"'Nos apoderamos de lo que no nos corresponde...'"
CULIACÁN._ Eva lo admite con descaro y sin rubor. Es alcahueta y consentidora, habladora y mentirosa porque los nietos son lo más hermoso de una persona mayor.
En vísperas del Día del Abuelo, Eva observa a Bryan en el patio del colegio. El pecho henchido y orgullosa la mirada. Observa pero no escucha lo que dice el nieto. Reposa el orgullo sentada en una banca en la atmósfera escolar. Bryan, uno de sus consentidos, la honra por los diplomas que recibe por su aplicación en el estudio.
La intendente del colegio Niños Héroes admite su condición de abuela, del "apoderamiento" del cariño de los nietos y de la insalvable burla de la que son objeto por sus consentidos en su segunda maternidad.
"Somos los más consentidores y ni qué negarlo. Aunque a veces digamos que no, porque presumimos. Decimos no, no. Yo no me voy a hacer cargo de un nieto, pero somos muy habladores. Son mentiras de nosotros porque lo más hermoso de una persona mayor son sus nietos", expresa.
Madre de 14 hijos, Evangelina Ruiz Valles presume tener 22 nietos y cuatro bisnietos. Unos nietos que la acarician y se apegan más a ella, que la van "explorando" y descubriendo. En quienes se va descubriendo ella como una segunda madre, más "alcahueta y consentidora".
Nietos que le dan la oportunidad de sacar lo que las ocupaciones impidieron dar al hijo y que hoy florece en una segunda maternidad, más tranquila, más madura. Más abuela.
"Nos apoderamos de algo que no nos corresponde, pero así es porque es la imagen del papá, de la hija. Eso es lo que viene siendo en las abuelas. Que si fue una mujer trabajadora dejó a sus hijos todo el tiempo solitos para poder trabajar, sacar adelante a su familia. Pero cuando llegan los nietos, uno empieza a apoderarse del cariño de los nietos porque no pudo extender ese cariño en los hijos, porque no tenía tiempo".
Eva mantiene el colegio impecable, los pisos relucen de limpios y el aromatizante acaricia el olfato. Evangelina es joven a sus 59 años, más en sus anhelos y una joven en sus deseos.
Los abuelos son fuertes, admite, pero a veces los acorralan las dolencias y sucumben a los achaques. Se sienten inútiles.
"Sí servimos porque somos la planta real de un hogar, somos el árbol más fuerte de una casa, de un hogar. Se cae el árbol viejo y todo se derrumba".
Viuda desde el 11 de enero de 2008, Eva no se deja abatir por la tristeza ni la angina de pecho que padece. Las enfrenta con trabajo y con ilusiones. Con baile y la "cana al aire".
"Hay muchas cosas qué hacer. Yo pienso que cuando ya me pensione me voy a ir a viajar. Yo voy a viajar, no me voy a quedar en casa estancada. Ese es mi deseo para un día de mañana".
Pero Eva vuelve a Bryan, el nieto que estudia en el colegio donde ella lleva 19 años, y a los que la agarran de risión. A los que les reparte lo que le quedó en el pecho, en el corazón de madre desesperada.
"Hay nietos que te hacen burla. 'Ay, abuelita, ya estás aguadita' o mira que 'tienes una arruga aquí. Ya te estás arrugando, ya te estás poniendo viejita'".
Qué no le pida un nieto que no le dé, que abuela quiero esto. Sí, hijo, aquí está, aunque uno se quede sin nada. Pero ahí está el regalo para el nieto.
"...más alcahueta la abuela. La abuela es la más consentidora. Soy una madre muy consentidora".
Y Bryan lo confirma, no la deja mentir...
"A veces que no traigo dinero ella me da. Me consiente mucho. Cuando me siento triste me 'consola' y también me da dulces y también me compra cosas. A veces me quedo a dormir en su casa...
Sí, Eva tiene razón. Es una "alcahueta y consentidora".
"Somos los más consentidores y ni qué negarlo. Aunque a veces digamos que no, porque presumimos. Decimos no, no. Yo no me voy a hacer cargo de un nieto, pero somos muy habladores".
"...más alcahueta la abuela. La abuela es la más consentidora. Soy una madre muy consentidora".
Evangelina Ruiz Valles
Abuelita