"'Mi Brenda es un ángel que Dios nos mandó'"
MAZATLÁN._ "Mi Brenda es un ángel que Dios nos mandó y está con nosotros", así con esas palabras sencillas y con dolor, describe una madre la pérdida de su hija, quien a 17 años de su repentina partida dejó una huella imborrable en el corazón de decenas de personas.
A la defensiva sobre las posibles preguntas que una desconocida le podría hacer, ante el cúmulo de mentiras de que ha sido objeto su hija, poco a poco el recuerdo de su pequeña dejó escapar las palabras, el sentimiento.
Con una mirada hacia el cielo, como si deseará que éste le hablara, Amalia Zañudo recordó a Brenda, una joven carismática, llena de amigos, de un "ángel" que pocos personas tienen.
Mientras sus manos y su boca temblaban conforme al palpitar de su corazón, su alma dejaba escapar el sollozo desconsuelo de una madre, quien hoy se reconforta con saber que su hija está con Dios, y tal vez hasta poniendo en forma a los ángeles, porque a ella le encantaba el deporte.
Vecina del Infonavit Jabalíes, hoy el parque que se encuentra en medio de este asentamiento y el Fovissste Jabalíes lleva su nombre: Parque Paseo Brenda, lugar donde salía a practicar deporte todos los días.
"Aquella noche cuando se escuchó el impactó por el tren, aquí estábamos, le estaba dando de cenar a él (su esposo), mi hijo habló, él se dio cuenta, me dijo que hubo un accidente en la vía, le dije qué ruta, porque mi hija no había llegado.
"Con una doctora fuimos al lugar del accidente, hallamos mucha gente tirada, me puse mal, me bajó la presión, me vine; mi esposo siguió buscando, fuimos a todos los hospitales, era tarde y no llegaba Brenda, cuando regresó del Seguro mi esposo me habló y me dijo que me fuera a la cancha (Germán Evers), cuando me dijo eso me imaginaba..., cuando le vi su rostro..., me di cuenta que la había encontrado".
Un retrato pintado a mano por un amiga de Brenda es el que le da la bienvenida a quienes llegan a ese hogar, del que muchos se han mofado y otros han lucrado con su nombre, dando pie así a la historia de un espíritu que se sube a un taxi.
"Jamás ningún taxi ha venido para acá, porqué son tan mentirosos", critica doña Amalia.
Lo cierto es que hoy Brenda, donde quiera que se encuentre, es tía de ocho pequeños.
Aquella noche, 31 de mayo de 1996, en el camión "Colosio" iban a bordo 48 personas, de las cuales 34 perdieron la vida, entre ellas Brenda, quien recién había cumplido la mayoría de edad.
Esa noche regresaba de la escuela, al igual que otras tantas estudiantes que perecieron.
El exceso de velocidad y la imprudencia del chofer que conducía el camión del transporte urbano ocasionó una de las tragedias más recordadas en Mazatlán.
El camión no detuvo su marcha al cruzar las vías del ferrocarril por la Avenida Santa Rosa y se le atravesó al tren.
Fueron más de 200 metros los que el tren arrastró al camión, dejando a los lados los cuerpos sin vida de 34 pasajeros. Solo 14 sobrevivieron.
Hoy, doña Amalia, después de prometerse no dar una entrevista más, sólo pide a quienes leerán su historia una oración en favor de su Brenda.
Recordarán a sus familiares
A 17 años de la desgracia, las lágrimas brotan del alma y el dolor sigue en el corazón.
Hoy, familiares de los 34 fallecidos durante el trenazo del 31 de mayo de 1996, los recordarán a su manera.
En esta ocasión no se tiene prevista la celebración de un aniversario luctuoso masivo como en otros años.
Cada quien los recordará a su manera.
Habrá quienes acudan a los cenotafios ubicado a un costado las vías del ferrocarril que los vieron partir la noche de aquel lunes negro; otros más acudirán a los camposantos a depositar ofrendas florales y velas.