MAZATLÁN._Desde abajo, en una casita de palo parado, tejas y muebles viejos, así comenzó su vida Rufina Sáenz Salomón, una de las afectadas de la Presa Picachos.
"No teníamos nada, pero poco a poco fuimos trabajando, con el esfuerzo de toda la vida construimos la casa, para que ahora nos den unas 'pichoneras'", comentó.
A temprana edad formó una familia en su mayoría compuesta de varones y que al igual que su esposo son agricultores.
"Me casé de 15 años, ahorita tengo 59, no estudié, es más no sé leer, tuve 7 hijos y una hija. Todos mis hijos son agricultores y mi hija es ama de casa", platicó.
Antes el río abastecía de agua a los terrenos para la siembra, esta vez prevén que quedará la cosecha bajo el agua.
"Teníamos terrenos de maíz, milo, cada año en cada temporada sembramos, las tierras están a un lado del río, seguramente todo se va a inundar", comentó.
Era común levantarse por las mañanas, hacer el desayuno, dar de comer a los animales y ordeñar a la vaca, hoy se encuentra en las instalaciones de Fihsin, esperando una respuesta por parte del Gobierno.
"Yo vendía quesos, tenía una vaca después de ordeñarla hacia los quesos, quién sabe dónde vamos a meter a los animalitos, apenas cabemos nosotros", comentó.
En las casas, el espacio es uno de los grandes problemas, pues aseguran que no saben qué hacer con los muebles, los que caben los meten y los que no permanecen afuera.
"No tenia cuartos, allá les llamamos salas porque son grandes y eran cuatro, con su cocina, su baño, todo muy espacioso, ahora es un cuarto con una separación y un lavabo chiquito, así no se puede, o se meten los muebles o nos metemos nosotros".
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