Al maestro con cariño
Fiesta magisterial
Muy merecidamente, los maestros descansarán hoy del pleberío para ser agasajados por los autoridades educativas, los padres de familia y uno que otro alumno con dotes artísticas.
A las profesoras y profesores culichis les ofrecerán un desayuno en la Isla de Orabá a las 8:00 horas, encabezado por el titular de la SEPyC, Florentino Castro López.
Posteriormente, los mentores con 30 años de servicio recibirán la medalla Maestro Rafael Ramírez, en el Teatro Pablo de Villavicencio a las 11:00 horas.
También distinguirán con la medalla Maestro Ignacio Manuel Altamirano a los profes con 40 años en las aulas, en el salón Figlos a las 14:00 horas.
Aparte de esos eventos oficiales, los maestros serán festejados con pachangas en las escuelas o en fiestas organizadas por el sindicato, e incluso ellos mismos armarán alboroto reuniéndose en casas particulares para seguirla.
Según la Secretaría de Educación Pública, mañana sí habrá clases, o sea que no tenderán un puentazo que abarque hasta el fin de semana.
Aunque si algunos profesores con la aviada del festejo también se toman el viernes, esta columna hará la excepción y no emitirá el más mínimo cuestionamiento, siempre y cuando Florentino les descuente el día.
Aguilar al festejo grande
Cruzamos los dedos haciendo changuitos para que no se vaya a aguar el festejo porque el Gobernador Jesús Aguilar Padilla se ausentará de la celebración.
Sabemos que hay maestros que han pasado días de ansiedad esperando recibir de las manos del Mandatario estatal las medallas al mérito de servicio, pero obligaciones más altas llaman a Aguilar Padilla fuera del estado.
El Gobernador fue invitado por el Presidente Felipe Calderón Hinojosa a la ceremonia de entrega de la medalla Ignacio Manuel Altamirano, que se celebrará en Palacio Nacional.
Cuentas de porcentajes
Como es tradición, el Gobierno del Estado anunció el incremento salarial para el magisterio y personal de apoyo.
Los 29 mil 987 docentes estatales recibirán un incremento, retroactivo al 1 de abril, de 4.5 por ciento al sueldo base tabular y de .3 por concepto de fortalecimiento del salario.
El aumento para los 7 mil 518 trabajadores administrativos de la educación será de 4.25 al sueldo base tabular y .75 en fortalecimiento salarial.
Ignacio Manuel Altamirano
Desde hace décadas son entregadas las medallas Ignacio Manuel Altamirano y Rafael Ramírez a los maestros que han dedicado toda una vida a la enseñanza, ¿pero por qué son tan emblemáticos estos personajes para el magisterio?.
Altamirano, el padre de la literatura mexicana, nació en 1834 en Tixtla, Guerrero. Fue hijo de indios puros y, al igual que Benito Juárez, su vida trascendió gracias a su cultivada inteligencia y al servicio que brindó a los demás.
Enseñó primeras letras y llegó a ser profesor en la Escuela Nacional Preparatoria, la Escuela de Comercio, la de Jurisprudencia y la Nacional de Profesores, por lo cual recibió el título de Maestro.
También tomó las armas durante la invasión francesa; fue Diputado del Congreso de la Unión, que se distinguió por su impulso a la educación primaria gratuita, laica y obligatoria; y desarrolló una fructífera actividad periodística.
Entre sus novelas se encuentran Clemencia, La Navidad en las Montañas y El Zarco.
Rafael Ramírez
Nació en 1884 en Las Vigas, Veracruz, municipio que hoy lleva su nombre, en el seno de una familia tan numerosa y pobre que Rafael usaba sus únicos zapatos sólo para ir a la escuela y cuando salía de clases se los colgaba del hombro, y descalzo se divertía con sus amigos como todo niño del medio rural.
Sobreponiéndose a la penuria logró estudiar y recibirse de maestro en la Escuela Normal de Xalapa, y a partir de entonces inició una carrera magisterial en la que descollaría por la reorganización de la Escuela Industrial de Huérfanos.
Pero su principal mérito fue ser el mayor impulsor, organizador y guía de la Escuela Rural Mexicana.
Los pilares
El magisterio le guarda especial memoria a los maestros José Sabás de la Mora, Jesusita Neda, Paquita Núñez Zepeda, Agustina Achoy Guzmán, Emilia Obeso López, Velina León de Medina, Cipriano Obezo Camargo y Enrique Romero Jiménez, entre muchos otros pilares de la educación en Sinaloa.
La entrega y el desprendimiento de aquellos maestros puede ser pintada por una anécdota que cuentan de la profesora Obeso López.
En una ocasión la maestra debía entregar una medalla de reconocimiento a un alumno llamado Marco Antonio Pinto, pero la joyería en la que ordenó la pieza incumplió con la hechura.
El alto sentido de la responsabilidad que caracterizó a la maestra le impedía suspender la ceremonia, así que tomó una de sus tantas y apreciadas medallas recibidas y condecoró al estudiante.
Tiempo después el joven se daría cuenta que la distinción tenía inscrito al reverso el nombre de la profesora, acompañado de la leyenda "Por sus 25 años de servicio".
La señorita Emilia prefirió desprenderse de su medalla, otorgada por la UAS, que dejar al estudiante sin reconocimiento.
El profe Macario
En tiempos más próximos, generaciones de sinaloenses recuerdan con cariño y agradecimiento a maestros como Macario Ortiz Villa, quien desde hace 40 años da clases de historia en la secundaria Emilia Obeso López.
O sea que mientras los primeros alumnos del profe Macario son ahorita cincuentones, los más recientes andan entre los 12 y 15 años.
Dicen los plebes que el maestro ya se sabe los libros de memoria, y cita con todo y número de página.
El profe Dámaso
Otro mentor inolvidable para quienes fueron sus alumnos es Dámaso Mendoza González (qepd).
Aun cuando impartía la materia más temida por los alumnos, Matemáticas, el profe Dámaso hacia la clase muy atractiva, pues sabía tantos chistes y anécdotas formativas como ecuaciones.
Era muy popular en varias escuelas, ya que día y noche daba clases: por la mañana en la Neda, en la Federal 2 durante la tarde y cerraba la jornada en la prepa nocturna del Cobaes 27.
Precisamente en estos días de mayo, organizaba numerosas excursiones de alumnos a los campos de fresas de Bachigualato, en las riberas del río Culiacán, y al final del paseo les ofrecía a los plebes una taquiza de carne asada en su casa.
Contaba el profe Dámaso una anécdota para ejemplificar el verdadero valor de un maestro.
Había un vez un profesor sangre de chinche que se burlaba de un compañero porque no estaba titulado. "Adiós, maestro sin título", le gritaba enfrente de todos siempre que se lo encontraba.
El profesor víctima de esa burla aguantó calladamente la carrilla durante mucho tiempo, hasta que un día cuando el abusivo compañero repitió "Adiós, maestro sin título", le contestó con una inspiración que sólo pueden dar las aulas: "Adiós, título sin maestro".
Malecón es columna institucional de esta casa editorial
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