"Malecón"

"Malecón"
MALECÓN
06/11/2015 10:03

    Leyenda negra
    El Gobernador Jesús Aguilar Padilla, en entrevista con El Universal publicada ayer, "disertó" una síntesis de la historia del narcotráfico en Sinaloa, que a nuestro columnar parecer no aguanta ni como monografía para exponerle el tema a los estudiosos alumnos de alguna prepa abierta.
    En una apretada cronología, que cualquier historiador sin ataduras con el Gobierno estatal invalidaría, por superficial, incompleta y parcial, el diario reproduce textualmente y parafrasea la narración del Mandatario:
    "Sinaloa tiene un antecedente que mucha gente no lo sabe, salvo expertos, académicos y estudiosos del problema. En la década de los 20, los chinos trajeron la amapola como planta de ornato y jardín, y para consumo doméstico, así como la mariguana.
    "En la Segunda Guerra Mundial, debido a la demanda de amapola y mariguana, empleadas para paliar el dolor de los heridos, 'y está documentado, casi hubo extensionistas para impulsar y fomentar el cultivo de amapola'.
    "Ahí empezó todo, se impulsó el cultivo. Se pagaban altos costos. Ahí está la génesis de esos modos de producción. Y tenemos 60, 70 años en eso.
    "Con el aumento del consumo, se voltea hacia América, México y otros lugares. Y fue migrando el fenómeno de consumo de amapola y mariguana, hoy cada vez menor. A principios de los 70 empieza la cocaína, producción que venía de Colombia, Bolivia y parte de Perú; las rutas de tráfico, pasaban por México o el Caribe, para llegar al 'mercado' (Estados Unidos).
    "Con el antecedente de que aquí se impulsó, se fomentó el cultivo de amapola en los 40, hubo quienes, 'los más avanzados de la clase en el tema', salieron de esta zona. Y tras la llamada Operación Cóndor, a fines de los 70, los capos, las cabezas de esta industria, emigraron a Jalisco".

    Narcopolítica desde el origen
    Quizá fastidiamos al lector con una cita tan extensa, pero consideramos necesario exponer buena parte de la entrevista para contrastarla con otras versiones de la leyenda negra del narcotráfico.
    En el texto Narco: Historias extraordinarias, surgido de una voluminosa recopilación de publicaciones periodísticas, Héctor Aguilar Camín reconstruye e interconecta episodios que nos dan un panorama del tenebroso trasiego de drogas (narración no exenta de inconsistencias y datos erróneos, volados o imprecisos).
    El periodista, historiador y novelista escribe sobre los orígenes del narcotráfico en Sinaloa:
    "La noche del 21 de febrero de 1944, durante las fiestas del Carnaval mazatleco, es muerto a tiros en el patio andaluz del Hotel Belmar el Gobernador de Sinaloa, Coronel Rodolfo Tirado Loaiza, alguna vez agitador estudiantil.
    "El rumor público dice que lo ha matado Rodolfo Valdez, El Gitano, conocido pistolero de la región. El Gitano se da a la fuga y sale de Sinaloa. Meses después, prófugo aún, sostiene una entrevista con el Secretario de la Defensa, el ex Presidente Lázaro Cárdenas, y señala al General Pablo Macías Valenzuela, ex Secretario de la Defensa y Gobernador de Sinaloa, sucesor de Loaiza, como autor intelectual del homicidio.
    "En noviembre de 1947 el periodista Armando Rivas narra en Excélsior que durante una gira de funcionarios de la Procuraduría General de la República por Sinaloa, el Gobernador Pablo Macías Valenzuela es mencionado 'por mucha gente como uno de los cabecillas de la banda de traficantes de drogas'.
    "En los archivos de la Secretaría de la Defensa hay la constancia de un juicio militar contra Macías Valenzuela por la autoría intelectual del homicidio de Loaiza. El tribunal militar lo halla culpable, pero la ruleta política favorece al General, quien es nombrado comandante de la Primera Zona Militar, la más importante del país. No se sabe qué fue del juez militar que lo declaró culpable. Al final de su vida, el General Macías Valenzuela recibe la medalla Belisario Domínguez que otorga el Senado de la Nación al mérito ciudadano".
    De ser cierto lo que se narra, significa que justo en los orígenes de la siembra y tráfico de drogas surgieron en Sinaloa los narcopolíticos, y el General y Gobernador Pablo Macías Valenzuela sería el padre de esa raza pútrida, que actualmente se multiplica en lugar de extinguirse.

