"Malecón"

"Malecón"
MALECÓN
06/11/2015 07:41

    Cuando no le llueve...
    Al Recaudador de rentas de Mazatlán, Melecio Gaxiola Zamora, cuando no le llueve le llovizna. Las últimas semanas de marzo vivió una auténtica pesadilla por causa de las frecuentes "caídas" del sistema de cómputo, justamente en los momentos en que centenares de causantes acudieron a canjear sus placas y a pagar la tenencia.
    Ayer la Recaudación de rentas se "cayó" de nuevo, pero ahora como consecuencia de que a alguien se le ocurrió mandar cortar y podar árboles y palmeras ubicadas en el exterior de la Unidad Administrativa, y de paso se llevaron los cables del sistema.
    Gaxiola Zamora reportó la falla a Telmex y personal de esta empresa detectó los cables cortados y procedió a hacer las reparaciones pertinentes.

    Retén al "Diablo"
    El domingo, desde temprana hora, la carretera que va de El Habal a La Noria fue un ir y venir de patrullas y agentes de varias corporaciones, lo que no dejó de causar extrañeza a propios y extraños.
    Eran en total 30 elementos de la Policía Federal Preventiva, 20 de la Ministerial del Estado y 20 más de la Policía Municipal.
    Es de todos conocido que en esa zona del municipio se mueven con frecuencia grupos de narcos y gavilleros, por lo que la presencia policiaca tenía en principio bastante lógica.
    Sin embargo, resultó que ese operativo era únicamente para salvaguardar la integridad de los alcaldes de Mazatlán y Concordia y de los legisladores, que ayer lunes hicieron un recorrido por esa zona.
    Si los habitantes de La Noria y de las comunidades vecinas creían que era un operativo a fondo para erradicar a los gavilleros, pues se equivocaron.
    Solamente fue una especie de retén para el "Diablo" y sus acompañantes. Nos referimos, por supuesto, al ex Alcalde Alejandro Higuera, quien en su calidad de diputado local formó parte del grupo de autoridades y legisladores que visitaron esa región ayer.
    "Nuestra presencia es para apoyar el recorrido que hicieron los alcaldes, diputados y funcionarios por los pueblos de la región", explicó un oficial que comandaba ese operativo.

    Sinaloa en la BMV
    Tan contento que estaba ayer el Gobernador Jesús Aguilar Padilla en el rito bursátil del timbrazo, con el cual se colocó en la Bolsa Mexicana de Valores el Fondo de Inversión para Personas Morales Exentas, llamado Sinaloa, cuando la primera pregunta que le lanzaron los reporteros de los medios nacionales fue precisamente sobre el tema que más detesta responder: la violencia generada por el narco.
    Un reportero, cuyo nombre y medio no fue consignado en la versión estenográfica de la conferencia difundida por Comunicación estatal, seguramente por el disgusto que le causó al Mandatario, le preguntó a quemarropa:
    "Yo quisiera saber de qué manera la violencia que se ha generado, casi en todo el país, pero en el norte principalmente, de qué manera ha afectado la inversión y si esto pudiera afectar en un mayor grado a nuestro país, el narco, la percepción por supuesto del narco".
    Con su respuesta Aguilar Padilla no sólo contestó al periodista, sino que respondió a las interrogantes que se hace la sociedad sinaloense sobre la forma tan tibia como el Gobernador reacciona ante la inseguridad.
    Ahora nos queda claro por qué el Ejecutivo y su séquito se fueron a jugar beis a la capital del país, cuando eran velados cuatro sinaloenses asesinados por soldados.
    Comprendemos también la razón por la que puso a Josefina García Ruiz al frente de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, o a su antecesor en la misma dependencia, Ernesto Cebreros Murillo.
    Entendemos lo parsimonioso que es el Procurador de Justicia, Luis Antonio Cárdenas Fonseca, ante los homicidios dolosos que aumentan cada año, haciendo más voluminoso el rezago en investigación que arrastra esa institución.
    Captamos por qué los operativos policiacos-militares de las Bases de Operaciones Mixtas Urbanas, conocidos por la plebada como "desfiles", no inhiben en lo más mínimo las fechorías de la delincuencia demasiado bien organizada (nomás en una semana los gatilleros han levantado a 10 personas).
    De la respuesta del Gobernador se infiere que la inseguridad causada por el narcotráfico le importa poco, o bien, la minimiza por razones políticas.

    Chicharrazo
    Siguiendo con la forzada respuesta del Mandatario:
    "En Sinaloa los flujos de violencia no han afectado la llegada de la inversión, Sinaloa es certidumbre plena para el inversionista y los niveles de delincuencia que tenemos, derivado de la delincuencia (muy bien) organizada, es una violencia muy segmentada y muy focalizada que no se mezcla con el mundo de los mercados, la inversión, del desarrollo y el crecimiento económico.
    "Nos afecta mucho en cuanto a la percepción de la sociedad, pero está perfectamente identificada, geopolíticamente, geodelincuencialmente (y pensábamos que éramos los únicos chimoltrúficos) en la parte centro del estado básicamente".
    O sea que traducida al habla popular sería algo así como: Los narcos se matan entre sí, sin afectar al resto de los sinaloenses. La violencia y la inversión se cuecen aparte.
    Desafortunadamente, los gatilleros, matones, grotescos imitadores, similares y conexos se llevan entre las balas a gente inocente o indefensa.
    ¿Quién no recuerda al cuidador de carros asesinado cuando mataron a Rodolfo Carrillo Fuentes en la plaza Cinépolis? ¿O a la empleada de una papelería de la plaza Soriana Zapata, alcanzada por un bala perdida en una atentado que le costó la vida a Sidarta Alfredo Walkinshaw, comandante de la Policía Ministerial? ¿O más recientemente, los asesinatos de civiles cometidos por militares en 2007 y en marzo pasado?
    Tal vez la violencia no se mezcle con la inversión, ni la afecte, ¿pero quién puede negar la circulación de la lana del narco en la economía sinaloense?
    El Gobernador fue a dar un timbrazo y a él le propinaron un chicharrazo.

    Propuesta polémica
    La propuesta del Obispo de Texcoco y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Carlos Aguiar Retes, en el sentido de que se apruebe una ley similar a la de Colombia, en la que se protege la identidad de los traficantes de drogas que quieran cambiar de vida, los narcotraficantes pueden lograr el perdón si se arrepienten de todo corazón de sus males, ha abierto una gran polémica al interior de la Iglesia católica.
    "Son muy generosos (los narcos) con las sociedades de sus pueblos habituales y, en general, meten la luz, ponen comunicaciones, carreteras, caminos, por cuenta de ellos. Son muy generosos y muchas veces también construyen alguna iglesia o una capilla", dijo Aguilar Retes.
    En Mazatlán, el Vicario General de la Diócesis, Monseñor Martín Flores, marcó distancia de las "narcolimosnas", al asegurar que la postura de la Iglesia es no aceptar dinero del narcotráfico y que en la historia de la diócesis nunca se ha levantado un templo de esa manera. Remarcó que “el fin no justifica los medios”. Sin embargo, señaló que la Iglesia busca la conversión de los narcos, como con cualquier otro pecador.

    Malecón es columna institucional de esta casa editorial.
    malecon@noroeste.com
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