales, y no por impulsos o deseos aspiracionales. Todos tenemos el poder de hacer valer nuestro derecho a la información y de que nuestras decisiones de consumo se fundamenten en bases sólidas y racionales, como la comparación de calidad y precio.

    2. La información es un factor crucial para saber distinguir y elegir entre lo que se desea y lo que realmente se necesita, así como entre lo que se puede adquirir sin afectar las finanzas personales y aquello que afectaría el presupuesto familiar a corto o mediano plazo.

    3. La falta de información conlleva a que el consumidor adquiera artículos que pueden ser perjudiciales para él y para el medio ambiente, por estas razones los consumidores tenemos el derecho y la obligación de estar informados.

    Por todo ello, se hace necesario: revisar etiquetas, empaque y contenido lo que te dará seguridad sobre lo que estás adquiriendo. Si el consumo informado lo relacionas con el consumo sustentable, puedes buscar también conocer el compromiso que la empresa tiene con el ambiente, ya que es importante elegir productos de empresas que realmente se preocupen por el medio ambiente. Otra consecuencia de la información es aumentar la posibilidad de comprar productos originales, para lo cual también es útil adquirirlos en establecimientos formales, así como confirmar los números de serie en la base de datos del fabricante.



    Información es poder



    Un consumidor informado conoce la existencia de instituciones que defienden sus derechos como la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed), en donde se atienden quejas contra médicos o personal de salud que no dan atención oportuna o lo hacen de manera deficiente o irregular; la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), que atiende las controversias relacionadas con productos y/o servicios de instituciones financieras como Bancos y Aseguradoras, y ofrece otros servicios como el Registro Público de Usuarios, el cual atiende la petición de no recibir información publicitaria de productos y servicios financieros; el Servicio Nacional de Sanidad Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), que es un órgano desconcentrado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y alimentación (Sagarpa) y es la dependencia encargada de proteger los recursos agrícolas, acuícolas y pecuarios de plagas y enfermedades, así como regular y promover la reducción de riesgos de contaminación de los alimentos y garantizar su calidad agroalimentaria; o el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (Fide), que tiene como misión incrementar una cultura integral de ahorro y uso eficiente de energía eléctrica en la sociedad mexicana, algo que genera beneficios económicos, sociales y ambientales, en correspondencia con las mejores prácticas internacionales en la materia. Esta última institución se relaciona con el fomento del consumo sustentable.



    Consumo sustentable


    Se le llama consumo sustentable al hecho de que las personas usen productos y servicios que respondan a necesidades básicas y proporcionen una mejor calidad de vida, minimizando el uso de recursos naturales, materiales tóxicos y emisiones de desperdicios y contaminantes durante todo el ciclo de vida, cuyo objetivo es no comprometer las necesidades de futuras generaciones.

    Este concepto se refiere a la necesidad de cubrir los requerimientos de todas las personas sin dañar o destruir los ecosistemas, de tal forma que aseguremos que nuestras generaciones futuras también puedan satisfacer sus necesidades. Se trata de comprender que nuestras prácticas de consumo pueden tener efectos negativos en el medio ambiente y por lo tanto en nuestra salud.

    Recuperando las palabras de Al Gore en la parte final de su documental "La verdad incómoda":

    "Ahora debemos tener una perspectiva diferente para resolver el problema… Es nuestro único hogar y es lo que está en peligro, nuestra capacidad de vivir en el planeta Tierra, de tener un futuro como civilización…. Pienso que este es un asunto de ética… Es tu momento de atacar el problema… es el momento de hacer algo para asegurar nuestro futuro… Las generaciones futuras tendrán la ocasión de preguntarse a sí mismos ¿qué estaban pensando nuestros padres? ¿Por qué no despertaron cuando tuvieron la oportunidad? Debemos escuchar esa pregunta de ellos… ahora…"

    A continuación enlisto algunas de las recomendaciones finales del documental:


    ¿Estás listo para cambiar tu forma de vida? La crisis climática puede resolverse, hay que empezar por visitar la página www.climatecrisis.net, es un hecho que puedes reducir a cero tus emisiones de dióxido de carbono (CO2):
    Compra aparatos con mayor eficiencia de energía, bombillas (focos ahorradores).

    Cambia tu termostato y ocupa uno que use un temporizador para reducir el gasto de energía en calefacción y aire acondicionado.

    Planea el clima interno de tu casa, aumenta los aislantes.

    Recicla.

    De ser posible, compra un auto híbrido.

    Dile a tus padres que no arruinen el clima en que tú vas a vivir.

    Trata de usar el transporte público.

    Si tienes hijos, ayúdalos a salvar el mundo en que ellos vivirán.

    Cambia tus fuentes de energía por otras renovables.

    Vota por representantes políticos que prometan resolver esta crisis.

    Escribe cartas al Congreso. Si no te hacen caso, trata de llegar a ser responsable tú mismo como miembro del Congreso.

    Planta árboles, muchos árboles.

    Haz que se oiga tu voz en tu comunidad.

    Llama a los programas de radio y escribe a los periódicos.

    Únete a los esfuerzos internacionales por detener el calentamiento global.

    Reduce nuestra dependencia del petróleo extranjero.

    Ayuda a los productores agrícolas a cultivar fuentes de alcohol.

    Exige mayores estándares de ahorro de combustible.

    Si crees en la oración, reza para que la gente logre tener fuerza para cambiar.

    Como dice el viejo proverbio africano: "Al rezar por algo, empieza a moverte para alcanzarlo".

    *Profesora de Derecho empresarial y propiedad intelectual del Campus Sinaloa.

    Comité Editorial
    Beatriz E. Téllez Yánez
    Ernesto Diez Martínez Guzmán
    Leticia Mendoza Anguiano
    Comentarios
    diez.martinez@itesm.mx

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