José Eduardo García Díaz
Se enfrenta el Barcelona como campeón de la UEFA Champions League, nada más y nada menos que al campeón de Europa League, el Porto de Portugal, un partido que cualquiera pensaría que está disparejo por las características de ambas escuadras.
En Mónaco, en efecto la afición puede que tenga razón, porque se trata de un juego desigual por razones simples, hay un Porto desinflado tras la reciente venta del delantero colombiano Radamel Falcao.
Falcao, un delantero que comandaba totalmente el ataque de los campeones de la liga portuguesa a ocho fechas de que acabara su calendarización y que era sinónimo de gol contra cualquier portero que enfrentara a pesar de sus limitaciones técnicas; es un delantero típico de área.
Otro punto en contra es también que ya no está más el director técnico joven, André Vilas-Boas quien a sus 33 años decidió marcharse al Chelsea de Inglaterra, donde se encuentra en una liga de mayores aspiraciones deportivas a nivel Europa, por lo que el Porto dejó escapar a uno de los hijos deportivos de José Mourinho.
Quizás lo que le dé sabor a la final sea que al tener base americana en la cancha, el Porto cree un juego agradable para la vista y no opte por echarse atrás por completo ante el Barcelona que busca un título más en sus vitrinas, el Barcelona que ya todos conocen y que los más radicales afirman que tiene las suficientes piezas para formar dos equipos.
Podría haber tal vez una sorpresa portuguesa, pero suena muy complicado al empezar desde cero y mucho más si se trata de un partido oficial.
El Barcelona ya mostró en la goleada contra el Napoli de Italia que sabe jugar al futbol ofensivo y que los jugadores que tiene no se casan con una posición, y que en un difícil entrenamiento pueden probar diferentes zonas del campo en las que han dado buenos resultados.
La ausencia de Piqué, un central natural, para la supercopa generará que desde el principio de la temporada otros jugadores se familiaricen en posiciones en las que no han tenido mucho juego, como Mascherano y Busquets que son recuperadores, pero podrían hacer buena dupla.
Hay muchas variantes en este cuadro que podría haber juegos de liga importantes en donde ni el mismo Messi sea titular seguro, lo cual genera una conexión en el vestidor y una disciplina para con Josep Guardiola que está cerca de superar a su maestro Cruyff y convertirse en el entrenador que más títulos ha cosechado con los blaugranas en caso de vencer al Porto.
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