Los abusos de soldados en la serranía del estado han sido severamente criticados, y con razón, porque no se vale que quienes están para cuidar y proteger a los ciudadanos los agredan y violen sus más elementales derechos, entre ellos el derecho a la vida.
Ayer, como ya ha ocurrido en al menos dos ocasiones, varios miles de personas se desplazaron desde Badiraguato y de algunas zonas de Durango hasta Mazatlán, donde se ubica la sede de la Tercera Región Militar y donde está también la cárcel en la que tienen recluidos a los cinco soldados que acribillaron a cuatro jóvenes en Santiago de los Caballeros hace aproximadamente dos semanas, para exigir justicia.
Llamó la atención, sin embargo, que todas las leyendas en las mantas y pancartas que portaban los manifestantes fueran consignas en contra del Ejército y ni una sola demandando acciones enérgicas en contra de los narcotraficantes, que tienen asoladas a las zonas serranas del estado.
Se entiende que hay coraje e indignación por lo acontecido el 26 de marzo en Santiago de Los Caballeros y el año pasado en La Joya de Los Martínez, pero no termina de entenderse por qué no se demanda a las autoridades federales y estatales que actúen en contra de los bandoleros.
La enorme manifestación, por supuesto, puso nerviosa a la tropa. Los militares estuvieron filmando en video, tomando fotos, y se apostaron, tolete en mano, en los accesos para impedir cualquier intento de los manifestantes por meterse a las instalaciones de la Tercera Región Militar.
Estos últimos, por su parte, se mantuvieron firmes, retadores, como midiendo fuerzas con los soldados.
Afortunadamente la sangre no llegó al río, pero sí el caos a buena parte de la ciudad, ya que se desquició el tráfico durante varias horas.
Nomás les faltó el sombrero
A los diputados locales de las tres fracciones parlamentarias que se reunieron ayer con los pobladores afectados por la Presa Picachos nomás les faltó el sombrero para completar el cuadro.
Aparte del rollo que les echaron a los campesinos y comuneros, llegaron al extremo --por lo menos eso externó Alejandro Higuera-- de sumarse a su movimiento.
"Tengan confianza en nosotros, somos ya parte de este movimiento", les dijo el "Diablo", y los comuneros nomás se miraron unos a otros, como diciendo: Y a este, ¿qué mosco le picó?
La diputada Irma Leticia Tirado no se quedó atrás, pues en un arrebato llegó al grado de advertir, que de ser necesario, irá a Culiacán y colgará al Subsecretario de Obras Públicas, Francisco Javier Rubio Pulido.
El perredista Juan Figueroa Fuentes se mostró más ecuánime, aunque al más puro estilo pejista se comprometió a revisar caso por caso, expediente por expediente, para ver si no hay irregularidades.
Presume números
El Secretario de Turismo de Sinaloa, Antonio Ibarra Salgado, quiere hacer creer que está convencido de la necesidad de rendir cuentas. Acaba de cumplir su primer año en el cargo y anda dando informes por todos lados.
Ayer volvió a hacerlo durante la presentación del Triatlón del Pacífico, en la Ciudad de México, donde habló de las inversiones en el ámbito turístico.
A ver si a la hora en que alguien le pida cuentas del manejo de los recursos resulta tan solícito.
¿Dónde quedó la bolita?
Como si estuviera ante uno de aquellos merolicos de feria de pueblo que desplumaban a quienes se atrevían a entrarle al juego de la mareante frase "¿Dónde quedó la bolita, dónde quedó la bolita?, Andrés Manuel López Obrador debe haberse quedado bizco buscando la privatización del petróleo en la iniciativa de reforma energética que presentó el Presidente Felipe Calderón al Senado.
En la llamada iniciativa de Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos el Poder Ejecutivo propone, sin comprometer por lo menos técnica o legalmente la propiedad nacional del hidrocarburo, que las actividades de transporte, almacenamiento y distribución de gasolina y gas puedan ser realizadas por los sectores social y privado.
También plantea que contratistas podrán prestar el servicio de refinación, pero sin apropiarse del crudo; de lo que sí podrán ser propietarios es de refinerías y ductos, construidos y operados por el capital privado.
A perforar
Uno de los argumentos para abrir la actividad petrolera a la inversión privada es que la producción ha caído en 300 mil barriles diarios en comparación con los volúmenes de hace tres años, lo que representa que México deja de obtener 100 mil millones de pesos al año.
El documento contiene datos muy interesantes, como que se necesita perforar en el área de Chicontepec un promedio de mil pozos al año (los contratistas deben estar frotándose las manos), que significan una vez y media el total de pozos perforados en 2007 en todas las cuencas de México.
Aunque no contamos con un Doctorado en Ciencias Petroleras por la Escuela Nacional Superior del Petróleo y de los Motores del Instituto Francés del Petróleo, columnarmente aclaramos que lo perforado no son los pozos, sino el suelo marino.
En la iniciativa también se explica que de este año a 2021 será necesario abrir más de 17 mil pozos, cantidad similar a la perforada por Pemex a lo largo de toda su historia, pero en una tercera parte del tiempo.
Riesgo de ´ordeña´
Otra de la razones para dejar como queso Gruyere el fondo del Golfo de México es muy convincente: los gringos pueden "ordeñar" nuestro petróleo desde pozos ubicados en su territorio. ¿Y quién dice que no lo estén haciendo ya?
En el documento se advierte que en la zona del Cinturón Plegado Perdido, en la jurisdicción de los Estados Unidos, existen los campos petroleros Great White y Trident, que comenzarán su producción en 2010 y 2014, respectivamente, ubicados a máximo 9 kilómetros de la frontera, y están en posibilidades de extraer el crudo de territorio mexicano, pues la tecnología permite direccionar pozos de forma horizontal hasta 11 kilómetros.
¿Nueva abundancia petrolera?
Con motivo de la entrega de la iniciativa, el Presidente Felipe Calderón dirigió un discurso televisivo transmitido en cadena nacional, que duró 14 minutos, y en el cual secundando el bombardeo de spots exhortó: "Vamos por el tesoro de México".
Ojalá esa frase no tenga como destino ser exhibida para siempre en el aparador del escarnio público, como aquella expresión jactanciosa de José López Portillo, quien siendo Presidente convocó a los mexicanos a estar listos para "administrar la abundancia" petrolera, pero más tardó en decirlo que su sexenio en caer en una crisis económica que duró alrededor de 18 años.
Malecón es columna institucional de esta casa editorial.
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