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"In memoriam"

"NUESTROS VALORES | Lucrecia Rafaela Ezquerra de Román"

"La sinaloense es recordada por plasmar su amor al arte a través de la poesía"
08/11/2015 14:32

    CULIACÁN._En las noches una estrella más brilla en el firmamento; hace tres meses partió Lucrecia Rafaela Ezquerra Ochoa, destacada sinaloense que a los 91 años dejó un legado de entrega y pasión plasmados con el don que Dios le dio: la poesía.
    Haciendo honor a su tierra y a lo que le rodeaba, sus versos hablan de su amor al arte que desarrolló desde sus primeros años.
    "Esa inquietud creo que nací con ella, es mi hermana gemela, porque desde niña la soñaba", expresó sonriendo en su última entrevista concedida a Noroeste.
    Desde niña tuvo una gran atracción por la lectura, la declamación, el canto y el teatro; tenía como recuerdo una cajita de madera que le fabricó su padre, donde guardaba sus poesías.

    Su vida y obra

    Lucrecia Rafaela fue hija del Ingeniero Alfredo Ezquerra Seguame y Trinidad Ochoa Inzunza, nació el 18 de octubre de 1918, en la Villa de Ahome. Sus primeros años los pasó junto a sus padres en su pueblo natal, donde cursó la primaria Álvaro Obregón, teniendo como directora a la profesora Velina León de Medina, muy querida para ella.
    En 1930 falleció su padre y al siguiente su mamá, quedando ella y su hermana Emiliana, bajo el amparo de su abuela materna, Rosario Inzunza Escobosa de Ochoa.
    En su temprana juventud creó sus primeros poemas, la mayoría inspirados en su pueblo, sus gentes, cañaverales, y todo aquello que le rodeaba.

    Entre 1936 y 1940 escribió Epistolario íntimo, dedicado a seres desconocidos, imaginarios todos, destruido por una entrada del río Fuerte a la Villa de Ahome, llevándose su cajita y todos los escritos que tenía en ella tan celosamente guardados.
    El 6 de febrero de 1944 se casó con Antonio Román Hernández, también originario de Ahome, viniéndose a radicar a Culiacán.
    En 1945 escribió su Diario íntimo, exclusivamente familiar, que permanece inédito.
    En los siguientes años se dedicó a su hogar, procreando cinco hijos: Miguel Antonio, María del Carmen, Angélica del Rosario, Antonino y Jorge Rafael.
    Siguió creando a través de los años, incursionando en otros niveles literarios en donde tuvo la oportunidad de alternan con poetas de reconocido nivel internacional, y a la vez colaborar con revistas y periódicos en México, Argentina, Cuba, España, Perú, Chile y otros países más, de los cuales ha tenido variados reconocimientos, poesías dedicadas a su inspiración.

    Su trayectoria en el arte

    Participó en diferentes concursos a nivel estatal y nacional. En 1982 mereció el primer lugar en los Juegos Florales del Carnaval de Guamúchil con su poema Romance de la noche larga, y al siguiente repitió el premio con el poema Yo quería soñar.
    Fue invitada por el Club de Leones de Ahome a inaugurar el Foro de Teatro, siendo madrina de la primera generación de actores del grupo teatral Thalía.
    En 1984 fue invitada por el Gobierno del Estado a inaugurar el programa Viernes Culturales de Difocur, dando lectura a su obra.
    En el mismo año fue invitada a la Casa de la Cultura de la Universidad Autónoma de Sinaloa, donde dio lectura a su poesía.
    En 1985, la Universidad de Ciencias y Humanidades del Pacífico, en Mazatlán, la invitó a participar en el primer Encuentro de Poesía con escritores del Estado de Sinaloa.
    En el mismo año fue invitada a la Primera Feria del libro de Octubre, patrocinada por el Grupo Ibalpe en el Acuario de Mazatlán.
    En 1986 el Comité Organizador del Foro de la Mujer, patrocinado por ISSSTE, Difocur, IMSS y Ayuntamiento, la invitaron a leer su obra. En el mismo año, el Centro de Estudios Políticos, Económicos y Sociales la invitó a participar en reuniones de difusión de la cultura en el puerto de Mazatlán.
    En 1986 y 1987 recibió reconocimientos por su colaboración en la cadena periodística El Sol de Sinaloa.
    Al año siguiente colabora con la Delegación Sinaloa del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos, publicándose parte de su obra en el libro Lecturas de Sinaloa.
    En 1989 fue invitada por el Grupo Cultural Nahueri, coordinado por Rina Cuéllar a dar lectura a su obra, celebrándose el evento con una cena en su honor.
    En el año 2001 le dedicó una poesía llamada Romance del 2001 que fue publicada por el periódico Noroeste, en honor a su abuelo paterno don Pantaleón Ezquerra Echeguren, quien estrenó una canción llamada Polka 1901, que le compró a Don Enrique Mora en el año 1901 y fue estrenada en la casa de Arturo de Cima, en el baile que organizó para esperar el año venidero.

