"Los genios de la programación: Eduardo, Moisés y Guillermo"

"En el Día del Estudiante, los tres alumnos del Tec de Culiacán que compitieron en un concurso en Estocolmo platican sobre su experiencia y su amistad mayor que sus promedios de 9.5"
07/11/2015 10:44

    El Güero, El Guil y El Moi sólo tenían una opción. Odiarse o quererse mucho. Optaron por lo segundo y hoy son los mejores amigos.
    "Es difícil no serlo cuando se convive más con ellos que con cualquier otra persona", dice Guillermo Alberto Sandoval Sánchez.
    Los participantes del 2009 ACM International Collegiate Programming Contest (ICPC) World Finals, en el KTH Royal Institute of Technology, en Estocolmo, Suecia, ríen, y su risa se expande en el cubículo de posgrado del Instituto Tecnológico de Culiacán. Ríen de las "ocurrencias" fotográficas a las que fueron sometidos.
    Visten la playera negra con el logo del Tec y la Bandera mexicana bordados. Afuera las festividades por el Día del Estudiante se desarrollan con la intervención de las participantes a reina.
    Lo de ellos fue un "récord", dicen. Jamás un equipo nacional había conseguido tal hazaña.
    "El concurso consiste en un set de 11 problemas matemáticos y de lógica para encontrar caminos cortos, minimizar costos y maximizar ganancias. Nosotros resolvimos tres problemas este año, que es un récord para México. Ningún equipo anteriormente había hecho más de dos", explica Jesús Eduardo Urías Barrientos, El Güero.
    El Concurso Mundial de Programación 2009, celebrado del 18 al 22 de abril en Estocolmo, contó con la participación de 100 equipos de 88 países. En representación del país fueron el Tecnológico de Culiacán, como primer lugar a nivel regional, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Monterrey, y la Universidad Tecnológica de la Mixteca de Oaxaca.
    "Quedamos en primer lugar en Latinoamérica y en el lugar 49 de todo el mundo, que fue también un récord para México", afirma Urías Barrientos.
    Los estudiantes, de 22 años y arriba del 9.5 de promedio del décimo semestre de ingeniería en sistemas computacionales, tuvieron jornadas extenuantes previo al concurso para encarar un concurso regional, en los que estuvieron México, Cuba y países de Centro América.
    "Llevábamos un entrenamiento muy fuerte en equipo y teníamos entrenamientos personales también. Durábamos en la escuela cerca de 5 horas entrenando, más lo que entrenábamos cada quien en su casa por las tarde", comenta El Guil.
    Interviene Jesús Moisés Osorio Velázquez:
    "Era resolver problemas con jueces en línea, con problemas del mismo tipo del concurso y un programa los califica".
    En la explanada del Tec la música sigue. Las candidatas a reina cuelgan impresas en las lonas. Los estudiantes se aglomeran bajo la techumbre. El virus de la influenza humana nada importa.
    El Instituto Tecnológico de Culiacán obtuvo su pase a la final mundial después de haber logrado el primer lugar en la región México y Centro América con el equipo Turing Machine, formado por el trío de estudiantes.
    Los alumnos se encuentran en el último semestre y sólo llevan una clase, mientras preparan su tesis de titulación.
    ¿Existe un impulso para la programación?
    "Se está haciendo pero hace falta hacer más. Con el programa Certificate, del Ayuntamiento, nos dan un curso preparándonos en lenguajes de programación y después nos aplican un examen de certificación que tiene validez a nivel mundial", contesta Eduardo.
    El Güero habla rápido, tiene un aire de "cerebrito" y es el más "veterano" de los tres. Gusta de las series de televisión y usar la "compu", navegar y entrar al Facebook; salir con la novia y con sus amigos.
    "No leo muchos libros en general, leo muchos artículos científicos. Más por mi carrera y por lo de la tesis. Tengo que estarme instruyendo en cosas actuales", dice.
    ¿Son populares?
    "Somos conocidos", responde.
    ¿Son amigos?
    "Es difícil no serlo cuando se convive más con ellos que con otra persona. Creo que no nos quedaba otro camino. Odiarnos o querernos mucho. Yo creo que sucedió lo que nos beneficiaba más y terminamos siendo muy buenos amigos", contesta El Guil.
    Guillermo Alberto Sandoval Sánchez, baja estatura y peinado a lo punk. Con algunos trabajos de programación en una empresa donde laboró y otros desarrollados como proyectos o tarea de la escuela.
    ¿Algún temor?
    "Soy una persona que cree en las posibilidades".
    Hijo de maestros universitarios, El Guil duda mucho que algún estudiante en cualquier escuela del mundo con logros académicos pueda volverse popular. Conocido, sí. Y gusta ayudar a las "almas más necesitadas".
    "Tampoco lo sabemos todo. La mayoría de las cosas que nos preguntan tampoco las sabemos, así que no hay ninguna diferencia".
    Pero, ¿por qué Moi, Güero y Guil?
    "Nombres cortitos porque somos muy flojos", señala Eduardo.
    Jesús Moisés Osorio Velázquez es de Mazatlán. Su estatura sobrepasa a sus compañeros, los troncos del pelo a rape le oscurecen apenas el cráneo. Su sonrisa es fácil.
    Días previos a su salida a Estocolmo, recorrió "todo" el puerto en busca de sus familiares para que le desearan éxito.
    ¿Tenías temor?
    Lo había el año pasado en Canadá. Teníamos a grandes universidades y nos quedábamos un poco congelados cuando resolvían muchos problemas. Veíamos que les ponían un globo y a nosotros no. Este año eso marcó la diferencia. Sabíamos las reglas y teníamos más confianza", explica.
    El joven de 9.6 de promedio tiene una certificación en Java.
    Por las jornadas de preparación, ¿les queda el término "ratas de biblioteca"?
    "Yo creo que no... no sé. Sí pasamos mucho tiempo frente a la compu, pero sí salimos".
    ¿Cuál es el siguiente paso?
    "Una maestría o un doctorado. Creo que tenemos planes un poco grupales, tal aquí o en extranjero", ", dice El Güero, quien estudió en la preparatoria Zapata de la UAS.
    Guillermo, el que mantuvo las orejas congeladas durante su estancia en Estocolmo, trabajará un año para después hacer un doctorado en el extranjero.
    ¿Existe algún secreto que se mantenga oculto después de tanta convivencia?
    "Yo creo que no... ¿o sí...?", responde Moisés.
    Al fin de cuentas, ¿qué les deja el concurso?
    "Nos deja muchas experiencias en todos los aspectos. Académicos, personales. Muchos conocimientos, muchas cosas que de otra manera quizá no hubiéramos aprendido. No es algo curricular, no es algo que te enseñan en la escuela...", responde Eduardo.


