"María Cristina Del Rincón: Una mujer de avanzada"
Dos valores buscó María Cristina del Rincón Bernal inculcar en sus hijos: la autenticidad y la libertad. Ser auténtico significaba para ella ser libre y la madre de Manuel Maquío Clouthier, no quería que sus hijos fueran como aquellos que vivían en el engaño, en la mentira. A su descendencia heredó valores y fortaleza.
Fue una mujer rebelde, inquieta y vanguardista. Franca y aventada, valiente y de mentalidad avanzada. Nació el 4 de enero de 1915, en Magdalena, Sonora y a los 16 años se casó con Manuel Clouthier Martínez de Castro, cuando éste tenía 25, y procrearon tres hijos, Cristina (La Güera), Manuel (Maquío) y Marco Antonio (Coco).
Y luego, en segundas nupcias con el médico Rodolfo Cruz Barba, procreó a Rodolfo (El Meyone), Draja, Alejandro y Marcela.
Ayer a las 5:00 horas, víctima de un paro respiratorio, en el pueblo de Tapalpa, Jalisco, dejó de existir. Tenía 93 años y sus restos están siendo velados en Guadalajara.
Libre, conocedora y aventada
María Cristina influyó en la educación, la formación y el carácter de Manuel Clouthier, figura central del panismo nacional, que soñaba con un México democrático y dio pasos importantes para generar el cambio. En mucho, por el ejemplo de su madre.
Para entender a Maquío, escribe Tatiana Clouthier en su libro Maquío, mi padre. El hombre y el político, había que conocer a la madre, una mujer que hasta el último día de su vida, era adelantada a su época.
"Desde niña fue rebelde, inquieta, vanguardista y enamorada de los libros", escribe, "la abuela nos contaba que no tenía con quien compartir toda la riqueza de sus lecturas. Disfrutaba tanto la lectura que mientras amamantaba siempre sostenía un libro en su otra mano".
A ella le gustaba aprender, investigar, ese interés le habían dado los libros.
"De las cosas que más admiro", continúa la nieta, "es su afán por seguir conociendo más, 'no envejecer', diría en su lenguaje, lo que significa perder la capacidad de asombro".
Por sus hijos, en una ocasión viajó a Montreal, donde bailaría su hija, y aprovechó para recorrer América del Norte. Fue a Europa con su hija mayor, y cuando ésta se tuvo que regresar, ella se quedó para explorar los rincones de Inglaterra.
"Ésta es la madre de Maquío: una mujer libre e interesante, conocedora y, sobre todo, aventada".
Inspiración y sinónimo de amor
Para Maquío la madre era un sinónimo de amor, sentimiento que además de sus hijos, él experimentó por su patria, como lo expresa en la carta que le escribió desde Zacatecas, cuando encabezaba una movilización postelectoral, después de las elecciones del 6 de julio de 1988, y promovía una reforma electoral.
"Quiero que entiendas que te agradezco el haberme inculcado el amor a Dios, el amor a mi patria, el amor a mis hermanos, el amor a la verdad y la justicia, pero sobre todo, el amor a ti", le escribía.
Hermana de Jorge del Rincón y la mayor de las mujeres, jamás dejó de cartearse y hablarse por teléfono con Maquío. Ella siguió viéndolo como un chico, al que le daba sus consejos hasta poco antes de su muerte. Fue su impulso e inspiración.
"Hijito: (...) ánimo, llena tu corazón de cosas buenas. Como siempre, no te desalientes; al fin y al cabo tú ya les conocías las entrañas y este es un juego de karate, en el que el más débil usa la fuerza del mismo enemigo para destruirlo o dejarlo fuera de combate", le escribía en 1988.
Esa valor de la libertad y la responsabilidad que inculcó en Maquío, él la heredó a los suyos y sobre eso reflexionaba.
"El objetivo básico de la educación es que el día de mañana nuestros hijos sean totalmente libres y responsables de sus actos. Que ellos nos puedan decir: 'Papá y mamá, nos han educado tan bien, que ya no los necesitamos; han sido ustedes tan respetuosos de nuestra libertad que hoy gozamos de ella y actuamos como personas maduras. Nos han permitido capacitarnos y hoy somos más capaces y más responsables".
LAS CARTAS
Madre e hijo, nunca dejaron de escribirse y llamarse por teléfono.
"Hijito:
(...) ánimo, llena tu corazón de cosas buenas. Como siempre, no te desalientes; al fin y al cabo tú ya les conocías las entrañas y este es un juego de karate, en el que el más débil usa la fuerza del mismo enemigo para destruirlo o dejarlo fuera de combate (...) Te mando mi amor y bendición.
María Cristina del Rincón
(mayo de 1988).
Carta de Maquío a su madre:
Querida mamacita:
De repente aquí, en Zacatecas, sentí la necesidad de escribirte en este tu día. Pero además, creo tener la obligación de hacer otro tanto con las madrecitas de México. Así pues, mi carta a ti también será para todas ellas. Decir mamá es hablar de familia, y ésta es un sinónimo de amor. Así pues, todas ustedes son las que han enseñado a amar a nuestro pueblo. Gracias mamá por haberme querido y seguirme enseñando a querer; quiero que sepas que lo que estoy haciendo al recorrer el país para hacer un instrumento democratizador en manos del pueblo, lo hago antes que nada por convicción.
Porque creo en la imperiosa necesidad de mejorar nuestro país, para que todos los hijos de ustedes tengan una mejor oportunidad de desarrollarse y ser felices. Pero también estoy luchando por amor: porque amo entrañablemente a mis hijos y quiero dejarles una patria donde tengan mayores oportunidades.
Porque siento que la patria es la madre, que hoy también es su día, y que también como madre amorosa que es, desea que todos sus hijos seamos hermanos y podamos dirimir nuestros conflictos, en la paz, como gente civilizada, sin presiones, ni represiones, sin engaños, sin fraudes. Debo confesarte mamá que jamás había hecho algo con tanta entrega y de tan buena fe. Siento que esta campaña me va acercando más a mis hermanos compatriotas y a Dios.
¿En qué irá a terminar esta cruzada por la liberación de México? Sólo Dios sabe, pero quiero que entiendas que te agradezco el haberme inculcado el amor a Dios, el amor a mi patria, el amor a mis hermanos, el amor a la verdad y la justicia, pero sobre todo, el amor a ti.
Manuel Maquío Clouthier
(Carta escrita desde Zacatecas, cuando encabezaba una movilización postelectoral, después de las elecciones del 6 de julio de 1988).
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LA DESCENDENCIA María Cristina del Rincón Bernal tuvo siete hijos, de los que le sobreviven seis, 29 nietos y muchos más bisnietos.