Cuando fue puesto al frente de la Secretaría de Turismo por el Gobernador Jesús Aguilar Padilla, no pocos prestadores de servicios turísticos cuestionaron esa decisión, pues consideraban que para ese puesto se requería a alguien con experiencia en el ramo, que sintiera como propia la problemática del sector, y no se equivocaron.
El señor Antonio Ibarra Salgado poco a poco va dando muestras de intolerancia. El sábado, durante la reunión de los diputados de la Comisión de Turismo del Congreso del Estado con los empresarios turísticos de la zona sur del estado, respondió de manera por demás agresiva a un cuestionamiento que le hizo el hotelero Don Vient George.
Lo único que hizo Don fue preguntarle al servidor público Ibarra Salgado qué está haciendo la Secretaría de Turismo para enfrentar la caída en la ocupación hotelera de Mazatlán, y le contrastó los índices de ocupación actuales con los del año pasado a las mismas fechas, comparativamente más bajos los actuales respecto a los de 2007.
Esta situación la están padeciendo todos los hoteles del puerto, sin embargo, Ibarra Salgado se molestó por ese cuestionamiento y se lanzó con todo contra Don, a quien de manera muy irónica le dijo que la información que él tenía era muy distinta y que si en el hotel de su propiedad andaba baja la ocupación era porque algo estaban haciendo mal.
No cabe duda que el poder enferma.
Cuando al frente de Turismo del Estado estuvieron personas salidas y formadas en la hotelería, como Ignacio Zepeda o Raúl Lleras, los prestadores de servicios turísticos fueron siempre tratados con decencia y con respeto. Ahora las cosas son muy distintas, pues el titular del ramo se cree dueño de vidas y haciendas y no se tienta el corazón para tratar de avergonzar en público a quien se atreve a cuestionarlo.
No quita el dedo del renglón
A pesar de que ha sido impugnado por el Síndico Procurador, César Carbajal, y no obstante que no pasó el examen que la Secretaría de Seguridad Pública federal está aplicando a todos los aspirantes a ocupar la recién creada Secretaría de Seguridad Pública municipal, hay indicios de que el Alcalde Jorge Abel López Sánchez insiste en que el ex secretario del Ayuntamiento, Guillermo Haro Millán, sea el titular de dicha dependencia.
Aunque López Sánchez dijo ayer que en esta semana se conocerán resultados de otro bloque de aspirantes que se registraron para ser Secretario de Seguridad Pública Municipal, se sabe que bajo el agua sigue maniobrando en favor de aquel.
Nadie se explica el por qué de tal insistencia, pues Haro Millán carga con el estigma de haber aprobado, junto con el ex Alcalde Ricardo Ramírez González, el contrato con la empresa Altya, que fue desconocido e impugnado por la vía legal por la pasada administración, juicio que actualmente se debate en los tribunales.
La víbora chillando
El ex Gobernador Antonio Toledo Corro será hoy el invitado especial de Jesús Aguilar Padilla en el programa radiofónico El Gobernador te informa.
El Mandatario estatal y sus asesores están perdiendo todo tacto político, ¿cómo se les ocurre ofrecerle el micrófono al "Tigre del Sur", cuyo sexenio ha sido el más descarado en narcotráfico, precisamente en estos días que la detención de Alfredo Beltrán Leyva, "El Mochomo", dejó chillando en Sinaloa la víbora de la complicidad policiaca y gubernamental con los malandrines?
Toledo Corro, quien nació en Escuinapa y cumplirá 89 años el 1 de abril, es hijo de José Natividad Toledo, un próspero comerciante, agricultor y ganadero, a quien Dámaso Murúa le atribuye haber procreado alrededor de 100 plebes de "riego o temporal" en el sur de la entidad y el norte de Nayarit.
El entonces "cachorro del sur" trabajó de todo, desde vendedor de pan y golosinas hasta "apuntador" de ganado, antes de incursionar en la política y labrarse una vida de claroscuros.
En 1952 fue Diputado local por Escuinapa y El Rosario; Alcalde de Mazatlán en el trienio 1960-1963; Secretario de la Reforma Agraria de 1978 a 1980 durante el sexenio de José López Portillo; y Gobernador de Sinaloa de 1981 a 1986.
En su administración se construyó la autopista Benito Juárez, más conocida como la Costera, y fueron fundados el Cobaes y la Universidad de Occidente, en franca y desigual guerra con la Universidad Autónoma de Sinaloa.
El narcotráfico reprimido a sangre y fuego durante el sexenio de Alfonso G. Calderón, con la Operación Cóndor, se desató de nuevo presuntamente a la sombra de Toledo Corro.
En ese periodo se encumbraron los capos Miguel Félix Gallardo, Ernesto Fonseca Carrillo "Don Neto", Rafael Caro Quintero y Manuel Salcido Uzeta, "El Cochiloco".
La supuesta complicidad y hasta compadrazgo de Toledo Corro con los narcos, principalmente con Félix Gallardo y "El Cochiloco", era un secreto a voces por todo Sinaloa, pero sobre todo en Escuinapa.
Los pobladores en esos tiempos de la tierra de los tamales barbones decían que junto al inmenso rancho Las Cabras, propiedad del Gobernador, "El Cochiloco" tenía una finca tanto o más grande que la de Toledo Corro.
Sobre los presuntos vínculos del ex Mandatario con los narcos se ha hablado y escrito durante más de 20 años, pero el "Tigre del Sur" llega al ocaso de su existencia sin que se le haya aprobado acusación alguna.
El nombre del hijo que más destacó entre el centenar de vástagos que supuestamente tuvo don Natividad, ya forma parte de la leyenda negra del narcotráfico.
Un libro o una investigación sobre el submundo del trasiego de drogas en México, y particularmente Sinaloa, está incompleto si no incluye aunque sea de refilón a Toledo Corro.
Por ejemplo, Héctor Aguilar Camín escribe en su artículo Narco historias extraordinarias, publicado en la revista Nexos, en mayo de 2007:
"(Miguel) Félix Gallardo se hace traficante de la savia de la amapola, que en Sinaloa llaman goma, madre natural de la heroína... Llega a un oscuro esplendor con el Gobierno de Antonio Toledo Corro (1981-1986), en cuyo rancho Las Cabras se refugia Félix Gallardo para eludir la cacería que se desata sobre su imperio a raíz de los asesinatos del agente de la Drug Enforcement Agency, Enrique Camarena Salazar, y de su piloto mexicano, Alfredo Zavala Avelar, en Guadalajara, en febrero de 1985".
Pocos se han atrevido a ventilar o acusar públicamente al ex Gobernador, fue muy sonada la imputación que le hiciera Vicente Fox Quesada durante un mitin de su campaña por la Presidencia, realizado en Culiacán el 17 de marzo de 2000.
Deslenguado desde entonces, exclamó:
"Señor Gobernador (Juan) Millán, me pediste nombres, pues ahí te van: Toledo Corro, descarado jugando con el narco (Miguel Ángel) Gallardo Félix". Citar los nombres en forma equivocada ya era característico de Fox.
Días después, el escuinapense demandó penalmente al candidato panista por difamación, infamia y calumnia, pero al poco tiempo el guanajuatense se convirtió en Presidente y la querella quedó en el archivo muerto judicial.
Polvos de aquellos lodos podridos.
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