    "Quedamos en primer lugar en Latinoamérica y en el lugar 49 de todo el mundo, que fue también un récord para México".

    Jesús Eduardo Urías Barrientos, El Güero


    "Llevábamos un entrenamiento muy fuerte en equipo y teníamos entrenamientos personales también. Durábamos en la escuela cerca de 5 horas entrenando, más lo que entrenábamos cada quien en su casa por las tarde".

    Guillermo Alberto Sandoval Sánchez, El Guil



    "Lo había el año pasado en Canadá. Teníamos a grandes universidades y nos quedábamos un poco congelados cuando resolvían muchos problemas. Veíamos que les ponían un globo y a nosotros no. Este año eso marcó la diferencia. Sabíamos las reglas y teníamos más confianza".

    Jesús Moisés Osorio Velázquez, El Moi



    Antecedentes de la celebración

    El Día del Estudiante se celebra en México el 23 de mayo, en otros países varían la fecha y el motivo. En Argentina se celebra desde 1902 el 21 de septiembre, al inicio de la primavera austral y en recuerdo del educador Domingo Sarmiento.
    En Venezuela se lleva a cabo el 21 de noviembre en memoria del levantamiento estudiantil de 1957 en contra de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez. En Panamá se celebra el 27 de octubre desde 1948.
    También existe el Día Internacional del Estudiante, decretado por la ONU en 1941 en conmemoración del asesinato a mano de soldados nazis de nueve estudiantes en Praga el 17 de noviembre de 1939.
    La Federación de Estudiantes de Guadalajara conmemora el 23 de octubre como día del estudiante "autonomista", en recuerdo de su movimiento opositor de 1933 al establecimiento de la educación socialista callista. De su movilización en contra del "comunismo" nacería la Universidad Autónoma de Guadalajara dos años después.
    La Iglesia católica también promueve la adoración de la figura del santo adolescente italiano Domingo Savio, estudiante de San Juan Bosco, quien murió en 1857, ejemplificando las virtudes beatíficas del alumno dócil y consagrado al estudio.
    El realizar el día del estudiante universitario el 23 de mayo en México se deriva de la conmemoración de la represión que sufrieron varias docenas de estudiantes de la escuela de Medicina de la Universidad Nacional de México el 23 de mayo de 1929, en la plaza de Santo Domingo.

    Fuente: Luis Miguel Rionda. Diario de campo