"Niñez en orfanatos, una segunda familia"
Héctor Contreras
Noventa niños viven en casas hogar en Mazatlán. Algunos fueron abandonados, otros rescatados de familias con violencia intrafamiliar, o que incluso sufrieron de abuso sexual.
Hay historias desgarradoras. Bryan, hijo de madre drogadicta y padre alcohólico, resintió los excesos de sus padres y nació con daño neurológico. Juega como todos los niños, pero el daño lo obliga a estudiar en una escuela especial. Corre y abraza a quien llega, siempre sonriente. Actualmente se encuentra en el Albergue del DIF, junto con otros 16 niños que estudian por las mañanas la primaria y la secundaria.
En cualquiera de los casos, un orfanato no es para ellos un lugar en que son abandonados, sino un nuevo hogar en el que conviven con nuevos hermanos, y en el que tienen muchas "mamás".
A su llegada de la escuela, en la Ciudad de los Niños, las religiosas reciben a los niños, como a sus hijos.
Luz María, al llegar, estalla en un grito: "¡mamá, mamá!". Corre a abrazar a la Madre Ofelia, una de las cinco religiosas que fundaron en Mazatlán la casa hogar y la congregación religiosa Misioneras de Cristo Niño hace 40 años. Actualmente 12 religiosas atienden esta casa hogar, pero además cuentan con otras tres casas en Empalme, Sonora; Guadalajara, Jalisco; y en Ciudad Valles, San Luis Potosí.
Junto con ellas viven 35 niños, el más pequeño de tan sólo año y medio, duerme en una cuna. Erika Daniela, de 3 años, ya estudia el kinder en el Colegio Niños Héroes, llega abrazando a la Madre Ofelia, y se trepa a jugar en una pequeña resbaladilla, mientras balbuceante, les muestra la raspadura en su rodilla que se hizo ayer.
Viven como una familia. Por esta casa hogar pasó su infancia el Sacerdote José Concepción Hernández, conocido como el Padre Concho, organizador del Pajuma. Pero hay muchos ejemplos de éxito en la Ciudad de los Niños. Otros continuan sus estudios de intercambio en Estados Unidos, y actualmente hay más de cuatro estudiando una carrera a nivel universitario.
David Lizárraga López, ingresó a la Ciudad de los niños a tan sólo dos meses. Fue entregado primero a una casa hogar en Oaxaca y posteriormente traslado a Mazatlán, donde ha vivido toda su vida. Actualmente sigue viviendo en la casa, pero estudia el cuarto semestre de Derecho en la UAS.
La Madre Ofelia lamenta que antes muchas madres abandonaban a sus hijos afuera de los templos o los dejaban en las calles, en algún momento la Ciudad de los Niños atendió a 98 niños, y tuvo problemas para pagar la luz y el agua.
Frente a la cancha Germán Évers se encuentra el Orfanatorio Mazatlán donde actualmente viven 19 niñas y 9 niños. Es la casa hogar más antigua de la ciudad fundada en 1927.
Rafaela Cornejo menciona que el trato hacia los niños es como a cualquier otro. No se les da cariño excesivo, sino el suficiente. Si se hiciera un trato especial dañaría la formación de los pequeños.
La vida en el orfanato busca una atmósfera lo más parecida a una gran familia, los niños estudian en el Colegio Sam, y actualmente hay una joven de intercambio estudiando inglés en Alaska.
La Casa Hogar San Pablo, creada en 1975, cuenta ahora con 11 niños entre los 10 y los 15 años. Nació como una casa que daba alojamiento a los hijos de los presos de las Islas Marías. Con el tiempo su vocación se volvió en casa hogar, pero actualmente atiende a sólo varones.
Se les forma para que estudien un oficio y se formen académicamente, explica su coordinador, Antonio Lara.
Lennin, de 12 años, vive en esta casa hogar. Su madre lo abandonó con su abuela a los dos años. Vendía paletas y ropa para ayudar a su abuela, y ahora, gracias a la Casa Hogar regresó a la escuela. Sueña con ser mecánico.
Cada una de las casas hogar buscan, no ser sólo refugio y techo para los niños, sino familias que permitan reintegralos autosuficientes a la sociedad.
Albergan a 18 menores en La Misión
En este día que se celebra al niño, hay 18 de ellos que viven en un hogar denominado Centro La Misión, donde se les provee alimentación, vestido, estudio y techo en una construcción levantada por el encargado Gerardo Jaime Ramírez.
La edad de los niños va de los 7 meses a los 17 años, y son 12 niñas y seis niños que llegaron de la calle o de madres solteras que necesitan trabajar y los dejan encargados en la institución por unas horas.
"Estamos enfocados en apoyar a las madres viudas o solteras, de escasos recursos, a cuidar a sus hijos mientras ellas trabajan, o niños que vemos en la calle para evitar que caigan en el vicio de las drogas, les damos un lugar aquí, incluso hasta algunos que han sido canalizados por el DIF", explicó el encargado .
Agregó que su esposa, Guadalupe Ramos, es la otra persona al frente de la institución, y en los 10 años que tiene funcionando, prácticamente han construido el lugar con sus propias manos levantando paredes y haciendo trabajos de albañilería y plomería.
"Tenemos muchas necesidades y vivimos básicamente de los trabajos de carpintería y reparaciones que hacemos, y ya debemos tres recibos de agua atrasados y nos dieron una prórroga en la CFE, pues no nos alcanza lo que ganamos con los trabajos que hacemos", lamentó.
Otros ingresos que captan son a través de apoyos de iglesias cristianas; también piden ropa usada, zapatos y medicamentos no caducados para los niños beneficiados y están en proceso ante la Secretaría de Hacienda para poder expedir recibos deducibles de impuestos por donaciones.
Mientras esto se consolida, 18 menores que han encontrado bajo esos techos de lámina un hogar, van a la escuela, aprenden valores y estudian la Biblia, bajo la guía de dos personas huérfanas que crecieron en un hogar de niños en San Luis Potosí y quieren ser recíprocos con la vida.
Sobre el lugar
En el albergue se le otorga a los niños alimentación, vestido, estudio y techo.
*El Hogar para Niños Centro La Misión está en la calle Solidaridad 41, en la Colonia Jesús Osuna.Teléfono: 968 0037.