    Los protagonistas
    En su cronología, Aguilar Padilla omite un elemento muy importante de los hechos históricos: los personajes de carne y hueso.
    En cambio, Aguilar Camín encarna el derrotero del narcotráfico en protagonistas que tienen nombre, ¡y qué nombres!:
    "Fue durante el gobierno de Leopoldo Sánchez Celis, entre 1963 y 1969, cuando surgió abiertamente en Sinaloa el tráfico de drogas... Fue la época en que se inició Miguel Ángel Félix Gallardo, a quien Sánchez Celis hizo su ahijado: lo apadrinó en su boda. Años más tarde, Félix Gallardo apadrinó a su vez la boda del hijo menor de Sánchez Celis, Rodolfo Sánchez Duarte. Yo no puedo asegurar que Sánchez Celis sea narcotraficante, pero sus tratos con los narcos son evidentes".
    En otro pasaje del relato arriesga una acusación:
    "(Miguel Félix Gallardo) Llega a un oscuro esplendor con el gobierno de Antonio Toledo Corro (1981-1986), en cuyo rancho Las Cabras Félix Gallardo se refugia para eludir la cacería que se desata sobre su imperio a raíz de los asesinatos del agente de la Drug Enforcement Agency, Enrique Camarena Salazar, y de su piloto mexicano, Alfredo Zavala Avelar, en Guadalajara, en febrero de 1985".

    Historia pendiente
    Narco: Historias extraordinarias abarca sólo hasta finales de los 80, pues concluye con las capturas de Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca Carrillo y Miguel Félix Gallardo, así que quedan pendientes de hilvanar alrededor de 18 años de leyenda negra, que comprenden en parte o completos los sexenios de Francisco Labastida Ochoa, Renato Vega Alvarado, Juan Millán Lizárraga y Jesús Aguilar Padilla, periodos de gobierno permeados, corrompidos y violentados por los capos Amado Carrillo Fuentes, los hermanos Arellano Félix, Ismael "El Mayo" Zambada, Joaquín "El Chapo Guzmán" y los hermanos Beltrán Leyva.
    Ya que Aguilar Padilla se puso a dar cátedra sobre el narcotráfico, debería explicar si son fundadas o no las versiones de la relación entre narcos y políticos, o capos y gobernantes. Por lo menos hasta el sexenio del Tigre de Escuinapa, Aguilar Camín da cuenta de ese vínculo. ¿Después de entonces, ambas actividades y sus protagonistas se separaron? ¿O siguen siendo lo que la nariz a la cocaína y viceversa?

    Con ese pítcher...
    No conforme con su versión del narcotráfico sincopada a conveniencia, Aguilar Padilla rayó en el desplante:
    "Juego beisbol para estar en condiciones sicológicas para ponchar al narcotráfico. Es un juego largo de nueve entradas, vamos como en la primera o segunda entrada. Hemos dado muchas bases por bola, pero hay toda una estrategia, un equipo, una dirección".
    Recurriendo a su mismo símil, señor Gobernador: Usted no puede ponchar al narco, porque apenas va comenzando el partido y ya se le acabó el brazo, lo trae hecho una chira. Ya le metieron tantos jonrones que no hay espacio en la pizarra para registrar la infinidad de carreras. Hasta el home le roban. Parece un partido arreglado. Lástima que no haya mánager que le pida la bola y lo mande a las regaderas.

    Malecón es columna institucional de esta casa editorial.
    malecon@noroeste.com