    Su pueblo

    Creció en Ahome en una casa rodeada de los sonidos del monte, del canto del cenzontle, de maizales que hoy son cañaverales.
    "Lo añoro a mi pueblo porque lo adoro, adoro a toda la gente que ya no existe la mayoría, pero los que quedan y descendientes de los que ya se fueron los quiero mucho", expresó en esa entrevista.
    El historiador don Antonio Nakayama siempre le decía "quieres tanto a tu pueblo que hasta le echas puñados de estrellas", al oírlo, lo retaba a pasar una noche allá.
    Cuando terminó la primaria se propuso estudiar para maestra. En el primer año ya daba clases en la misma escuela. Llegó el socialismo y su abuela no dejó que continuara su preparación. Le propusieron ser directora, pero como tenía que caminar un largo tramo para llegar al lugar, no tuvo permiso.
    Decidida puso una escuela, llegó a tener siete alumnos a quienes les cobraba 5 pesos a la semana, esa tarea le dio una gran satisfacción, pero fue por corto tiempo.

    Su legado

    Hasta la fecha, la obra poética de Lucrecia Rafael Ezquerra de Román está dispersa en periódicos y revistas estatales, nacionales y extranjeras, pero es ejemplo de creatividad, propia de una mujer sinaloense que no conoce el cansancio porque crea con gusto, con pasión y con amor a sus semejantes.
    Doña Lucrecia Rafaela Ezquerra Ochoa, partió hacia las estrellas el pasado 5 de septiembre dejando a sus hijos y a 17 nietos, una familia unida a la que le inculcó el amor a Dios, la humildad y respeto al prójimo. 

    HE ENCENDIDO UNA LÁMPARA

    Lucrecia Rafaela Ezquerra de Román

    Inmersa en el abismo de tu ausencia, veo caer la lluvia.
    Envuelto entre las nieblas del recuerdo presiento tu imposible regreso.

    Los pájaros han vuelto desde su antigua ausencia.
    Ha trepado el verano por las viejas palmeras.
    Allá en los altos pinos llora la lluvia o canta, la inquieta bugambilia, viaja por mi tristeza.

    Huele a barro mojado desde el monte a la huerta. Yo podría decirte. ¿Porqué solloza el viento? Llueve sobre tus huesos y los viejos ciruelos, su túnica amarilla, lucen por tu regreso.

    Centellea en los cielos, filo de oro en lamentos.
    Esta noche de lluvia no veo luna ni estrellas.
    Los guayabos se abrazan y se alarga el naranjo, un chispazo de luces hace surco en la tierra.

    Ya los pájaros duermen, esos que sí vinieron. Inmersa como agua roja, la bugambilia crece.
    Ahora quiero que sepas, aunque nunca me escuches.
    He encendido una lámpara, ¡porque la lluvia cese!


    "Siento satisfacción porque fue un deseo mío que se ha cumplido. -ser poeta- me llevó al parnaso, allá con los dioses. Casi mi vida está escrita en poesía, mis sentimientos tanto amorosos, como fraternos, a mis hijos, mis padres, a mis amistades, a gente que admiro aunque no conozca".
    In memoriam
    Lucrecia Rafaela Ezquerra de Román (1918-2010)